Historia de una subvenci¨®n
Un repaso a las diversas leyes del Cine que han regulado las ayudas a la producci¨®n de pel¨ªculas durante de la democracia

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El cine espa?ol siempre ha recibido ayudas. De una forma o de otra. Como ocurre con toda producci¨®n industrial en Espa?a y como ocurre con el cine en cualquier parte del mundo. Durante el franquismo el cine fue controlado y, sobre todo, censurado, por la Direcci¨®n General de Cinematograf¨ªa. Tras la llegada de la democracia, lleg¨® el apogeo del destape y de las pel¨ªculas S: de 105 producciones espa?oles realizadas en 1978, 20 eran porno; en 1979, creci¨® el porcentaje: 11 de 80. El Congreso Democr¨¢tico del Cine Espa?ol uni¨® a los creadores en diciembre de 1978, que clamaron ante la terrible situaci¨®n y que, entre otras medidas, pidieron la creaci¨®n del ICAA, un Instituto de Cine organismo aut¨®nomo aunque fuera dentro del Ministerio de Cultura. El segundo gobierno de Adolfo Su¨¢rez fue el primero en crear una Ley del Cine en democracia: en 1980 se modificaron las cuotas de pantalla ya establecidas por el franquismo (por cada d¨ªa de proyecci¨®n de cine espa?ol se puede proyectar tres de cine extranjero doblado) y de distribuci¨®n (cinco licencias de doblaje por cada pel¨ªcula espa?ola distribuida).
Octubre de 1982, el PSOE gan¨® las elecciones generales. Y la directora de cine Pilar Mir¨® fue nombrada directora general del cine. Su famosa Ley del Cine, la Ley Mir¨®, lleg¨® en diciembre de 1983. Gracias a esta legislaci¨®n el sistema de subvenciones anticipadas alcanzaba hasta el 50% del coste de las pel¨ªculas, dinero que proced¨ªa del Fondo de Protecci¨®n, y las otorgaba un comit¨¦ que juzgaba su calidad previa. El resto de los estrenos pod¨ªa lograr hasta el 15% de la taquilla y se manten¨ªa la cuota de pantalla de un d¨ªa de cine espa?ol por cada tres de pel¨ªcula extranjera doblada. Es decir, los recursos econ¨®micos iban a pel¨ªculas que a¨²n no hab¨ªan comenzado a rodarse (subvenciones a priori), en vez de hacerlo como en la actualidad, seg¨²n la taquilla (a posteriori). A cambio Mir¨® acababa con las viejas estructuras que a¨²n manten¨ªan el sistema franquista: desapareci¨® la censura, se cre¨® el ICAA, nacieron los acuerdos con TVE, se establecieron las salas X, y Mir¨® practic¨® una pol¨ªtica m¨¢s intervencionista.
El Fondo de Protecci¨®n sufri¨® una r¨¢pida descapitalizaci¨®n por los tristes resultados de muchas de las pel¨ªculas subvencionadas que no pudieron devolver los adelantos, y porque tanta generosidad econ¨®mica hizo que se multiplicara la figura del director/productor, mientras iba desapareciendo el dinero privado que proced¨ªa de un productor con af¨¢n industrial.
En 1996 Jose Mar¨ªa Aznar y el PP ganaron las elecciones. Su pol¨ªtica cinematogr¨¢fica prolong¨® la de los ¨²ltimos directores del ICAA de gobiernos socialistas: reducci¨®n al m¨ªnimo de las subvenciones concedidas a priori y apoyo a las pel¨ªculas de mayor taquillaje. En 2001, con la Ley Del Castillo, el PP acabar¨ªa con la cuota de pantalla en un periodo de cinco a?os. Ese era el plan.
Pero Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero (PSOE) triunf¨® en las elecciones de 2004. Y comenz¨® otro proyecto del Ley del Cine el 28 de diciembre de 2006, auspiciado por la ministra de Cultura Carmen Calvo. Algunas de sus bases ¨Ccomo que las televisiones privadas invirtieran un 1% m¨¢s en cine- fueron rechazadas por los afectados pero encall¨® nada m¨¢s iniciar su andadura cuando las televisiones privadas se negaron a invertir un 1% m¨¢s en cine y los exhibidores rechazaron el texto. Se tard¨® tanto que cuando por fin se logr¨® un texto legislativo pactado (diciembre de 2007), el ministro de Cultura era C¨¦sar Antonio Molina.
