Vila-Matas: ¡°No soy nada raro, soy normal; mi yo narrativo es inventado¡±
El escritor reivindicar¨¢ su canon literario el s¨¢bado en la entrega del premio de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en M¨¦xico
Camino de la casa de Enrique Vila-Matasen la barcelonesa calle de Travesera de Dalt ¡ªla famosa Traves¨ªa del Mal de sus escritos¡ª caigo en la cuenta de que ya no vive all¨ª. ¡°Hace cinco a?os que me cambi¨¦¡±, me ri?e benevolentemente cuando trato de justificar el retraso con mucha jeta aduciendo que no encontrarle es un inicio muy vilamatiano. En el nuevo barrio est¨¢ muy c¨®modo. ¡°Es un barrio que conoc¨ªa y frecuentaba ya antes; me resulta muy familiar¡±. Menciona el bar polinesio Taita y, sorprendentemente, las pizzer¨ªas, como Il Commendatore y La Mamma, que sigue existiendo pero ¨Crecalca como si fuera muy importante, y esto, no s¨¦ por qu¨¦, me perturba- ya no exhibe el maniqu¨ª de la vieja en la mecedora.
?Pero no era la Traves¨ªa del Mal su Yoknapatawpha particular? ¡°El nuevo barrio ya est¨¢ entrando en mis novelas. No tiene nombre, como tantos de Barcelona; es una zona incierta, pero yo lo denomino el barrio del Coyote¡±. Como suele suceder con las cosas de Vila-Matas, la realidad se abre a una concatenaci¨®n de casualidades cuya ley, como dir¨ªa su sosias el doctor Pasavento, se nos escapa. Resulta (descubro luego) que hay un barrio del Coyote (San Bartolo) en el municipio mexicano de Amealco de Bonfil, en el estado de Quer¨¦taro Arteaga, que est¨¢ a 2.600 metros de altura y tiene 77 habitantes de los que, leo, un 0 % habla alguna lengua ind¨ªgena y otros tantos (ninguno) poseen computadora. Pero en realidad lo del Coyote de Vila-Matas viene de otro lado: ¡°En este mismo edificio viv¨ªa el autor de las novelas de El Coyote, Jos¨¦ Mallorqu¨ª, y abajo se encontraba la editorial Molino, donde trabajaba. Un amigo me revel¨® que hab¨ªa estado en el despacho de Mallorqu¨ª en su casa y que sobre la mesa ten¨ªa desplegado un gran mapa del Far West. As¨ª que tengo la sensaci¨®n de escribir encima de ese mapa¡±.
El escritorio de Vila-Matas est¨¢ muy ordenado como lo est¨¢n las numerosas librer¨ªas en las que por fin ha podido colocar dignamente sus libros despu¨¦s de tantos a?os de amontonarlos, aunque su biblioteca ¡°crece como un monstruo otra vez¡±. Reflexiona que hoy mucha gente se extra?a de ver librer¨ªas, que les parecen, dice, una absurda acumulaci¨®n de papel. ¡°Impresiona m¨¢s, por lo visto, tener grifos de oro en la ba?era como Escobar que toda La Pl¨¦iade¡±, deplora.
Muy cerca de esta nueva direcci¨®n estaba tambi¨¦n el viejo cine Aquitania -luego filmoteca-, del que recuerda el agitado estreno de Prima della rivoluzioni, de Bertolucci. Un pentimento de recuerdos. ¡°Sorprende lo que fija la memoria, aunque no tengas la de Funes¡± (cuando Vila-Matas habla de Funes no lo hace del gendarme precisamente).
El s¨¢bado, le entregan a Vila-Matas en Guadalajara (M¨¦xico) el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2015, ¡°el Cervantes americano¡±. Es en Guadalajara, aunque la l¨®gica vilamatiana habr¨ªa pedido que fuera en el barrio del Coyote, que existe en el municipio mexicano de Amealco de Bonfil, en el Estado de Quer¨¦taro Arteaga.
La laudatio, explica, se la har¨¢ el cr¨ªtico mexicano Christopher Dom¨ªnguez Michael, su descubridor en esas tierras, y ¨¦l contestar¨¢ con un discurso de dos mil palabras, ¡°la misma extensi¨®n que el de Magris el a?o pasado¡±, en el que hablar¨¢ del futuro, ¡°el futuro del propio discurso, de la novela y de la humanidad¡±.
Abordar¨¢ lo que es y lo que le gustar¨ªa que fuera la literatura de nuestra ¨¦poca. Ha ido descartando, dice, lo que no le interesa, en su b¨²squeda de cosas nuevas que nutren su mundo narrativo. ¡°Lo m¨ªo ha sido una huida del aburrimiento, una estampida del aburrimiento. Me hace feliz lo que es distinto. No me gustan los t¨®picos, las frases hechas, la literatura previsible¡±.
La cultura es la gran obsesi¨®n de Vila-Matas, ¡°consumido y habitado por el mal de la literatura¡±, como lo ha descrito Roberto Brodsky. ¡°La cultura intensifica el sentimiento de estar vivo, te permite encontrar algo interesante en cualquier lugar, incluso en un grano de arena del desierto¡±.
