¡®Todos n¨¢ufragos¡¯, relato del fin de una guerra
Ram¨®n Lobo narra en su libro la relaci¨®n con su padre, la destrucci¨®n de la familia y de Espa?a
Ram¨®n Lobo ha necesitado 60 a?os para dejar de estar en guerra. El conflicto que le atormentaba no era ninguno de los muchos que ha cubierto como periodista, sino el que libraba consigo mismo y contra su padre, un exmiembro de la Divisi¨®n Azul. ¡°Muri¨® hace 30 a?os, pero yo segu¨ªa en el campo de batalla: contra ¨¦l y contra todo lo que represente un exceso de autoridad¡±, explica. Hasta ahora. Todos n¨¢ufragos (Ediciones B) le ha supuesto la reconciliaci¨®n. ¡°Es un retrato de la familia, de la destrucci¨®n de la familia y de este pa¨ªs¡±, explica el autor, un relato de una Espa?a ¡°silenciada¡±, a la que le cuesta hablar, que no ha escuchado a las v¨ªctimas.
Lobo (Lagunillas, Venezuela, 1955) escribi¨® durante 20 a?os en EL PA?S. Ahora trabaja para diferentes medios como la SER o El Peri¨®dico de Catalunya. El reportero cuenta que fue a la guerra por casualidad. Al menos, la primera vez. Pero tambi¨¦n por su padre. ¡°A muchos de los que insisten e insisten en viajar a conflictos les pasa como a m¨ª; tienen graves problemas con la familia paterna, buscan el reconocimiento que no encontraron en su momento¡±, a?ade. Todos n¨¢ufragos, que este jueves se present¨® en Madrid, siempre ha estado ah¨ª. ¡°Si lo hubiera escrito hace muchos a?os, habr¨ªa sido un libro de venganza¡±. Pero ha llegado en el momento preciso, que le ha permitido acercarse a la paz.
Esta es la segunda novela del periodista. La primera, Isla ?frica (Seix Barral, 2001), es un libro sobre periodistas en guerra. En Todos n¨¢ufragos, el reportero escarba en los da?os emocionales que produjo la Guerra Civil en su familia y en Espa?a. Y se pregunta c¨®mo es posible que de un bisabuelo y un abuelo con ideas progresistas saliera gente ¡°tan de derechas¡±, gente que qued¨® asolada por el conflicto. ¡°Es un poco la historia del pa¨ªs, de una generaci¨®n brillante de los a?os diez, veinte y treinta que se destruye por completo. Tenemos a un pa¨ªs que no ha querido mirarse a s¨ª mismo. La memoria hist¨®rica no va solo de quienes est¨¢n enterrados en las cunetas, sino de sentarnos a hablar, escuchar y reconocer que todos, de alguna forma, somos v¨ªctimas¡±, dice.
¡°Todas las familias felices se parecen, pero las infelices lo son cada una a su manera¡±. As¨ª comenz¨® Le¨®n Tolst¨®i Anna Karenina. El motivo de la infelicidad de los Lobo fue, ¡°desgraciadamente¡±, la pol¨ªtica. ¡°Siempre tuve muy mala relaci¨®n con mi padre. Primero, porque me daba dos bofetadas y me mandaba a la cama. Despu¨¦s, eso se visti¨® de pol¨ªtica. Los ¨²ltimos ocho a?os de su vida ¨¦l estaba hundido y yo, muy crecido, no me di cuenta. Fueron una oportunidad enorme para encontrarnos, y la pol¨ªtica nos lo impidi¨®¡±. Lobo cree que, como Espa?a, hizo ¡°una mala transici¨®n¡± tras fallecer su padre, en 1983.
Un pa¨ªs silenciado
Pero la suya no es la ¨²nica familia desgraciada. Espa?a est¨¢ llena de ellas. ¡°Es un pa¨ªs silenciado donde las mismas familias han estado calladas¡±, un pa¨ªs ¡°de n¨¢ufragos, en el que no hay sentido de la colectividad¡±, reflexiona el periodista. ¡°La gente fuma donde le da la gana, tira las colillas al suelo, no respeta las colas, intenta no pagar impuestos¡ Son peque?os B¨¢rcenas en potencia que no pudieron ser uno grande¡±, contin¨²a.
Espa?a es un pa¨ªs que no ha sido capaz de cerrar un pacto nacional por la educaci¨®n, ¡°que ha cambiado la ley con cada Gobierno, que prepara a la gente para una industria que est¨¢ dejando de existir¡±. Un pa¨ªs que ¡°no ha sabido crear una econom¨ªa productiva, en el que triunfan los listillos y no los listos, en el que triunfan quienes tienen amigos¡±.
Tambi¨¦n es un pa¨ªs que ha superado mucho. ¡°Hemos conseguido casi todo lo que propon¨ªa la Rep¨²blica, excepto la rep¨²blica¡±, se?ala. Y, aunque con heridas culturales, emocionales, ¡°que de alguna forma nos dejan averiados como sociedad, indefensos ante la corrupci¨®n o la mentira¡±, la espa?ola es una sociedad que trata de salir del silencio en el que est¨¢ sumida.
A Lobo fue el periodismo el que le salv¨®. ¡°Me dio la oportunidad de conocer a mucha gente, de darme cuenta de que soy privilegiado ante el dolor de los dem¨¢s. Siempre quise ser reportero, contar historias, y he tenido much¨ªsima suerte, porque lo he sido, lo he sido en medios importantes, he ido a sitios importantes y he tenido los ojos abiertos. He vivido quiz¨¢s la ¨²ltima ¨¦poca de ese periodismo, pero sigo pensando que es necesario¡±.
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