¡°Mi m¨²sica es una mezcla de l¨®gica y sentimiento¡±

Ludovico Einaudi mira por las ventanas del Museo del Prado y disfruta entrecerrando los ojos ante el sol que entra en el vest¨ªbulo. ¡°Un d¨ªa precioso¡±, comenta mientras contempla la ampliaci¨®n de la pinacoteca que realiz¨® Rafael Moneo. Viene de una Inglaterra que ya va oliendo a invierno y en Madrid se encuentra a gusto. Ha aprovechado para comprar algunos cat¨¢logos del museo, y tiene pendiente por la tarde comprarle un traje de flamenca a su hija. Entre una cosa y otra, cuenta los entresijos de su nuevo ¨¢lbum, Elements, que acaba de salir a la venta y que traer¨¢ en directo a Espa?a en abril con tres conciertos en Barcelona, Bilbao y el Teatro Real de Madrid. Adem¨¢s, Einaudi es noticia en Espa?a porque este lunes se ha dado a conocer el popular anuncio de la Loter¨ªa de Navidad y la m¨²sica es obra del compositor italiano (arreglada por Joan Martorell).

De esa arquitectura en la que ve reflejarse los rayos de sol, esos que llevan tostando su piel en el campo durante todo el verano y que hace que a¨²n conserve el moreno, es de la que va este nuevo trabajo en el que el piano vuelve a ser el mejor contador de historias. ¡°Quer¨ªa focalizar este disco en todos y cada uno de los elementos con los que se construye la m¨²sica: ritmos, melod¨ªas, matices¡­ Como un arquitecto reflexiona sobre las formas de una ventana en un edificio o las cualidades de una puerta, que no usa siempre la misma combinaci¨®n sino que busca siempre una forma diferente de encajar las piezas¡±, explica el artista. Lleva siete meses, desde que acab¨® la anterior gira, cuidando de su familia en un retiro campestre y componiendo mirando la naturaleza y sus complejas formas. ¡°Siempre me ha fascinado la manera en la que ordenamos las cosas. A veces miro la tabla peri¨®dica de los elementos, y me encanta ver c¨®mo alguien orden¨® todas esas partes del mundo en una sola tabla. Tambi¨¦n est¨¢ en este disco la filosof¨ªa de Emp¨¦docles y la creaci¨®n del mundo. Recuerdo una lecci¨®n de cuando estudiaba con Luciano Berio: un d¨ªa est¨¢bamos en el campo y observ¨¢bamos c¨®mo volaban los p¨¢jaros, coloc¨¢ndose en esas formaciones tan variadas. Fue entonces cuando me dijo que ser¨ªa muy interesante transcribir ese vuelo de los p¨¢jaros a una partitura para hacerla m¨²sica. Eso es tambi¨¦n lo que est¨¢ aqu¨ª, intentar llevar la naturaleza y lo que me inspira a una serie de piezas¡±, dice.

De Berio, que fue su maestro en Italia, aprendi¨® una m¨²sica excelsa y compleja, que era una proclama y no solo burdo entretenimiento, hija de las vanguardias y de un contexto hist¨®rico demoledor inserto en un siglo XX convulso y terrible. ¡°Esa generaci¨®n fue la que empez¨® a plantearse c¨®mo pod¨ªa provocar al p¨²blico, y mi generaci¨®n y la posterior tambi¨¦n quieren agitar a las masas, pero de una manera diferente. Generaciones posteriores a las de las vanguardias han querido promover un cambio, pero no tiene sentido seguir compitiendo en una batalla cuando la guerra ya ha terminado. Mi generaci¨®n es la que crece en la revoluci¨®n de la cultura popular de los 60, una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, la de The Beatles, Hendrix, Bob Dylan. Hay una sensaci¨®n diferente en nuestro interior¡±, cuenta el artista, que dice que sabe que no es un pianista virtuoso ni solo un compositor, sino un hombre que sabe hablar mejor con la voz del piano. ¡°S¨¦ el sonido que quiero crear, y s¨¦ que contiene todos los elementos de mis emociones y de ese halo de misterio que s¨¦ que tambi¨¦n vive en mi interior. Mi m¨²sica es una mezcla de l¨®gica y sentimiento, un abanico de posibilidades que la m¨²sica sabe explotar cuando todos los elementos van encajando y se insertan en ti y te mueven por dentro¡±, explica Einaudi. A?ade que, aunque su m¨²sica pueda parecer solo emocional, ¡°la organizaci¨®n que hay detr¨¢s de ella, su arquitectura, est¨¢ muy pensada¡±.

Einaudi a veces es visto como un compositor demasiado sencillo, algunos lo llaman pianista de la new age. Pero al italiano solo le importan esas cr¨ªticas si encuentra detr¨¢s de la valoraci¨®n un ¡°razonamiento s¨®lido¡± que le ¡°aporte algo para mejorar y reflexionar¡± sobre lo que hace. Por lo dem¨¢s, le da igual. La m¨²sica es su manera de ver el mundo, la forma espiritual de acercarse al ser humano, su religi¨®n. ¡°Creo que cuando escucho una cantata de Bach o el R¨¦quiem de Mozart, m¨¢s all¨¢ de su origen sacro, las siento como piezas religiosas porque desprenden un aura de religi¨®n libre. Eleva tu alma pero en un concepto abierto, en el que no prima la moralidad ni te encadenan las reglas, sino una religi¨®n en la que puedes ser t¨² mismo¡±. Por ese peso que le atribuye, no puede entender que en Italia o Espa?a la m¨²sica no tenga peso en la ense?anza y se vea en un plano apartado y como algo casi suprimible. ¡°La m¨²sica es una manera muy completa de experimentar y vivir el mundo, no solo con el alma, sino tambi¨¦n con el cuerpo. En la antigua Grecia, la M¨²sica estaba considerada a la misma altura que las Matem¨¢ticas y la Filosof¨ªa, mientras hoy en muchos pa¨ªses le damos una posici¨®n secundaria en las escuelas. No entiendo c¨®mo podemos permitirlo¡±, concluye.