El compromiso total del escritor total

Enrique Vila-Matas subi¨® el s¨¢bado al monte Olimpo de la literatura latinoamericana y dio las gracias por la excursi¨®n (y por los 142.000 euros que la acompa?an) pero dijo que el panorama desde la cumbre resulta desolador. Las vistas muestran, b¨¢sicamente, una aldea global de fan¨¢ticos e intransigentes apenas adornada con una literatura condenada por la industria del entretenimiento a explotar como si fueran nuevas f¨®rmulas que ya tienen dos siglos.

Lo hizo al recoger el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances que otorga la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (M¨¦xico), un evento que abri¨® hoy sus gigantes puertas a 2.000 editores de 40 pa¨ªses con Reino Unido como invitado especial. El escritor barcelon¨¦s se sum¨® as¨ª al palmar¨¦s que abri¨® en 1991 Nicanor Parra, que en la edici¨®n pasada premi¨® a Claudio Magris y que tiene en sus altares a santos de la devoci¨®n del autor de Bartleby y compa?¨ªa como Augusto Monterroso y Sergio Pitol.

Este ¨²ltimo, junto a Robert Walser, Marcel Duchamp, W. G. Sebald o Roberto Bola?o, fue uno de los ¡°h¨¦roes morales¡± citados por Vila-Matas en un discurso titulado El futuro pero que, como corresponde, arranc¨® hablando del pasado. Concretamente, de 1948. Ese a?o sucedieron dos cosas. El autor premiado naci¨® en Barcelona y cinco m¨²sicos de Maryland, The Orioles, grabaron la primera canci¨®n de la historia del rock: Demasiado pronto para saberlo.

El escritor, que reconoci¨® su inclinaci¨®n a complicarse la vida para escribir libros en forma de callej¨®n sin salida, record¨® la perplejidad que produjo en su d¨ªa aquella canci¨®n. Al momento, se meti¨® en un jard¨ªn laber¨ªntico: el futuro de la novela. ¡°Pensaba que en las novelas por venir la acci¨®n se difuminar¨ªa en favor del pensamiento¡±, dijo. ¡°Con una confianza ingenua en la evoluci¨®n de la exigencia de los lectores del nuevo siglo, cre¨ªa que aumentar¨ªa el nivel de inteligencia general, y pensaba que en el indescifrable futuro la novela de formato decimon¨®nico ¡ªque se hab¨ªa cobrado ya sus mejores piezas¡ª ir¨ªa cediendo su lugar a los ensayos narrativos, o a las narraciones ensay¨ªsticas¡±. Y sigui¨®: ¡°Yo pensaba que en este siglo se ceder¨ªa el paso a un tipo de novela ya felizmente instalada en la frontera; una novela en la que sin problemas se mezclar¨ªan lo autobiogr¨¢fico con el ensayo, con la ficci¨®n pura, con la realidad tra¨ªda al texto como tal. Pensaba que ir¨ªamos hacia una literatura acorde con el esp¨ªritu del tiempo, una literatura mixta, donde los l¨ªmites se confundir¨ªan y la realidad podr¨ªa bailar en la frontera con la ficci¨®n, y el ritmo borrar¨ªa esa frontera¡±.

Fue entonces cuando el autor de Historia abreviada de la literatura port¨¢til reconoci¨® que lejos de sus deseos, el futuro en el que vivimos no ha producido un po¨¦tico y duchampiano lector-artista fogueado en la obra de Mallarm¨¦ y Joyce sino un prosaico lector-cliente que demanda sus 50 sombras de cada temporada: ¡°Ahora triunfa la corriente de aire, siempre tan limitada, de los novelistas con tendencia obtusa al ¡®desfile cinematogr¨¢fico de las cosas¡¯, por no hablar de la corriente de los libros que nos jactamos groseramente de haber le¨ªdo de un tir¨®n¡±.

Ante un sal¨®n de formato polideportivo poblado por los editores y agentes m¨¢s influyentes de las letras en espa?ol, Vila-Matas utiliz¨® esta vez la estrategia sutil del elefante en la cacharrer¨ªa. ¡°A la ca¨ªda de la capacidad de atenci¨®n [DEL LECTOR] ha contribuido una industria editorial que est¨¢ erradicando de la literatura todo aquello que nos quiere hacer creer que es demasiado pesado, o que va demasiado cargado de sentido, o que puede parecer intelectual. Y el panorama, desde el punto de vista literario ¡ªsi es que ese punto de vista a¨²n existe¡ª es desolador¡±.

Acto seguido, como rey de las citas, apel¨® a la iron¨ªa de otro de sus mayores, Mario Levrero. ¡°?Y por qu¨¦ los escritores son, m¨¢s que otra gente, presa f¨¢cil de las depresiones?¡±, se preguntaba el narrador uruguayo. Respuesta: ¡°Porque no pueden tolerar la idea de tener que vivir en un mundo estropeado por los imb¨¦ciles¡±. Ni que decir tiene que nadie en el Auditorio Juan Rulfo se dio por aludido. De ah¨ª que Vila-Matas agradeciera los servicios prestados a esa especie en extinci¨®n de ¡°gente obsesiva¡± y ¡°tipos complicados¡± que forman la ¡°pavorosa minor¨ªa de lectores¡± para luego entregarse a la ¨²nica nota melanc¨®lica de la jornada: ¡°Hoy, esta ma?ana en Guadalajara, creo observar que mi biograf¨ªa va del nacimiento del rock and roll a los atentados de este noviembre en Par¨ªs¡±.

¡°S¨ªmbolo de la hoy tambaleante universalidad de Barcelona¡±, hab¨ªa dicho en referencia al soberanismo catal¨¢n el cr¨ªtico mexicano Christopher Dom¨ªnguez Michael en su introducci¨®n al premiado, el autor de Par¨ªs no se acaba nunca hab¨ªa le¨ªdo ya dos mil palabras y, fiel a su anuncio de los d¨ªas pasados de no ir mucho m¨¢s lejos, se dispuso a cerrar su discurso pasando del riesgo est¨¦tico al riesgo f¨ªsico: el que corren no los poetas y los novelistas sino los ¡°emigrantes de la guerra de Siria que, despu¨¦s de haber arriesgado la vida, ponen pie en tierra en una isla del Mediterr¨¢neo, y luego lentamente se van alzando, se van elevando, tambi¨¦n para sentir que vuelven a ser¡±. El narrador que ha poblado sus historias de escritores que preferir¨ªan ¡°no hacerlo¡± dio voz en la FIL al coro tr¨¢gico que anuncia el futuro. Y que dice que el porvenir es negro. Aunque puede, eso s¨ª, que est¨¦ lleno de libros. Como Guadalajara, un reducto de lectores inaudito sobre el planeta tierra: 765.000 personas visitaron la feria el a?o pasado. De ellos, 162.000 eran ni?os y otros tantos, j¨®venes. Por si acaso, y avisando que la literatura va en serio, cuando empez¨® la verbena, el aguafiestas ¡ªigual que el dinosaurio¡ª ya estaba all¨ª.