Porfirio, accionista de su dictadura
Una investigaci¨®n detalla c¨®mo el dictador mexicano aprovech¨® su poder con sigilo para establecer su propia red empresarial
En una entrevista en 1908, tres a?os antes de ser derrocado, el presidente de la Rep¨²blica, Porfirio D¨ªaz, le dijo al periodista James Creelman: ¡°Muchos mexicanos ignorantes piensan que su enemigo est¨¢ al norte de nuestra frontera¡±, de donde se puede deducir a) que don Porfirio consideraba a Estados Unidos un amigo de M¨¦xico y b) que don Porfirio sab¨ªa, ¨¦l mejor que nadie, que el enemigo de los mexicanos no estaba al otro lado sino dentro de sus fronteras.
Empresario y dictador. Los negocios de Porfirio D¨ªaz (Editorial RM) es una investigaci¨®n sobre un aspecto insuficientemente hoyado del general que gobern¨® M¨¦xico de 1876 a 1911: la manera en que aprovech¨® su poder para enriquecerse, o c¨®mo seg¨²n impulsaba a su pa¨ªs hacia la modernidad capitalista fue construyendo su propia red de inversiones e influencias. Anudando su tarea historiogr¨¢fica con la pol¨ªtica de nuestros d¨ªas, el autor, Jorge H. Jim¨¦nez, critica que los historiadores hayan valorado la relaci¨®n de D¨ªaz con los negocios como ¡°un simple aval o respaldo a ciertas empresas [¡] antes que como algo basado en un inter¨¦s privado¡±; sostiene que hoy se vive ¡°la emergencia de una nueva admiraci¨®n hacia el r¨¦gimen porfiriano¡±, e interpreta que dicha revisi¨®n ¡°encubre nuevos embates a favor del autoritarismo, la elitizaci¨®n social y la dependencia econ¨®mica¡±, situando a D¨ªaz como el padre de la corrupci¨®n institucionalizada y poniendo en retrospectiva una pol¨¦mica central de la contemporaneidad mexicana, la doble faz ¡ª?progreso y/o expolio?¡ª de la apertura de riquezas a la inversi¨®n extranjera, controversia que ha revivido con la actual liberalizaci¨®n de la industria estatal del petr¨®leo.
Seg¨²n Jim¨¦nez, un motivo de que la vertiente empresarial del dictador no haya salido tanto a la luz es que el aut¨®crata ¡°domin¨® el arte de ser sigiloso¡±. As¨ª, am¨¦n de su car¨¢cter antidemocr¨¢tico, sus rasgos m¨¢s divulgados han sido que le dio a M¨¦xico su primera ¨¦poca de estabilidad desde la Independencia y que fue el fact¨®tum del desarrollo: impuls¨® la industrializaci¨®n, el ferrocarril, el sistema bancario y el respeto del derecho de propiedad. Por el contrario, este estudio incide en el env¨¦s latrocida del progreso porfirista, en el lucrativo rol del dictador y en el pernicioso legado estructural de aquella fase: ¡°En el frenes¨ª de la modernizaci¨®n D¨ªaz y la ¨¦lite hicieron del saqueo una instituci¨®n perdurable¡±.
Dictador y empresario, pues, ¡°mientras expand¨ªa su poder y consolidaba a la ¨¦lite, se dedicaba a extraer un excedente para s¨ª mismo, su familia y sus amigos¡±, escribe Jim¨¦nez, que lleg¨® a la tem¨¢tica de los negocios del presidente por v¨ªa indirecta: estudiando el desarrollo urbano de la Ciudad de M¨¦xico durante el r¨¦gimen se le revel¨® una constante en los cientos de actas notariales de los polvosos archivos mercantiles de la ¨¦poca, y esa constante era un nombre.
Porfirio D¨ªaz.
Tirando del hilo, o de las puntas del moustache del general, el autor descubri¨® el amplio rango de sus empresas personales, ¡°que abarcaron aseguradoras, obras de ingenier¨ªa hidr¨¢ulica, manejo de aguas para generar energ¨ªa, miner¨ªa, agricultura y una sociedad de corretaje para realizar actividades de intermediaci¨®n de valores. Asimismo, incursion¨® en la producci¨®n de objetos de arte, ornamentaci¨®n y efigies de celebridades hist¨®ricas de bronce, elaboradas sobre todo por encargo de dependencias p¨²blicas¡±. Tambi¨¦n explica que fue accionista de los tres bancos m¨¢s importantes del pa¨ªs e hizo de su hijo uno de los principales socios de los monopolios industriales de dinamita, hule y petr¨®leo.
Jim¨¦nez considera que el momento clave para la transformaci¨®n de D¨ªaz en un presidente de negocios fue su viaje de dos meses por Estados Unidos en 1884
Jim¨¦nez considera que el momento clave para la transformaci¨®n de D¨ªaz en un presidente de negocios fue su viaje de dos meses por Estados Unidos en 1884. Si bien en el libro se advierte de que no consigui¨® todos los apoyos financieros que esperaba, y que encima padeci¨® el aguijoneo de The New York Times, comprob¨® en sus encuentros con empresarios cu¨¢nto se pod¨ªa aprender al otro lado de la frontera norte. Sabidur¨ªas como, por ejemplo, la que aplic¨® en 1905 cuando su gobierno adopt¨® el patr¨®n oro, revalu¨¢ndose las propiedades mineras del presidente y devalu¨¢ndose la moneda en un 50%. En ese momento ya se deslizaba por la pendiente de la satrap¨ªa, manipulando a su gusto el Estado sin dar se?ales de pensar en bajarse del trono. ¡°El sistema legal legitim¨® las reeleciones de un presidente que estableci¨® una relaci¨®n inquebrantable entre la modernizaci¨®n, el sistema de gobierno y el dictador. Estas circunstancias transformaron el pa¨ªs para beneficio de una minor¨ªa cada vez m¨¢s peque?a que nunca abri¨® una alternativa que permitiera cambiar las condiciones econ¨®micas, educativas y sociales de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n¡±, afirma el investigador.
En 1911, Porfirio D¨ªaz abandon¨® M¨¦xico y se exili¨® a Francia, donde, despu¨¦s de cuatro a?os viviendo de su fortuna c¨®modamente, falleci¨® en Par¨ªs el hombre que sab¨ªa que los mexicanos no sab¨ªan qui¨¦n era su enemigo.
Babelia
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