El estado (del humor) de las autonom¨ªas

?De qu¨¦ nos re¨ªmos? ?Y de qui¨¦n? ?Nos re¨ªmos todos de lo mismo? Depende. No queda claro. No. Y eso ocurre con el salto de?Ocho apellidos vascos a Ocho apellidos catalanes. ?Cu¨¢ntos chistes hay de vascos? ?Y de catalanes? No tantos. Y es curioso, porque hay m¨¢s humoristas catalanes que vascos¡­ si existe un censo as¨ª. Emilio Mart¨ªnez-L¨¢zaro, director de ambas comedias, sostiene que ¨¦l cuenta un chiste en un bar en Sevilla y ser¨¢ el tipo menos gracioso del local mientras que la misma broma narrada con el mismo tono en Barcelona le convertir¨¢ en el c¨®mico m¨¢s popular de la ciudad. Puede. O no. Porque como apunta Dani Rovira, ¡°una cosa es ser gracioso y otra, ser un graciosillo¡±.

Seg¨²n algunos cr¨ªticos, tanto la primera como la segunda aciertan en meterse con los aspectos m¨¢s perennes de cada Comunidad Aut¨®noma (o naci¨®n, o como quieran denominarla). Bueno, eso es discutible porque se dar¨ªa a entender que todo vasco es terrorista. No, la primera parte se re¨ªa de los vascos y tambi¨¦n de su actualidad pol¨ªtica y social ¨Cconsiderando la violencia etarra como algo pasajero-, mientras que esta segunda entra al alma catalana -ll¨¢mese la mas¨ªa- pero no ahonda en las ¨²ltimas noticias. Y ah¨ª pod¨ªan haber logrado grandes momentos con Pujol y otras perlas similares. El humor debe re¨ªrse, tiene que re¨ªrse de todo: del?Euskadi tiene un color especial en mitad de la?kale borroka o las palizas de los Mossos hasta de las comilonas vascas, los?castellers o el 3% de la ¨ªnclita familia (no busquen este chiste, no est¨¢).

Puede que haya habido prisas por llegar a tiempo con la segunda parte. O puede que a lo mejor no haya nada divertido en los catalanes¡­ una idea f¨¢cilmente rechazable usando como ejemplos Jaume Canivell, aquel industrial emprendedor de La escopeta nacional, de Berlanga; la misma Rosa Mar¨ªa Sard¨¤, ep¨ªtome del humor catal¨¢n ¨Cbueno, y del espa?ol- o Eugenio, que no contar¨ªa chistes de catalanes, pero empezaba sus gags con aquel ?Saben aquel que diu¡­?. O La Trinca, o Andreu Buenafuente, o Jos¨¦ Corbacho, o Berto Romero o la serie de televisi¨®n Pol¨°nia. Como dice Romero, la idea de poner a un tipo cagando en el portal de Bel¨¦n es catalana y catal¨¢n su nombre universal:?caganer.

?Entonces? Qui¨¦n sabe. En realidad, tanto sesudo an¨¢lisis sobre la segunda parte de la comedia espa?ola m¨¢s taquillera de la historia sea en realidad rid¨ªculo, una b¨²squeda de un argumento te¨®rico que no va a ninguna parte, y solo deber¨ªa hacerse caso a la sentencia de las salas de cine. A Argui?ano, Igartiburu, Erentxun, Gabilondo, Urdangar¨ªn, Otegi, Zubizarreta y Clemente les fue bien: 56 millones de euros. A Guardiola, Adri¨¢, Serrat, Pujol, Caball¨¦, Messi, Cobi y Codorni¨² les han recibido con los brazos abiertos en 800 salas. Veremos