Salman Sherezade
Este libro deber¨ªa corregir el malentendido que se cre¨® en torno al autor cuando fue amenazado. Es uno de los grandes escritores de este tiempo
Salman Rushdie fue marcado hace a?os con un destino ¡ªla fetua de su condena a muerte en tiempos de Jomeini¡ª que oscureci¨® p¨²blicamente su grandeza literaria. Sus ¨²ltimas obras, adem¨¢s, no volaron nunca a la misma altura que Los versos sat¨¢nicos y, sobre todo, que Hijos de la medianoche, de modo que Rushdie se ha ido convirtiendo en un m¨¢rtir o en un personaje ic¨®nico antes que en un escritor respetado. Este nuevo libro deber¨ªa ayudar a corregir ese malentendido: Salman Rushdie es uno de los grandes escritores vivos de nuestro tiempo.
Dos a?os, ocho meses y veintiocho noches son exactamente mil y una noches, y ¨¦se es el modelo que, con una mirada ir¨®nica, emplea Rushdie para este libro: una novela llena de historias engarzadas, de fantas¨ªa delirante, de indagaci¨®n imaginativa acerca de la naturaleza humana. Salman Rushdie quiere ser la Sherezade de nuestro siglo, y el empe?o no le queda grande.
Dos a?os, ocho meses¡ cuenta la historia de la Era de la Extra?eza, la tiran¨ªa de los yinn y la Guerra de los Mundos. El narrador, desde un futuro muy lejano, relata lo que ocurri¨® en esas mil y una noches fundamentales. El mundo humano y el mundo de las hadas entran en conflicto. Comienzan a producirse fen¨®menos ins¨®litos: el jardinero Ger¨®nimo, cuya esposa ha sido fulminada por un rayo en una tormenta terrible, empieza a flotar sobre el suelo. Luego aparecen un beb¨¦ que es capaz de dejar marcas en los corruptos o un dibujante de c¨®mics que descubre en s¨ª mismo poderes sobrenaturales. Todos ellos son descendientes de una dinast¨ªa fundada muchos siglos atr¨¢s por una yinnia ¡ªDunia, la Reina de las Hadas¡ª y un fil¨®sofo racionalista. Despu¨¦s de esos fen¨®menos paranormales, que protagonizan la Era de la Extra?eza, los yinn intentan dominar la Tierra. Finalmente se produce una guerra que enfrenta a los dos mundos: el de los seres m¨¢gicos y el de los humanos. Vencen los humanos capitaneados por el hada Dunia.
No quiero llamar a nadie a error: Dos a?os, ocho meses¡ no es un libro al uso de literatura fant¨¢stica. Pueden leerlo ¡ªy deben¡ª los amantes de El se?or de los anillos, de Juego de tronos o de cualquiera de las sagas semejantes. Pero pueden y deben leerlo tambi¨¦n los que las aborrezcan. El libro de Rushdie habla sobre nosotros, sobre el mundo en el que vivimos, sobre las turbulencias de la historia, sobre los dilemas ¨¦ticos y sobre la condici¨®n humana eterna y perdurable.
Hace a?os estuvo de moda hablar de la Novela Total, ese hiperg¨¦nero narrativo que no se conforma con ahondar en un aspecto de la realidad, sino que quiere abarcarlo todo: El Quijote, Guerra y paz, Cien a?os de soledad o La guerra del fin del mundo. Dos a?os, ocho meses¡ tiene esa misma voluntad. Por sus p¨¢ginas desfilan el integrismo islamista, la sociedad de consumo, el feminismo, la homosexualidad, las nuevas formas de comunicaci¨®n, la nostalgia o el aristotelismo. Los celos y la promiscuidad. La violencia, la credulidad y la organizaci¨®n pol¨ªtica. Todo. Un universo sin l¨ªmites ni foco.
Dos a?os, ocho meses¡ es tambi¨¦n una novela-guante. A un volteriano como yo, por ejemplo, le alumbran sus opiniones (es una novela llena de rastros simb¨®licos volterianos); pero a un creyente religioso, por el contrario, le dar¨¢ sustento para seguir confiando en el valor de su fe (atentos a ese final brillante e imprevisto, un canto a la fragilidad humana y a la melancol¨ªa). Cada lector encontrar¨¢ un rastro distinto que seguir, pero ninguno de ellos ser¨¢ insincero ni banal.
En este libro cabe todo, pero hay dos asuntos que son centrales y que Rushdie hilvana con maestr¨ªa a lo largo de sus p¨¢ginas. El primero es uno de los temas esenciales del autor: la lucha entre la fe y la raz¨®n, entre el dogmatismo y la tolerancia. Rushdie se atreve a presagiar ¡°la muerte de los dioses¡±, a anticipar una ¨¦poca en la que ¡°el miedo fue vencido¡± y los templos se convirtieron en hoteles, en palacios de exposiciones, en casinos o en centros comerciales. El segundo es uno de los temas eternos: el poder de la ficci¨®n, de los sue?os, de la magia. ¡°Somos la criatura que se cuenta historias a s¨ª misma para entender qu¨¦ clase de criatura es¡±, dice en un pasaje memorable. ¡°Esos relatos se convierten en lo que conocemos, en lo que entendemos y en lo que somos, o tal vez deber¨ªamos decir en lo que nos convertimos o en lo que tal vez podamos llegar a ser¡±.
Salman Rushdie demuestra en Dos a?os, ocho meses¡ al menos tres cosas. Primera: que para ser moderno no hay que escribir con forma de tuits, que la modernidad es un estado de la inteligencia. Segunda: que el humor es una de las mejores y m¨¢s imperecederas armas literarias. Y tercera: que, como los ni?os, queremos que nos cuenten mil y una veces la misma historia. Pero que nos la cuenten siempre as¨ª, con palabras de mago.
Dos a?os, ocho meses y veintiocho noches. Salman Rushdie. Traducci¨®n de Javier Calvo. Seix Barral. Barcelona, 2015. 400 p¨¢ginas, 21,50 euros
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