Como medida de protecci¨®n frente al cine de Hollywood, se mantuvo la cuota de pantalla (d¨ªas de exhibici¨®n de cine europeo frente a cine extranjero doblado), pero el truco se hizo al contabilizar por sesiones y no por d¨ªas, y sumando las salas integradas en un mismo complejo. Aumentaba la dotaci¨®n del Fondo de Ayuda a la cinematograf¨ªa y lanz¨® un intento finalmente frustrado de convertir el ICAA en agencia estatal. Pero su desarrollo reglamentario fue largu¨ªsimo. Despu¨¦s de una guerra entre productores de cine y operadores de televisi¨®n por la obligaci¨®n de las cadenas de invertir el 5% de sus ingresos en producci¨®n de pel¨ªculas, el nuevo reglamento de la Ley del Cine aprobado en diciembre de 2008 aport¨® algo de paz, aunque no se concret¨® otro tema candente, el de las desgravaciones fiscales.
En abril de 2009 ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde fue nombrada ministra de Cultura e Ignasi Guardans, director del ICAA, y por tanto responsable de rematar la Orden que desarrollaba la Ley del Cine. Su proyecto encontr¨® una enconada oposici¨®n en el grupo Cineastas contra la Orden. En octubre lo saca adelante, pero la Comisi¨®n Europea suspendi¨® temporalmente la Orden, que finalmente entr¨® en vigor en enero de 2011.
Esa Ley del Cine sigue en vigor actualmente. Pero tras la victoria electoral del PP en noviembre de 2011 comenzaron las negociaciones para cambiar el paradigma. Fruto de esos cuatro a?os de conversaciones naci¨® el Reglamento aprobado en mayo de 2015, que daba carpetazo a las ayudas a la amortizaci¨®n, que surg¨ªan de lo recaudado en la taquilla, y se sustituyen por ayudas anticipadas. As¨ª los productores conocer¨¢n de antemano, antes del comienzo del rodaje, con cu¨¢nto dinero p¨²blico podr¨¢n contar y no, como hasta ahora, tener que esperar hasta dos o tres a?os para poder cobrar las ayudas. El decreto ley que lo explicita es el que actualmente est¨¢ en fase de enmiendas. En cualquier caso el nuevo modelo deber¨¢ convivir con el anterior hasta 2018, fecha en la que se finalizar¨¢n los pagos por las ayudas a la amortizaci¨®n de la norma actual.
Con la crisis las subvenciones al cine se desplomaron con la crisis. Y no llegaron ni a la mitad de un objetivo consensuado en su momento en el Congreso de los Diputados, el de 100 millones de euros. Uno de los problemas de estas ayudas es que no es f¨¢cil conocer cu¨¢nto se lleva cada pel¨ªcula y por qu¨¦ conceptos de las distintas administraciones p¨²blicas, aunque la Secretar¨ªa de Estado de Cultura ofrece toda la informaci¨®n posible.
Las subvenciones a la amortizaci¨®n se dividen en dos tipos: ayuda general y complementaria. La primera s¨®lo tiene en cuenta el n¨²mero de espectadores de cada pel¨ªcula. La segunda es m¨¢s compleja con un baremo de puntos (punt¨²a el coste de la producci¨®n, si es infantil o documental, si la productora es independiente o el director un primerizo¡). El importe m¨¢ximo por la ayuda de amortizaci¨®n general es de 400.000 euros y para la amortizaci¨®n complementaria de 1,2 millones, aunque entre las dos no pueden superar los 1,5 millones de euros. Normalmente, las pel¨ªculas m¨¢s taquilleras son las que m¨¢s dinero reciben. Para acceder a las ayudas complementarias (mejor dotadas) hab¨ªa que superar un n¨²mero de espectadores: 60.000 entradas con car¨¢cter general y 30.000 para pel¨ªculas en lengua cooficial o primeros largometrajes del director. Y ah¨ª empiezan las trampas, las compras de entradas para superar esas cifras. Hasta 2011 el sistema era a¨²n m¨¢s arbitrario y garantizaba un porcentaje que llegaba hasta el 33% del coste de producci¨®n a las pel¨ªculas que hicieron m¨¢s de una determinada cifra en taquilla (la diferencia antes era que solo contaba la recaudaci¨®n, ahora es recaudaci¨®n y entradas contabilizadas, se vinculan). Como consecuencia, decenas de filmes cada a?o se quedan unos escasos miles de euros por encima de la marca establecida. Ahora, con el formato de puntos, se ha limitado en parte esta pr¨¢ctica. En parte. Pero la alternativa actual, que aprobar¨¢ por los pelos el PP antes del 20 de diciembre, d¨ªa de las elecciones, no acaba de convencer por los porcentajes raqu¨ªticos de las desgravaciones fiscales y la nula apuesta por el mecenazgo privado, las otras bases que el PP hab¨ªa cacareado como salvadoras del cine espa?ol.
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