El p¨¦ndulo
En un pa¨ªs tan dado al efecto p¨¦ndulo, no se pod¨ªa esperar menos de los vaivenes legislativos en las regulaciones de la industria cinematogr¨¢fica. Est¨¢n a la altura del t¨®pico, sin conocer un cierto equilibrio que no jugara tanto a cumplir esa manida expresi¨®n del ¡°cambio de paradigma¡±. Si antes se premiaba el resultado en taquilla, ahora llega el momento de incentivar la pel¨ªcula en su producci¨®n, no en su estreno. Para huir de los polvos y lodos que han manchado a una parte de la industria, y que han acabado con sumarios en cuatro juzgados madrile?os por falseamiento documental a varias productoras por inventarse sesiones e ingresos en taquilla, el ICAA, el organismo encargado del cine dentro el Ministerio de Cultura, primar¨¢ ahora a la solvencia de los productores y el respaldo que vaya a tener el filme en su estreno. De ayudar a posteriori, con lo que supon¨ªa que las productoras tardaran a?os en recibir el dinero, a empujar los filmes desde sus inicios. Suena bien, ?cierto? S¨ª, pero no.
Porque en Espa?a las dos principales productoras de cine son las dos empresas ligadas a las dos grandes televisiones privadas. A ellas casi parece se?alar con el dedo la parte principal de los nuevos fondos, porque a esas ayudas generales podr¨¢n aspirar las pel¨ªculas producidas en Espa?a que tengan un coste m¨ªnimo de 1,3 millones de euros, al menos el 35% del presupuesto ya garantizado y que se estrenen en 20 salas como m¨ªnimo. El 85% de las ayudas estar¨¢n destinadas a esas producciones. Fenomenal, pero el presupuesto medio de una pel¨ªcula espa?ola apenas llega justo a ese 1,3 millones de euros, y como saben todos los que estudiaron estad¨ªstica: si una persona se come tres pollos, y otros dos pasan hambre y ni los huelen, las encuestas dir¨¢n que cada uno ha paladeado su pollo. En septiembre, FAPAE, la confederaci¨®n que agrupa a las asociaciones de productores, anunci¨® que hasta ese momento hab¨ªa 114 rodajes, aunque de ellos solo 59 eran filmes de ficci¨®n. ?Cu¨¢ntas de esas pel¨ªculas superaban los 1,3 millones de euros? ?Una docena? Parece m¨¢s f¨¢cil cumplir lo de las 20 salas. En el primer borrador se ped¨ªan 40, algo solo alcanzable para unos pocos.
El segundo apartado, ¡°ayudas selectivas¡±, a las que van el 15% de los fondos, se destina para filmes ¡°con un especial valor cinematogr¨¢fico, cultural o social, de car¨¢cter documental o que incorporen a nuevos realizadores¡±. Su coste m¨¢ximo no podr¨¢ superar 1,8 millones (en el primer borrador pon¨ªa de m¨¢ximo 1,6, ahora se abre un poco la horquilla) y tendr¨¢n que demostrar contar ya con garant¨ªas sobre al menos el 10% del presupuesto. Hasta aqu¨ª bien. Cualquier pel¨ªcula que aspire a fondos p¨²blicos, eso s¨ª, deber¨¢ acreditar su ¡°car¨¢cter cultural¡±. Pero en realidad por presupuesto a estas ayudas se apuntar¨¢n la mayor¨ªa de las pel¨ªculas espa?olas.
La Uni¨®n de Cineastas apuntaba, tras la publicaci¨®n del borrador de esta orden: ¡°Se hace casi imposible la aparicio?n de nuevos productores, se eliminan en la pra?ctica las coproducciones internacionales minoritarias, en particular las proyectadas con Latinoame?rica, y se penaliza a las distribuidoras nacionales en beneficio de las majors, inso?lito criterio sin precedentes en cualquier pai?s europeo¡±. Se refiere a que para cobrar el 100% de la subvenci¨®n hay que sumar puntos, hasta 80. Y se obtienen con, por ejemplo la ¡°solvencia del beneficiario¡± (22 puntos), es decir, la trayectoria del productor, la ¡°viabilidad econ¨®mica¡± (40), que prioriza los proyectos que ya cuenten con acuerdos previos con distribuidora -cuanto m¨¢s grande, mejor-, agencia de ventas internacionales y una televisi¨®n.
La m¨²sica era buena, la letra no tanto. Dar el impulso al cine a priori y no a posteriori es un buen concepto. Que la otra Orden aprobada hoy se centre en el coste de una pel¨ªcula ¨Ccon el ojo puesto en que nadie hinche un presupuesto- tampoco est¨¢ mal. Pero en el camino han ganado las televisiones y perdido la clase media del cine espa?ol. Dentro de cuatro a?os, cuando haya otro cambio legislativo, hablaremos del otro extremo del p¨¦ndulo.
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