?Qu¨¦ relaci¨®n hay entre el Yo de sus novelas ¡ªsu verdadero protagonista¡ª y la realidad? Parece que ¨²ltimamente marca distancias. ¡°Entiendo que interese el autor. Alguien dijo que el autor ser¨ªa el ¨²nico personaje interesante. Muchas veces me preguntan cu¨¢nto de aut¨¦ntico hay en mis escritos. Yo me dedico a la ficci¨®n; siempre construyo una ficci¨®n. Lo autobiogr¨¢fico est¨¢ muy deformado en mis obras. Aunque hay un yo narrativo, es inventado. No cuento mi vida, ser¨ªa un aburrimiento absoluto. En ese sentido suscribo lo que dec¨ªa Nabokov: ¡®Lo que importa en un escritor no son los datos autobiogr¨¢ficos de su vida, sino la historia de su estilo¡±.
Vila-Matas se declara muy conectado con la realidad: ¡°No vivo nada aislado. Otra cosa es que tenga un mundo propio. No soy nada raro, soy una persona muy normal, aunque a veces haya quienes se empe?en en verme como alguien extra?o, lo que no deja de sorprenderme¡±.
Bueno, pero no negar¨¢ que existe una cierta fenomenolog¨ªa vilamatiana. ¡°A veces, cuando cuento algo que me ha sucedido parece incre¨ªble, quiz¨¢ es la manera de contarlo. Juan Mars¨¦ dice: ¡®Son las cosas de Enrique¡¯. Como la vez que un hombre en el sem¨¢foro me pregunt¨®: ¡®?Usted comprende la filosof¨ªa?¡¯. O cuando un joven argentino me dijo que si estaba cansado de escribir ¨¦l pod¨ªa sustituirme un tiempo. En cambio, hay gente a la que le pasan cosas extraordinarias. pero no lo ve material narrativo".? Como estamos metidos en esa materia, le digo a Vila-Matas que anoche estuve buscando infructuosamente hasta altas horas un libro suyo en el que hab¨ªa metido una postal que me enviaron Joan de Sagarra y ¨¦l desde las Azores. Como el libro es Historia abreviada de la literatura port¨¢til, puede estar en cualquier sitio. ¡°Recuerdo el viaje. Fuimos al Peter¡¯s Bar, el ¨²nico bar al que he llegado con una carta de recomendaci¨®n, y Sagarra se dedic¨® a poner la m¨²sica de Casablanca. Me trae muchos recuerdos de Tabucchi que una vez con mucha generosidad proclam¨®: ¡®Soy un personaje de Vila-Matas¡¯¡±.
En fin, pr¨®xima parada M¨¦xico. ¡°Me gusta much¨ªsimo. ?Peligroso? No lo dir¨¢s en serio tal y como est¨¢ Europa ahora. Es un pa¨ªs surrealista, deslumbrante. Recuerdo que una vez para un festival literario me alojaron en un hotel en el Z¨®calo y pas¨¦ dos d¨ªas emborrach¨¢ndome con unos mexicanos en la terraza. Al tercero manifest¨¦ mi extra?eza porque no hubiera aparecido a¨²n nadie del festival. ¡®?Bromeas, Enrique?¡¯, me contestaron los compa?eros de copas, ¡®?Somos nosotros!¡±.
Lo que hay que leer, en palabras del autor
?Tiene un canon Vila-Matas? "S¨ª, pero no quisiera dar la impresi¨®n de ser intransigente. Es un canon de 10 o 12 nombres que he ido construyendo, a la manera del que cre¨® Borges con Stevenson, Wells o Chesterton. Ah¨ª est¨¢n Robert Walser, mi h¨¦roe moral; Marcel Schwob, Borges, Alejandro Rossi, Raymond Roussel, Perec... Mi manera de hacer cr¨ªtica literaria es proponer un canon no ortodoxo desde la narraci¨®n. Es lo que he estado haciendo desde hace tiempo".
"Mi rechazo a seg¨²n qu¨¦ no significa que no pueda leer, y con mucho gusto, cosas como la novela del XIX", matiza el novelista. "Simplemente, pienso que eso est¨¢ ya hecho y que lo que toca es buscar cosas nuevas. Madame Bovary ya est¨¢ escrita, y de manera perfecta. Lo que no me gusta es lo que viene a?os despu¨¦s copiando su estructura", remata.
Los atentados de Par¨ªs y "el monotema catal¨¢n"
Para el autor de Par¨ªs no se acaba nunca, el 13-N tiene especial significaci¨®n: "Ha sido un golpe brutal; me ha afectado mucho. En Par¨ªs descubr¨ª la libertad y que hab¨ªa otros mundos posibles fuera de la Espa?a franquista. Es como si tocaran algo muy tuyo. Adem¨¢s, los ataques se han producido en una zona a la que voy mucho con Paula, mi mujer".
Los atentados han provocado una pausa en lo que Vila-Matas denomina "el monotema catal¨¢n". "Ha sido reconfortante ver caras nuevas en televisi¨®n y escuchar a aut¨¦nticos especialistas hablando de las cosas verdaderamente importantes. Aunque luego han vuelto los tertulianos y el repunte de lo local".
Desde el punto de vista novel¨ªstico, en el proc¨¦s catal¨¢n ve a "una serie de personas que tratan de mantener su puesto de trabajo". Y a?ade: "Cuando Mas dijo lo de un sol poble, alguien entendi¨® un sol moble. Y ese mueble es la poltrona".
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