Entre el infinito y el estornudo

¡°Las ideas no me vienen, me atacan¡±, empieza a confesar Juana en uno de los momentos clave de esta delicada, l¨²cida y sensible opera prima. Lo hace en el interior del coche de su madre, en un momento de fr¨¢gil intimidad que no tarda en ser pulverizado por lo trivial: la madre le reprocha a la ni?a que siempre la interrumpa cuando se halla en el trance de ascensi¨®n de un inminente estornudo. As¨ª, parafraseando a Felisberto Hern¨¢ndez, entre el infinito (de una inefable desconexi¨®n preadolescente) y el estornudo (literal), se apunta el tema clave de esta pel¨ªcula que, en su modo de atender a detalles min¨²sculos y reveladores y en su capacidad de desvelar las corrientes subterr¨¢neas de un microcosmos mirando en sus intersticios y no en sus elementos centrales, comparte sensibilidad y longitud de onda con Los supervivientes, la inclemente segunda novela de Jimina Sabad¨². Juana a los 12 habla del espacio de soledad extrema en el que uno puede extraviarse cuando cierra su infancia y siente que a¨²n no ha empezado el siguiente cap¨ªtulo de su vida. Juana, a los doce a?os de edad, siente un progresivo desapego de sus compa?eros de generaci¨®n ¨Camistades que se desdibujan, afectos que dejan en evidencia su provisionalidad, c¨®digos grupales que excluyen- y, al mismo tiempo, no encuentra interlocutores a su altura en un mundo adulto que no escucha, o no est¨¢, o quiere reglamentar, redirigir y controlar algo que no puede ser medido (ni, en el fondo, compartido).

Juana, que encuentra en El ciervo herido, de Frida Kahlo, un espejo de su malestar, se pregunta por qu¨¦ su madre dibuja unos p¨¢jaros tan lindos y se viste de vampira para asistir a la fiesta de disfraces a la que no hab¨ªa sido invitada, est¨¢ interpretada por Rosario Shanly, la hermana del director. Huyendo de psicologismos y evitando que lo complejo quede domesticado por una ¨²nica explicaci¨®n razonable, Martin Shanly describe su mundo de colegios privados, fiestas familiares y consultas extra-escolares mimetizando la mirada ensimismada y parcial de su protagonista: una mirada en 4:3 que se expande de formato en una escena on¨ªrica que contiene las ¨²nicas notas obvias (en su imaginer¨ªa freudiana de baratillo) dentro de un conjunto donde predomina una sensibilidad enemiga de automatismos y el tacto de no estropear con palabras lo que dejan claro im¨¢genes y silencios.