La FIL tiene un secreto
Que una universidad de la periferia mexicana la organice, es clave en el ¨¦xito de la feria del libro m¨¢s importante de la lengua espa?ola
Lo primero que se pregunta uno al llegar a la Feria del Libro de Guadalajara es de d¨®nde ha salido tanta gente dispuesta a hacer cola al sol y a pagar para entrar 20 pesos, el precio de un caf¨¦, 1,15 euros al cambio. Lo segundo es de d¨®nde ha salido tanto libro de papel si dicen que la revoluci¨®n digital es un hecho tan cierto como la Revoluci¨®n mexicana. El doctor Julio C¨¦sar Cruz Ortiz no tiene respuesta para ninguna de las dos preguntas. ?l se limita a relatar con prosa de medicina general que el lunes atendieron a 31 pacientes. ¡°?S¨ªndrome de don Quijote?¡±. El doctor Cruz hace caso y responde lac¨®nico: ¡°Cefalea¡±. ?Un s¨ªntoma del s¨ªndrome? ¡°No, del estr¨¦s. Alg¨²n caso de faringitis tambi¨¦n¡±. De nuevo la noveler¨ªa: ¡°Se comprende. Cincuenta charlas en cinco horas terminan con la garganta de cualquiera¡±. Empe?ado en que triunfe la verdad sobre la fantas¨ªa, el m¨¦dico no se mueve un mil¨ªmetro: ¡°El aire acondicionado¡±.
¡°Crea lectores y tendr¨¢s compradores¡± es el mantra que se oye
Lo raro de la FIL no es que tenga una enfermer¨ªa con cuatro facultativos ni que en los puestos de caf¨¦ las aspirinas compartan men¨² con los cigarrillos. Lo raro de la feria m¨¢s importante de Am¨¦rica Latina no es que tenga un Departamento de Alimentos y Bebidas al que los trabajadores acuden a tomar algo y los visitantes a que les recomienden un restaurante para, pongamos, veganos en Guadalajara. Lo raro no es que a unos metros del espacio dedicado a la ciencia el stand de la Librer¨ªa Parroquial de Claver¨ªa ambiente su beat¨ªfica esquina con una antol¨®gica versi¨®n mariachi de ¡°T¨² has venido a la orilla¡± capaz de convertir al m¨¢s ateo. Lo raro de la FIL no es que haya un puesto en el que puedes alquilar para tu stand una flor de pascua o plantas de bamb¨² de metro y medio. Lo raro de la FIL es la FIL. Si uno tomara cuatro campos de f¨²tbol y los llenara durante nueve d¨ªas con 400.000 libros, 650 escritores (parece que los hay), 2.000 editores (los hay) y 750.000 visitantes tendr¨ªa este sitio digno de aparecer en una gu¨ªa de lugares imaginarios. Lo que no conseguir¨ªa es saber d¨®nde est¨¢ el secreto de una f¨®rmula que lleva funcionando 29 a?os. Sobre todo en un pa¨ªs en el que, apunta Elena Poniatowska, ¡°los libros son un art¨ªculo de lujo¡± y ¡°seis de cada diez mexicanos no lee nunca¡±. Todo el mundo coincide en el papel de esa universidad, organizadora de la feria, en el ¨¦xito del evento. El trabajo pedag¨®gico durante todo el a?o en torno a los autores que acudir¨¢n a la capital de Jalisco produce un humus que da sus frutos cada mes de noviembre. ¡°Crea lectores y tendr¨¢s compradores¡± es el mantra que se oye cada vez que alguien pretende asomarse a la FIL desde la ventana de los n¨²meros.
En M¨¦xico el inter¨¦s [por la lectura] es m¨¢s profundo, menos snob Alberto Manguel, jurado del premio FIL
¡°Yo solo he visto este fervor en el festival de Jaipur¡±, apunta Alberto Manguel, jurado del premio FIL de literatura en lenguas romances, que este a?o ha reca¨ªdo en Enrique Vila-Matas. ¡°Dicen que los mexicanos solo leen tres libros al a?o¡±, contin¨²a, ¡°pero yo veo una sed de literatura sin igual en ning¨²n pa¨ªs de lengua espa?ola¡±. ?Ni siquiera en Argentina, su propio pa¨ªs? ¡°Aqu¨ª el inter¨¦s es m¨¢s profundo, menos snob. Digamos que la teor¨ªa literaria francesa importa menos en M¨¦xico¡±. Pese al fervor apuntado por Manguel, la d¨¦bil red de librer¨ªas mexicanas es otro de los factores que contribuyen al ¨¦xito de nueve d¨ªas que, autores y lectores aparte, re¨²nen a todos los que tienen algo que decir en el mundo editorial hispano: editores, distribuidores, traductores y agentes. Uno de ellos, Guillermo Schavelzon subraya otro factor de ¨¦xito: que la feria no se celebre en la capital. ¡°Aqu¨ª la gente est¨¢ disponible siempre. Si fuera en el DF tendr¨ªan que pasar por la oficina, por casa¡¡± Otra cosa es que se produzcan grandes operaciones de compra-venta. ¡°No las hay. Pero ni aqu¨ª ni en Fr¨¢ncfort¡±, explica el representante de autores como Paul Auster o Ricardo Piglia. ¡°?Contratos? Ninguno. Contactos, todos. En las ferias se abren o cierran contratos, pero todo se concreta por correo electr¨®nico o por skype¡±.
?Contratos? Ninguno. Contactos, todos Guillermo Schavelzon, agente
As¨ª es la FIL. Parece una librer¨ªa gigante el d¨ªa de comprar regalos de Navidad y a la vez un ciclo de conferencias que cuelgan el cartel de ¡°cupo lleno¡±. El idealismo y el pragmatismo caminan por la misma moqueta. Tal vez por eso, entre ¡®Coaching de equipos¡¯ y ¡®Dj para dummies¡¯, en la caseta de Planeta el ¡®Diccionario de la lengua espa?ola¡¯ preside la estanter¨ªa de la secci¨®n de Negocios.
Babelia
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