¡°Medea¡¯ representa la desesperaci¨®n que se ve a diario en los peri¨®dicos¡±
El dramaturgo sube a la escena madrile?a la tragedia griega
Dicen los que lo admiran que en Estados Unidos, por ejemplo, ser¨ªa Sam Mendes, capaz de darle encarnadura dram¨¢tica a lo cl¨¢sico y a lo ultramoderno. Aqu¨ª es Jos¨¦ Carlos Plaza (Madrid, 1943), dramaturgo que ha llevado a la escena de Sam Shepard a Esquilo, a Fern¨¢n-G¨®mez y a S¨¦neca. Hoy estrena en el madrile?o Teatro Espa?ol Medea, de S¨¦neca, en versi¨®n de Vicente Molina-Foix. Aqu¨ª explica Plaza por qu¨¦ es tan actual esta tragedia.
Pregunta. ?Qu¨¦ Medea es ¨¦sta?
Respuesta. La Medea de Plaza, de Molina Foix, de Ana Bel¨¦n..., un equipo. Cada uno con su visi¨®n del mundo, del momento que estamos viviendo. Es un an¨¢lisis muy profundo del comportamiento humano en el que lo fundamental es ese punto de desequilibrio en el que un orden establecido se rompe por la acci¨®n individual de una persona. Medea es pol¨ªticamente incorrecta, va contra toda la normativa occidental acerca del papel de la mujer.
P. ?En qu¨¦ consiste esa incorrecci¨®n?
R. Ella rompe con dos de los papeles claves del ser humano, con los roles sociales de lo que se supone que tiene que ser. Es una mujer casada con un hombre muy famoso, Jas¨®n, un rol que a ella no le afecta; rompe con el rol de ¡°mujer de¡± y toma la iniciativa de qui¨¦n es ella misma. Y rompe con el rol de la maternidad, ella deja de ser madre en la funci¨®n. El texto de Vicente lo dice exactamente: ¡°Medea ha dejado de ser madre¡±, rompe con esta cosa sacra. No se trata de un problema moral, de si es o no es buena o mala, sino de por qu¨¦ llega a esa circunstancia.
P. ?Por qu¨¦ llega?
R. Porque abandona las ra¨ªces de su existencia, por amor, y esa pasi¨®n tan fuerte que los griegos describen tan bien y que vemos en los peri¨®dicos todos los d¨ªas: una persona mata por la pasi¨®n desgarradora que embarga al alma humana. Al sentirse traicionada ella se da cuenta de que su vida no tiene sentido; el amor queda cubierto por la venganza, los sentimientos cl¨¢sicos fundamentales, y va a hacer da?o donde m¨¢s lo puede hacer, a la sociedad, no solamente a Jas¨®n. A los principios sagrados.
P. Dice que es un gui¨®n que est¨¢ todos los d¨ªas en los peri¨®dicos.
R. ?Todos los d¨ªas! Medea, como todos los cl¨¢sicos, permanece, es contempor¨¢nea. La pasi¨®n y la fuerza del ser humano cuando est¨¢ reprimido, por la raz¨®n que sea, rompen lo establecido. Es la esencia del teatro, romper lo establecido; cuando rompes viene la tragedia.
P. Lo que plantea solivianta el esp¨ªritu de los que la ven, ?qu¨¦ ha sentido usted?
R. Llevo varias tragedias griegas, La Orestiada, Electra, H¨¦quba, estoy un poco vacunado contra el esc¨¢ndalo. Cuando te metes en el alma humana, escandalizarse es lo m¨¢s f¨¢cil, pero cuando has estudiado a mitos como Lorca, en Yerma, en Bodas de sangre, y te metes en ese mundo te das cuenta de que nos conocemos poco. Parece que todo est¨¢ bien, que es as¨ª, que es lo bueno, lo c¨®modo, pero hay instintos muy cercanos al ser humano. Estamos cegados y a veces pasa lo que pasa. No lo justifico, intento entenderlo y en el teatro reflejamos el porqu¨¦ pasan las cosas.
P. Esta tradici¨®n de la tragedia griega ha marcado el teatro, habla de Lorca¡
R. ¡ y de Shakespeare, y de otros: las grandes esencias del teatro son tragedias griegas.
P. ?A qu¨¦ se debe esa esencia?
R. Con lo que ha pasado estos a?os en Grecia suelo decir que no olviden nunca que quienes somos y de donde venimos es de all¨ª. Europa a veces se olvida de lo que Grecia ha significado. Llegaron a un punto del pensamiento de tal grandeza que es dif¨ªcilmente superable y concretamente en mi campo, en el teatro, llegaron a la esencia del teatro: el comportamiento humano. Luego ha habido derivaciones, Freud, Jung, los soci¨®logos, los polit¨®logos, pero todo est¨¢ en la tragedia griega. No he encontrado ninguna obra de teatro que no tenga una referencia directa con algunas de las tragedias griegas. En La Orestiada, incluso en Medea, ya est¨¢ casi todo, son hijos matando a los padres, todas las grandes pasiones humanas, la muerte y el amor, el eros y el thanatos est¨¢n ah¨ª. Creo que el desarrollo del humanismo fue el que dio m¨¢s importancia a la cabeza, al conocimiento del ser humano y es a lo que ahora damos m¨¢s importancia.
P. La tragedia griega resume, pues, el esp¨ªritu humano en su grandeza y en su miseria.
R. A lo ancho y a lo largo. El sentido del humor, el pesimismo, el hedonismo, los placeres, los instintos m¨¢s bajos. No s¨¦ c¨®mo lo consiguieron, pero es muy dif¨ªcil dar un paso adelante en ese aspecto porque ah¨ª est¨¢. La prueba es que vas a un pueblecito, a una barriada de Madrid a hacer esta funci¨®n, y piensas que la gente se levantar¨¢ y se marchar¨¢. Pues no. La gente se emociona, llora oyendo los textos y las situaciones planteadas en el siglo V antes de Cristo.
P. ?Qu¨¦ aporta usted a esta Medea?
R. Lo que todos los directores debemos hacer es aportar nuestra relaci¨®n con la sociedad de hoy. Creo que nuestra sociedad es muy superficial, ha dejado de pensar, de profundizar y mi grito es para intentar que la gente piense que dentro del ser humano existe algo m¨¢s que comprar tal o cual producto o la casa que quiere. Me parece que es una sociedad inducida a no pensar. Lo que quiero hacer con Medea es intentar comunicar a mi sociedad, para la que trabajo, que existen valores enormes, negativos y positivos, que se est¨¢n olvidando, dejando de lado.
P. ?Es el consumismo el principal obst¨¢culo para el pensamiento?
R. El consumismo tiene una grand¨ªsima pantalla que est¨¢ tapando las verdaderas necesidades de la gente. Es un problema de castraci¨®n muy dirigido. En la sociedad en la que yo vivo el aut¨¦ntico placer ha desaparecido. El placer del pensamiento, de la poes¨ªa, de la est¨¦tica, el placer de leer, de escuchar... est¨¢n como prohibidos. La gente ya no lo hace porque no sabe que lo puede hacer, porque les han dirigido hacia un determinado lado. Y creo que somos un pa¨ªs profundamente vago, hemos parado la capacidad de pensar. El teatro lleva al espectador a ver a otro ser humano delante de ¨¦l y esa reflexi¨®n le lleva a pensar de alguna manera qui¨¦n es, d¨®nde est¨¢: esas preguntas tan bonitas de toda la vida.
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