¡°Me asombra que desde Catalu?a se diga que somos esclavos¡±
Filma dramas, llora al recibir premios, pero ama la vida, el vino, los libros y las anchoas.Su ¨²ltima pel¨ªcula es 'Nadie quiere la noche' con Juliette Binoche, rodada en parte en Tenerife.
?C¨®mo va la vida? Creo que vivimos en una monta?a rusa, pero bonita. Sigo montada en ella¡ Crec¨ª en un mundo en el que no estaba programada para nada de lo que he hecho, ni de lo que me ha pasado. Tengo la sensaci¨®n de estar de prestado, y perennemente padezco el s¨ªndrome del impostor, incluso cuando me va muy bien. Cuando no me va bien pienso: claro, no es un s¨ªndrome es la verdad.
?Qu¨¦ es ese s¨ªndrome? Lo tienen muchos. Martin Scorsese, por ejemplo, dice que tiene la sensaci¨®n de que est¨¢ en un set de rodaje, alguien va por la espalda y le dice: "Oiga, que usted no pertenece a esto, v¨¢yase".
?Le ocurre en el trabajo o en la vida? Es un s¨ªndrome de profesionales. Henning Mankell, al que conoc¨ª mucho, comentaba que ¨¦l lo hab¨ªa tenido muchos a?os. En la vida no me pasa.
Es como inseguridad cr¨®nica. Me paralizan las situaciones sociales. Hacer las cosas sin aparecer ser¨ªa estupendo. Hace dos semanas el alcalde de Marsella me dio la Medalla de la Ciudad. Prepar¨¦ un discurso dedic¨¢ndole el homenaje a una amiga que hab¨ªa pasado una situaci¨®n muy dura. La garganta se me encogi¨®, empec¨¦ a llorar y no pude parar.
?Qu¨¦ le pas¨® a su amiga? Perdi¨® a su hijo. Le dediqu¨¦ la pel¨ªcula Ayer no termina nunca. He visto c¨®mo esa persona ha salido de uno de los peores pozos en los que puede caer un ser humano. (Mira, ?me emociono ahora!)
El cine la aliviar¨¢ del s¨ªndrome: es usted de veras contando cosas. Se alivia. He dirigido 14 pel¨ªculas. Hay un momento en que contar se sobrepone a todo. El s¨ªndrome del impostor siempre est¨¢ en la rec¨¢mara, sin embargo, pero a la vez hay un placer que se renueva cada vez: transportar al p¨²blico a una nueva aventura.
Ahora escucha a miles de espa?oles para el proyecto de documental Un d¨ªa cualquiera en Espa?a. ?Qu¨¦ ha aprendido? Hay muchas vidas excepciones. Enfermos de ELA; c¨®mo cuidan a sus beb¨¦s dos padres ciegos; gente que ense?a su soledad y su casa. Historias sencillas fascinantes.
?C¨®mo ser¨ªa su propio retrato? Soy directora de cine as¨ª que le a?adir¨ªa algo de literatura: me transmutar¨ªa en una ardilla roja, curiosa, que salta y mira las cosas con ojos de asombro perpetuo.
?Qu¨¦ le asombra del mundo alrededor? La estupidez institucionalizada. Me asombra que en Catalu?a, donde vivo, se diga que estamos oprimidos, que somos esclavos. Yo no me siento oprimida, ni esclava; tengo una hipoteca, como casi todos los espa?oles, eso s¨ª te esclaviza. Me asombra que sea imposible salir de una especie de c¨ªrculo vicioso que se retroalimenta y no lleva a ning¨²n lado.
?Le afecta mucho humanamente? Much¨ªsimo. Me hieren las palabras, los hechos, las mentiras, la manipulaci¨®n de la historia. Cuando se le da la vuelta a haza?as y corrientes hist¨®ricas y se miente descaradamente, me duele hasta el punto de la depresi¨®n. Mi madre era de Salamanca, el padre de mi hija es de Madrid, yo soy de Barcelona y mi padre era catal¨¢n y catalanista. Esto a ¨¦l le hubiera dado verg¨¹enza.
?Le ve rendijas al c¨ªrculo vicioso? Tengo la esperanza de que un rayo de luz ilumine a los que nos gobiernan. ?Si Mas ha dicho, ante sucesos recientes, que ¨¦l los entiende porque tambi¨¦n estamos oprimidos! ?Pero, oiga!
Escribi¨® en EL PA?S una carta de denuncia. ?Fue valent¨ªa? No soy nada valiente. La independencia no parece una idea buena, ni deseable, ni viable. ?En qu¨¦ va a mejorar la vida de la gente? ?Vamos a tener un pasaporte de cuatro barras? ?Y? Fue hartazgo: ?No en mi nombre, en mi nombre no lo hagan!
?Qu¨¦ le alegra de la vida? Las anchoas, los buenos libros, las buenas pel¨ªculas, el buen vino, mi novio, mi hija. ?Las anchoas!
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.