A por ellos

Veo en La Sexta la imagen de unos se?ores barbudos que lanzan piedras a una especie de tumba. Imagino que para no herir la sensibilidad del espectador (los informativos recurren a ello sistem¨¢ticamente, especialmente en Telecinco, que presta c¨ªvica y concienciada actitud a la cr¨®nica de sucesos espeluznantes, y l¨ªbreme el Se?or de pensar que son conscientes de que el morbo genera tanta audiencia como otras diversificadas basuras) han pixelado la imagen del ser humano al que est¨¢n lapidando. Cuentan que es una mujer afgana de 19 a?os. ?Y qu¨¦ hizo ese ser diab¨®lico para merecer ese infierno medieval? ?Era bruja, mat¨® a sus hijos, devor¨® el coraz¨®n de sus padres? No, me informan de que cometi¨® el peor de los cr¨ªmenes en ese mundo de bestias. Fue ad¨²ltera, foll¨® con alguien que no era su marido.

Y me pregunto si los que clavan con sa?a piedras en el cuerpo de esa pobre t¨ªa hasta reventarla pertenecen a la familia del cornudo o desconoc¨ªan a su v¨ªctima, cobran dinero y especies por ello o Al¨¢ les proporcionar¨¢ cuando llegue la Parca un pasaporte para instalarse lujosamente en los r¨ªos de leche y miel. Tambi¨¦n me pregunto si a los se?ores que cometen adulterio les someten a la misma barbarie letal que a las mujeres infieles, o bien les hacen una fiesta por ser tan machos.

Empalmo esas im¨¢genes con las de la manifestaci¨®n contra la violencia de g¨¦nero. Y creyendo firmemente que la vileza y el sadismo f¨ªsico y mental est¨¢ instalado en hombres y mujeres, que pertenece a la condici¨®n humana, constato que son los hombres los que asesinan a sus mujeres, actuales o que alguna vez lo fueron, por venganza o porque tienen el coraz¨®n part¨ªo, por celos o porque el alcohol les vuelve locos, o simplemente porque ellos son el poder, porque les sale de los genitales. Habr¨ªa que concederles permiso de armas a las amenazadas, violadas, acorraladas. Y una pensi¨®n vitalicia y una placa de honor por cargarse a sus maltratadores.