John Verdon: ¡°Me preocupa el mal que est¨¢ dentro de las personas¡±

Solo por c¨®mo habla, John Verdon (Nueva York, 1942) invita a pensar en el detective de sus novelas negras. Charla de forma calmada, concisa, con una intensa mirada azul, analizando cada respuesta, como su Dave Gurney de ficci¨®n. Este expublicista devenido en escritor suma m¨¢s de 600.000 copias vendidas en Espa?a de sus cinco libros, que han sido traducidos a 12 idiomas. Con su primera novela, S¨¦ lo que est¨¢s pensando, bati¨® r¨¦cord en ventas en 2010. La ¨²ltima, Controlar¨¦ tus sue?os (Roca Editorial), acaba de ser editada en castellano.

Esta vez, Verdon afronta los l¨ªmites de la hipnosis. ?C¨®mo puede ser que cuatro personas se suiciden cort¨¢ndose las venas tras tener la misma pesadilla? ?Qu¨¦ tiene que ver con estas muertes el hipnoterapeuta que ha tratado a todos ellos? De resolver este misterio se encargar¨¢ Dave Gurney.

La t¨¢ctica del relato escapa de lo sangriento. Verdon desde?a la violencia expl¨ªcita para centrarse en las emociones de los personajes. ¡°No todo en la novela negra es violencia extrema. La gente puede divertirse sin leer cosas muy desagradables¡±, sostiene. ¡°Me preocupan las personas y el mal que est¨¢ dentro de ellas¡±.

Verdon evita con frecuencia entrar al trapo en pol¨ªtica, si bien de sus novelas podr¨ªan desprenderse cr¨ªticas impl¨ªcitas a los medios de comunicaci¨®n o a la burocracia. ¡°Mi pretensi¨®n es solo reflexionar sobre el ego¨ªsmo de nosotros. Creo que el mal no est¨¢ en las instituciones, sino en cada uno. Por eso creo que a la gente le gustan mis novelas¡±, asegura.

En realidad, solo empec¨¦ a leer sobre misterio cuando me jubil¨¦

En Espa?a, cosecha m¨¢s lectores que en su pa¨ªs. Se encoge de hombros al escuchar el dato, porque desconoce su motivo, aunque cree saber la causa de por qu¨¦ el g¨¦nero negro gusta tanto: ¡°Pienso que la tem¨¢tica triunfa porque aborda los miedos primitivos de la gente. Mi novela trata de asesinatos, de gente que mata a otra gente y no se siente culpable. Esto es una noci¨®n que asusta y, al final, divierte¡±.

Desde que comenz¨® a escribir alentado por su esposa, Verdon no ha pensado en otra cosa. Comenta que hace a?os que quer¨ªa ser otra persona; por eso huy¨® de la publicidad, de Nueva York, y se fue a vivir a las monta?as de Catskill, en el Estado neoyorquino. Desde entonces combina la construcci¨®n de muebles con la escritura sin el menor atisbo de rutina. ¡°No soy nada disciplinado, ni me siento todos los d¨ªas a escribir¡±, reconoce.

La novela negra triunfa porque aborda los miedos primitivos de la gente

Para ilustrar el m¨¦todo con el que trabaja, Verdon hurga en sus bolsillos y ense?a unas hojas de papel reciclado. ¡°Simplemente, llevo esto y escribo lo que se me ocurre, aunque quiz¨¢s deber¨ªa sentarme a diario frente al ordenador durante varias horas, no s¨¦¡±, afirma, esbozando una sonrisa.

Resulta dif¨ªcil creer que la pasi¨®n por el g¨¦nero negro le haya llegado algo tard¨ªa. ¡°Realmente, s¨®lo empec¨¦ a dedicarme a leer sobre misterio cuando me jubil¨¦. Me gustaba, pero no pod¨ªa hacerlo tanto por falta de tiempo¡±, explica. Casi podr¨ªa decirse que no lee otros estilos, y aunque se?ala a Arthur Conan Doyle como su m¨¢ximo inspirador, rechaza cualquier parecido con ning¨²n autor del mercado.

Como las historias del detective Gurney han ocupado casi todo su tiempo, Verdon pretende ahora dar m¨¢s protagonismo a Madeleine, la esposa de su personaje ficticio. ¡°Al sentarme a escribir este libro, me di cuenta de que sab¨ªamos poco de ella. Puede parecer una persona simple, pero es muy inteligente y, como todos, tambi¨¦n tiene sus miedos internos¡±.

El novelista, quien est¨¢ escribiendo ya la sexta historia de la serie, anuncia que en ella Madeleine tendr¨¢ m¨¢s notoriedad. Al fin y al cabo, la relaci¨®n de ambos personajes se asemeja a la que mantienen Vernon y su esposa, seg¨²n ha confesado varias veces. ¡°A pesar de ser dos personas muy diferentes se compenetran y se quieren mucho¡±. No es f¨¢cil discernir si habla de la realidad o de la ficci¨®n. O de ambas.