Jazztopad: la s¨ªntesis del festival de jazz
El festival polaco clausura su duod¨¦cima edici¨®n reafirm¨¢ndose como uno de los eventos ineludibles de la escena jazz¨ªstica europea
¡°Estoy pensando en dejar de hacer conciertos grandes¡± dice Piotr Turkiewicz, director art¨ªstico del festival Jazztopad en Wroclaw (Polonia). Hasta ahora el p¨²blico siempre ha respondido muy bien a ellos, pero afirma taxativo: ¡°no me gusta la tensi¨®n que provoca la necesidad de vender miles de entradas, y no quiero que esa tensi¨®n interfiera en la calidad de la programaci¨®n¡±. Escuchar esas palabras en boca del director art¨ªstico de un festival de jazz es todo un soplo de aire fresco en un mundo en el que se supone que los muebles suelen ser salvados por los grandes nombres.
Jazztopad es un festival que, con un tama?o mediano y unas s¨®lidas convicciones art¨ªsticas, demuestra que hay muchos t¨®picos que derribar respecto al perfil general de los festivales de jazz en Europa, y en cierto modo encarna la s¨ªntesis de todo lo que un evento cultural de estas caracter¨ªsticas deber¨ªa ser, primando por igual la calidad, la did¨¢ctica y una concienzuda b¨²squeda de lo mejor que el siempre evolutivo y bullicioso mundo del jazz puede ofrecer a?o tras a?o.
Con el recientemente inaugurado Narodowe Forum Muzyki ¡ªel auditorio con m¨¢s aforo del pa¨ªs, fruto de la mayor inversi¨®n cultural de su historia¡ª como centro neur¨¢lgico, Jazztopad ha cerrado su ¨²ltima edici¨®n facturando un festival tan arriesgado como exitoso, sustentado esencialmente sobre algunos principios que su direcci¨®n considera fundamentales. En primer lugar, la presencia de m¨²sicos nacionales, seleccionados cuidadosamente y presentados en exhaustivos showcases que revelaron, tanto a los aut¨®ctonos como al p¨²blico internacional, que la escena polaca es una de las m¨¢s estimulantes y efervescentes de Europa. Siempre hubo una gran tradici¨®n musical en el pa¨ªs, pero los j¨®venes polacos est¨¢n desarrollando, no solo su capacidad, sino multitud de grupos y conceptos que van desde la sofisticaci¨®n del cuarteto Free4Arts, capitaneado por el trompetista Tomasz Dabrowski, a la espontaneidad del apabullante W¨®jcinski-Szmanda Quartet o la originalidad del genial Marcin Masecki, uno de los grandes nombres de la m¨²sica cl¨¢sica y creativa en Polonia que, con solo 33 a?os, es due?o de un vocabulario musical ¨²nico.
El siguiente precepto en el ideario de Jazztopad, y tal vez su principal se?a de identidad, es la exclusividad en sus proyectos. El festival no tiene inter¨¦s en grupos en gira o propuestas recurrentes, apostando por elegir m¨²sicos y plantearles retos, formando bandas ¨²nicas y destinando gran parte de su presupuesto a encargar obras escritas espec¨ªficamente para el festival (dos de los discos m¨¢s destacables de este a?o, Wild Man Dance de Charles Lloyd y For Those Who Are Still de William Parker, son precisamente grabaciones de obras escritas para Jazztopad en 2013). As¨ª, en su edici¨®n de 2015, el prestigioso contrabajista sueco Anders Jormin y la pareja formada por Mark Feldman y Sylvie Courvoisier ¡ªdos de los nombres esenciales de la vanguardia actual, muy pr¨®ximos al universo de John Zorn¡ª presentaron sendas obras encargadas por el festival. La de Jormin result¨® particularmente fara¨®nica, con un programa triple que se abri¨® con algunos temas en contrabajo solo, una segunda parte escrita para contrabajo y coro y un cierre compuesto para orquesta sinf¨®nica, coro y contrabajo solista, con m¨¢s de noventa m¨²sicos sobre el escenario. Sin limites: lo que la obra necesite.
Otra variante de estos proyectos exclusivos es la uni¨®n puntual de m¨²sicos afines en busca de la espont¨¢nea magia que solo el jazz, con su esp¨ªritu de inmediatez, puede ofrecer. Un buen ejemplo fue el encuentro del m¨ªtico percusionista Trilok Gurtu con el maestro del guimbri Maallem Mokhtar Gania y el virtuoso clarinetista Waclaw Zimpel, uno de los nombres m¨¢s importantes de ese jazz europeo que bucea en sonidos orientales para incorporarlos a su lenguaje. Un tr¨ªo m¨¢gico en el que el confluencia India-Marruecos-Polonia se presentaba como uno de los momentos irrepetibles de esta edici¨®n. Lamentablemente, una cosa es la compatibilidad musical y otra la personal, y Gurtu, la estrella del evento por razones obvias, malogr¨® a golpe de ego y megaloman¨ªa lo que pod¨ªa haber sido una perfecta sinton¨ªa creativa. Ah¨ª radica el peligro de los proyectos exclusivos, en la posibilidad de que se vayan a pique de forma impredecible, con el consecuente desperdicio de potencial. A pesar de ello, en Jazztopad queda clar¨ªsimo que merece la pena intentarlo, y que el ¨¦xito es mucho m¨¢s plausible que el fracaso.
Adem¨¢s de estas comisiones, el programa principal del festival tiende a nutrirse de un cartel tan variado como comprometido musicalmente. As¨ª lo mostraron el hist¨®rico homenaje al legendario trompetista Kenny Wheeler, organizado en colaboraci¨®n con el London Jazz Festival, que junt¨® excepcionalmente a m¨²sicos de la talla de Dave Holland, Evan Parker, Norma Winstone, Ralph Towner, Steve Beresford o Louis Moholo, el viaje a la India de manos del excitante grupo Saagara, la improvisaci¨®n colectiva de Piotr Damasiewicz y Gerard Lebik junto a los portugueses RED trio, los deliciosos sonidos mediterr¨¢neos del infalible cuarteto de Henri Texier o el momento ¨¢lgido de la edici¨®n de este a?o: el estreno mundial de la nueva obra de Anthony Braxton, uno de los nombres m¨¢s importantes de la historia de la m¨²sica creativa afroamericana, en un ¨²nico y exclusivo concierto en Europa. Escrita para saxo, trompeta, tuba y dos arpas, la ¨²ltima composici¨®n de Braxton certific¨® la vigencia de un m¨²sico inabarcable y genial, que a sus 70 a?os, tiene a¨²n mucho que decir.
?Conciertos grandes? Efectivamente, no parecen necesarios cuando la premisa principal es la del compromiso con un binomio de calidad y eclecticismo y, a la postre, con un p¨²blico que merece que le ofrezcan lo mejor. ¡°El aforo nunca debe dictar la l¨ªnea ni el contenido de la programaci¨®n. Aqu¨ª lo importante es la m¨²sica¡±. No solo eso: Jazztopad, abander¨¢ndose de esa filosof¨ªa que la mayor¨ªa de programadores llamar¨ªa ut¨®pica, define un perfil art¨ªstico al que todo festival deber¨ªa aspirar. Porque cuesta trabajo, pero es posible un festival as¨ª. Vaya si lo es.
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