Borrachera de pasi¨®n

En escena, una pareja. Cada uno de una autonom¨ªa distinta, muy distinta. Ella del Norte, ¨¦l del Sur. Con dos manera diferentes de entender la vida. Ella sujeta a lo que, y a los que, la rodean. ?l m¨¢s libre, vive la vida. ?l, andaluz , ella¡­ gallega. Ni es una escena de la pel¨ªcula m¨¢s taquillera del cine espa?ol, ni de su secuela. Es una historia escrita en forma de novela por Emilia Pardo Baz¨¢n y llevada al teatro de la mano del director Luis Luque versionada por Pedro V¨ªllora.

Insolaci¨®n, la obra de teatro mantiene el t¨ªtulo de la novela, estar¨¢ en el Mar¨ªa Guerrero hasta el 24 de enero. Mar¨ªa Ad¨¢nez la protagoniza. Es Francisca de As¨ªs Taboada, marquesa viuda de Andrade, los apellidos tambi¨¦n contaban en la ¨¦poca -concretamente 1889-, una mujer respetada de la alta sociedad madrile?a. Todo se descoloca cuando conoce a Diego Pacheco, interpretado por Jos¨¦ Manuel Poga, en una de las distinguidas tertulias de finales del XIX. Circunstancias que conoc¨ªa bien la autora de la historia. Su esp¨ªritu impregna esta pieza; el suyo y el del director Miguel Narros, fallecido en 2013, a quien Luque ha querido homenajear, ya que es el primer proyecto de su productora despu¨¦s de la muerte de su amigo y maestro, "el que me ense?¨® a amar este trabajo", afirma Luque.

¡°Pardo Baz¨¢n era una disfrutona¡±, comenta el director. Una mujer muy libre, que romp¨ªa los moldes de la ¨¦poca, que trataba a los hombres de igual a igual mucho antes de que eso estuviera normalizado, ni siquiera conseguido. Se separ¨®, tuvo una relaci¨®n con Benito P¨¦rez Gald¨®s y, adem¨¢s, una aventura con Jos¨¦ L¨¢zaro Galdiano (cuya casa es el palacete que alberga el museo que lleva su nombre). Justo en ese momento escribi¨® Insolaci¨®n.

El sol est¨¢ presente en toda la obra. As¨ªs no puede -ni quiere- mirarlo. Pide que le cierren las cortinas para que no entre en su casa, que ese resquicio de luz -de pasi¨®n- se quede fuera y no la haga sucumbir. El astro marca los estados de ¨¢nimo de As¨ªs, que tambi¨¦n se aprecian en el conseguido vestuario, dise?ado por Almudena Rodr¨ªguez. Comienza vestida en tonos grises, nublados -como su Galicia natal- y acero, f¨¦rreos -como sus principios-. Acaba en tonos c¨¢lidos, dorados, amarillos, una chaqueta champ¨¢n con el cuello decorado con una enredadera, pura naturaleza que ha envuelto a la protagonista y por la que se ha dejado llevar. El final se intuye, pero no es lo importante. Lo importante es la lucha de As¨ªs, sobre todo consigo misma, para atreverse a romper los cors¨¦s y guiarse por los sentimientos.

El espacio esc¨¦nico es tambi¨¦n un reflejo del personaje de Mar¨ªa Ad¨¢nez. Las ondeantes lomas de pradera de San Isidro reflejan su oscilaci¨®n, sus mareos, su embriaguez -venga de la ingesta de vino, de la ingesta de sol, o de la ingesta de las palabras embaucadoras del zalamero Pacheco-. La protagonista intenta huir de ella misma, de sus sentimientos. Marchar a Vigo, su tierra, para no enfrentarse a una sociedad que ya hab¨ªa decidido que ten¨ªa que ser una viuda de conducta irreprochable.

El final se intuye, pero no es lo importante. Lo importante es la lucha de As¨ªs, sobre todo consigo misma

Es una historia de mujeres, extrapolable al 2015. Adem¨¢s de As¨ªs, el personaje de la duquesa es el ejemplo de como ha de ser una se?ora, la criada -escandalizable si se salta alguna norma establecida- y la ventera, que vive libre sin importarle el qu¨¦ dir¨¢n. Puede escocer la vigencia de Insolaci¨®n, pero la acerca al espectador. Otro elemento que une el texto con el p¨²blico es el humor y la iron¨ªa, bromea con elementos reconocibles para los que la est¨¢n viendo. Por ejemplo, en Madrid, se oyen risas en el patio de butacas al hablar del "caudaloso" Manzanares o de la belleza de sus limpios cielos. Ad¨¢nez comenta que en Andaluc¨ªa no sienta del todo bien esa frase que dice: "En Andaluc¨ªa todos nacen actores". Reirse de los t¨®picos de los distintos lugares viene de lejos.

El director quiere dejar patente que Insolaci¨®n es fruto del trabajo en conjunto, de la implicaci¨®n de toda la compa?¨ªa. Comenta c¨®mo el texto acab¨® de adaptarse cuando "se hizo carne" y se vio sobre las tablas. Los actores participaron en ajustar detalles m¨¢s propios del lenguaje. Luque recuerda que hace m¨¢s de un a?o, cuando comenz¨® el proyecto, se fue con Ad¨¢nez a la pradera de San Isidro a empaparse del ambiente para luego recrearlo. El equipo de esta pieza no para, ya est¨¢ ensayando su pr¨®xima obra, El peque?o poni, de Paco Becerra que se estrenar¨¢ en febrero en Alcal¨¢ de Henares.