Maria Schneider y sus chicos
Maria Schneider, actriz fallecida en 2011, se las ten¨ªa que ver con Marlon Brando en El ¨²ltimo tango en Par¨ªs; su hom¨®nima , compositora y arreglista, debe lidiar con los 18 m¨²sicos de su orquesta de jazz, que actuar¨¢ en Barcelona el d¨ªa 12, en Sevilla el 13 y en Madrid el 15. Todos hombres, en un mundo obstinadamente masculino, aunque ella es quien manda. El a?o pasado la llam¨® David Bowie para grabar Sue (Or in a Season of Crime).
Naci¨® en 1960 en la Am¨¦rica profunda, en Windom (Minnesota), entre campos infinitos de ma¨ªz. De all¨ª son los recuerdos que ha volcado en The Thompson Fields, primer disco de la orquesta en ocho a?os. Una m¨²sica que transmite espiritualidad y belleza. Marcada por la nostalgia del hogar de su infancia donde pas¨® muchas horas al aire libre observando a los p¨¢jaros. Hoy, Maria Schneider, que vive en un peque?o piso de Manhattan y forma parte del consejo directivo del Laboratorio Cornell de Ornitolog¨ªa, sube a la azotea del Empire State o pasea por Central Park para poder ver a los que migran sobrevolando la ciudad. Hace 30 a?os que lleg¨® a Nueva York. Contrast¨® sus estudios en las universidades de Minnesota y Miami, y en la escuela de m¨²sica Eastman, con Bob Brookmeyer antes de trabajar para Gil Evans. En 1993, se anima a montar su propia orquesta. Durante cinco a?os, todos los lunes por la noche la presenta en un club de jazz del Greenwich Village. Y comienza a recibir propuestas de conciertos y encargos de obras y arreglos. El primer disco se publica en 1994 con el t¨ªtulo Evanescence y excelentes cr¨ªticas. Le siguen Comin¡¯ about (1995) y All¨¦gresse (2000). Gana tres premios Grammy y, cada a?o, las votaciones como mejor compositora, arreglista y/o big band por parte de los cr¨ªticos y lectores de revistas como Downbeat o Jazztimes. Y graba m¨¢s discos: Concert in the Garden (2004) y Sky Blue (2007).
Es una orquesta con sonido propio, con colores y din¨¢micas que cuentan historias autobiogr¨¢ficas y que absorbe todo lo que ha llegado a la vida de Maria: desde Copland y Ravel hasta Paco de Luc¨ªa o Egberto Gismonti. Porque escuchar a Paco tocar en el Lincoln Center fue un cataclismo para ella, igual que viajar a Brasil y descubrir la capacidad de expresar alegr¨ªa y belleza sin avergonzarse.
Piensa que los m¨²sicos no deber¨ªan ceder el control de su trabajo a otras personas: para la grabaci¨®n de The Thompson Fields ¡ªcost¨® m¨¢s de 200.000 d¨®lares y dif¨ªcilmente lo hubiera financiado una compa?¨ªa¡ª ha recurrido de nuevo al crowdfunding de ArtistShare, que le permite compartir, adem¨¢s de su m¨²sica, una mirada m¨¢s ¨ªntima sobre el proceso de creaci¨®n a trav¨¦s de v¨ªdeos y descargas extras. Con el disco hay un libreto de 50 p¨¢ginas con fotograf¨ªas tomadas en la granja cerca de la que creci¨® y con ilustraciones de p¨¢jaros de John James Audubon. Y reflexiones de Maria sobre la necesidad de preservar la naturaleza. Porque, a la vez que busca en su m¨²sica preguntas y respuestas que despierten nuevas preguntas, le preocupa el mundo y lo que estamos haciendo con ¨¦l.
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