La forja de un yihadista
Mahi Binebine refleja en 'Los caballos de Dios' la humillaci¨®n y falta de futuro que arrojan al joven Yashin a inmolarse
Hace 60 a?os, en Los chivos, el marroqu¨ª Dris Chraibi retrat¨® con aspereza la emigraci¨®n magreb¨ª, maltratada en los miserables guetos franceses. Chraibi mostraba el paso natural hacia la delincuencia de j¨®venes sin futuro, humillados.Medio siglo despu¨¦s, esos mismos barrios ya no solo reclutan para el trapicheo delictivo, sino tambi¨¦n para el yihadismo. Tras la reciente matanza de Par¨ªs, todos los ojos se volvieron hacia Molenbeek, barrio bruselense marcado por la segregaci¨®n y el desempleo, punto de partida de terroristas. Como la banlieue francesa en que crecieron los hermanos Kouachi, peque?os delincuentes que acabaron ametrallando Charlie Hebdo.
Si de la periferia europea salen yihadistas, ?qu¨¦ podemos esperar de los barrios m¨¢s miserables del norte de ?frica, donde el ¨²nico horizonte es emigrar precisamente a esos mismos guetos europeos? Pongamos el suburbio de Sidi Moumen, en Casablanca. De ¨¦l salieron los j¨®venes que en 2003 se inmolaron dejando medio centenar de muertos. ?Hab¨ªa relaci¨®n directa entre su origen miserable y su martirio final? As¨ª lo cree el marroqu¨ª Mahi Binebine, que en Los caballos de Dios retrata el aprendizaje de un terrorista, desde su infancia en Sidi Moumen hasta que en su juventud se hace explotar en el vest¨ªbulo de un hotel (no es spoiler, se cuenta pronto).
La relaci¨®n causa-efecto que traza Binebine es totalmente directa, sin recovecos: son la humillaci¨®n y la falta de futuro las que arrojan al joven Yashin y sus amigos al terrorismo, no tanto por motivos religiosos u odio hacia los opresores, sino porque los ide¨®logos yihadistas les ofrecen aquello que nadie les dio antes: un sentido a sus vidas. Respeto. Dignidad. Trabajo. Educaci¨®n. Y hasta cari?o. ¡°Ya no ¨¦ramos unos par¨¢sitos, unos desechos de la humanidad¡±. Yashin y sus colegas cambian su sue?o de emigrar a Europa por otro destino: ¡°A falta de Par¨ªs, Madrid o Mil¨¢n, un billete de ida al para¨ªso¡±.
Los caballos de Dios no es un reportaje sobre aquellos atentados, que ni siquiera se nombran. Tampoco un ensayo sobre esa relaci¨®n entre injusticia social y yihadismo. Es pura ficci¨®n, narrada por el difunto Yashin desde una ultratumba que tiene muy poco del para¨ªso prometido.
Novela de aprendizaje en sentido cl¨¢sico: infancia, adolescencia y juventud, pasando por todas las estaciones habituales (amistades, f¨²tbol, sexo, rebeld¨ªa, descubrimientos), en un entorno despiadado donde sin embargo, como en toda historia con ni?os pobres, caben la felicidad m¨¢s ingenua y la espont¨¢nea solidaridad.
En su mirada a la calle, Binebine no ahorra detalles truculentos, aunque sin incomodar demasiado al lector. La escritura de Binebine est¨¢ muy alejada de la agresividad de Chraibi o la crudeza extrema que mostraba el tambi¨¦n marroqu¨ª Mohamed Chukri en El pan a secas.
De hecho, el principal valor de sus p¨¢ginas m¨¢s duras es el de iluminar por contraste la belleza de aquellas otras en que la pandilla se inicia en los ritos propios de la edad. ¡°A veces fui feliz entre esos escombros repugnantes¡±, nos dice el protagonista de una memoria a menudo narrada con una ternura que, a la postre, nos har¨¢ m¨¢s indigesto el martirio.
Quiz¨¢s la l¨ªnea que Binebine traza entre el origen miserable y el terrorismo sea demasiado recta, sin meandros que dar¨ªan m¨¢s complejidad al asunto. El protagonista aparece como una criatura inocente, barro f¨¢cilmente moldeable por los yihadistas, sin sentir apenas dudas de su destino. O quiz¨¢s es que la realidad es as¨ª de simple, y hay cada vez m¨¢s desgraciados para quienes ¡°no hay m¨¢s salvaci¨®n que la yihad¡±. Ah¨ª queda la discusi¨®n que esta interesante novela propone.
Los caballos de Dios. Mahi Binebine. Traducci¨®n de Mar¨ªa Teresa Gallego Urrutia y Amaya Garc¨ªa Gallego. Alfaguara. Barcelona, 2015. 157 p¨¢ginas. 17,90 euros
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