Regreso al ¡°Everest¡± de la m¨²sica cl¨¢sica
Sir Simon Rattle dirige en cinco d¨ªas consecutivos las nueve sinfon¨ªas de Beethoven a la Filarm¨®nica de Berl¨ªn en Par¨ªs, Viena y Nueva York
Interpretar las nueve sinfon¨ªas de Beethoven en cinco d¨ªas consecutivos es comparable para Sir Simon Rattle (Liverpool, 1955) a los retos y dificultades de una expedici¨®n al Everest. Si en el pasado fueron Karajan o Abbado, ahora le toca a ¨¦l pilotar a la Filarm¨®nica de Berl¨ªn en este viaje fascinante que forma parte este mes de noviembre de una gira que recalar¨¢ en Par¨ªs, Viena y Nueva York. La orquesta sinf¨®nica m¨¢s importante del planeta frente a la piedra angular del repertorio cl¨¢sico. Claramente uno de los ¨²ltimos grandes eventos musicales de este 2015. Rattle vuelve al ciclo beethoveniano, que ya dirigi¨® en Birmingham o Viena (e incluso grab¨® con la Filarm¨®nica de la capital austriaca en 2002 para EMI/Erato), con la intenci¨®n de subrayar la honestidad y franqueza de estas inmensas composiciones. Y no duda en citar a Beckett para expresar la dificultad de afrontar de nuevo este reto sinf¨®nico beethoveniano: "Int¨¦ntalo de nuevo. Fracasa otra vez. Fracasa mejor".
Pero para Rattle y la Filarm¨®nica berlinesa no hay fracaso posible. Desembarcaron en Par¨ªs esta semana tras haber interpretado el ciclo de las nueve sinfon¨ªas de Beethoven dos veces en su sede de Berl¨ªn en octubre. El ¨²ltimo fue incluso transmitido en directo por internet a trav¨¦s del Digital Concert Hall y se publicar¨¢ comercialmente en marzo pr¨®ximo en el sello discogr¨¢fico de la orquesta. Parece algo l¨®gico hacer el ciclo en Berl¨ªn antes de emprender una gira internacional, pero es una novedad, como recuerda el violinista Stanley Dodds, responsable de comunicaci¨®n de la orquesta. La Filarm¨®nica berlinesa ha utilizado el ciclo beethoveniano como lujoso art¨ªculo de exportaci¨®n a partir de 1960. Karajan lo dirigi¨® ese a?o en Par¨ªs en cinco conciertos y despu¨¦s en Londres, Nueva York y Jap¨®n, pero tan solo lo hizo una sola vez en Berl¨ªn en la temporada 1973-74. Y lo mismo podr¨ªa decirse de Abbado, que dirigi¨® su ¨²nico ciclo beethoveniano a la orquesta berlinesa de gira por Viena y Roma en 2001. Obviamente se trata de composiciones de repertorio para la orquesta pero que hasta Karajan sol¨ªan interpretarse juntas tan s¨®lo en series de conciertos populares con directores de segunda fila, tal como sucedi¨® casi anualmente entre 1914 y 1941.
La Filarm¨®nica berlinesa cuenta con un importante y bien conocido pedigr¨ª fonogr¨¢fico con las sinfon¨ªas de Beethoven en sus atriles. No s¨®lo fue la primera orquesta que grab¨® una sinfon¨ªa completa del compositor de Bonn (la Quinta con Nikisch en 1913), sino que algunos registros de Furtw?ngler siguen siendo ic¨®nicos o ah¨ª est¨¢n las tres integrales en disco que Karajan o las dos de Abbado. En concierto el reto es claramente diferente, como nos aclara Dodds, ya que permite hacer experimentar al p¨²blico en d¨ªas consecutivos la individualidad de cada sinfon¨ªa y sus relaciones entre s¨ª. Rattle reconoce que al dise?ar el programa de cada concierto ha primado el equilibrio emocional frente al itinerario cronol¨®gico, aunque el primer concierto arranque con la post-haydniana Primera y el ¨²ltimo se centre en la Novena con ese inicio casi pre-bruckneriano.
Otro elemento crucial es el papel que desempe?a la sala en el sonido de la orquesta. Es otro aspecto que ha desarrollado la Filarm¨®nica berlinesa desde Karajan con la construcci¨®n de la Filarmon¨ªa en 1963 dise?ada por Hans Scharoun, modelo en adelante de tantos auditorios en todo el mundo. Para esta nueva gira se han elegido tres salas de concierto muy emblem¨¢ticas por tradici¨®n y modernidad: la m¨ªtica Sala Dorada de la Musikverein de Viena, sede de la Filarm¨®nica y bien conocida por las retransmisiones del Concierto de A?o Nuevo, y el Carnegie Hall de Nueva York, que celebra su 125 aniversario, pero tambi¨¦n la nueva Philharmonie de Par¨ªs, dise?ada por Jean Nouvel e inaugurada en enero de este a?o. Rattle y la orquesta berlinesa tuvieron un verdadero flechazo en su primera actuaci¨®n en esta sala parisina en febrero pasado con la Segunda de Mahler. El director ingl¨¦s no solo la considera una de las mejores del mundo, sino que no duda en afirmar que el verdadero "megainstrumento" que toca una orquesta es la sala de conciertos: "Salas como la Philharmonie de Par¨ªs te permiten imaginar la m¨²sica de otra manera". Y despu¨¦s de escuchar la impresionante Eroica que dirigi¨® el martes pasado nadie podr¨¢ ponerlo en duda.
Babelia
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