La revuelta del transg¨¦nero

Cuando en 1990 la fil¨®sofa Judith Butler propuso el drag y la transexualidad para desenmascarar el ¡°sexo¡± como caracterizaci¨®n, caus¨® gran revuelo y muchos malentendidos. Veinticinco a?os m¨¢s tarde, el transg¨¦nero es parte de nuestra vida cotidiana. ?Por qu¨¦?

Se denomina personas transg¨¦nero a aquellas cuya autopercepci¨®n, conducta o apariencia f¨ªsica no se corresponde con las normas sociales que regulan nuestra identidad. Todas las personas podemos percibir un cierto desajuste entre nuestro ser y las reglas. Cuando este produce un grave sufrimiento, se denomina disforia de g¨¦nero (lo contrario de la euforia). La distinci¨®n sexo/g¨¦nero desvincul¨® el g¨¦nero (la identidad que percibimos tener; hombre o mujer) del sexo (genitales y rasgos sexuales secundarios del cuerpo). El tratamiento fue operar anat¨®micamente con el fin de ajustar el cuerpo a la mente. Las primeras operaciones de reasignaci¨®n genital datan de los treinta; el caso m¨¢s conocido fue Lili Elbe, protagonista del reci¨¦n estrenado filme La chica danesa. En los cincuenta, los cambios de Christine Jorgensen y Roberta Cowell tuvieron tanta repercusi¨®n p¨²blica como en 2015 el de Caitlyn Jenner, medallista ol¨ªmpico, estrella de un reality televisivo y portada de Vanity Fair.

En los sesenta, el feminismo utiliz¨® la distinci¨®n sexo/g¨¦nero para argumentar que la biolog¨ªa no es destino: la maternidad y lo dom¨¦stico no son el papel ineludible de las mujeres. En los noventa, las lecturas simplistas de Butler entendieron el g¨¦nero como una actuaci¨®n, una performance individual y transitoria que pod¨ªa cambiarse a voluntad. A pesar de ser inexactas, resultaron ser socialmente muy significativas, pues pusieron de relieve un ansia generalizada de flexibilidad, ligada a las minor¨ªas sexuales LGBTQI ¡ªlesbiana, gay, bisexual, transexual/transg¨¦nero, queer e intersexual¡ª y a sus m¨²ltiples alianzas pol¨ªtico-sociales y econ¨®micas. Transg¨¦nero se convierte progresivamente en un t¨¦rmino paraguas que engloba diversas identidades y pr¨¢cticas, como transexual, travestido, queer, intersexual o genderfuck.

Hacia 2010, el impulso transg¨¦nero traspasa su ¨¢mbito intelectual y activista y llega al debate p¨²blico. Se puso de moda la identidad transversal y la androginia: surge el/la modelo transsexual Andrej/a Pejic. En televisi¨®n, la serie Transparent (este a?o), Laverne Cox en Orange is the New Black y ?lvaro/Alba Recio en La que se avecina, entre otras, contribuyen a la normalizaci¨®n del colectivo.

Existe, no obstante, cierta tensi¨®n entre los transg¨¦neros que aspiran a encajar siendo fieles a las normas tradicionales (Jenner y Pejic encarnan la identidad modelo femenina: delgadez, etnia cauc¨¢sica y actitud seductora) y las corrientes pol¨ªticas cuyo objetivo es desmantelar el estricto binarismo hombre/mujer incorporando la ambig¨¹edad.

Lo transg¨¦nero nos fascina porque vac¨ªa de significado categor¨ªas que ten¨ªamos por inamovibles. Gracias a ello, hacemos posible un giro cultural de gran potencial liberador para todas las personas. Se abren nuevos espacios para aniquilar el sexismo.

Patr¨ªcia Soley-Beltran es doctora en Sociolog¨ªa del G¨¦nero (Universidad de Edimburgo) y premio Anagrama de Ensayo 2015.