El gran a?o del pastiche
En La mano del te?idor, un cl¨¢sico sobre el ejercicio de leer, el poeta W. H. Auden lanz¨® un aviso pertinente para cualquier fin de a?o: ¡°Hay libros que han sido injustamente olvidados; ninguno es injustamente recordado¡±. Los puristas que han le¨ªdo todas las novelas, ensayos y poemarios publicados en 2015 dicen que el que acaba ha sido un curso rampl¨®n. Los que solo hayan le¨ªdo unos pocos tal vez recuerden que muchos merecieron la pena. Aquellos que persiguen la ballena blanca de las letras mundiales viven decepcionados desde 1615, fecha de culminaci¨®n del Quijote. Entretanto, aquellos que no olvidan que la literatura tiene m¨¢s impurezas que el agua de piscina habr¨¢n disfrutado estos meses un pu?ado magistral de pastiches. Por ejemplo, estos cinco (plagados de virtudes):
Promiscuidad. El cavern¨ªcola argentino Osvaldo Lamborghini se parapet¨® durante a?os en un apartamento de Barcelona para marear una obra ¡ªnarrativa y po¨¦tica¡ª dif¨ªcil de clasificar incluso para alguien inclasificable como C¨¦sar Aira, su valedor m¨¢ximo. Mientras, se dedic¨® a hacer collages manipulando revistas pornogr¨¢ficas a los que titul¨® Teatro proletario de c¨¢mara. El Macba los expuso en enero y los recogi¨® en un volumen ¡ªEl sexo que habla¡ª con textos del propio Aira, Alan Pauls, Beatriz Preciado, Valent¨ªn Roma y Antonio Jim¨¦nez Morato. Alg¨²n d¨ªa ser¨¢ pasto de bibli¨®filos. Por ahora, un aviso: no dejar al alcance de los ni?os; ni de los ep¨ªgonos.
Santidad. Los que piensan que el centenario de un cl¨¢sico solo sirve para inaugurar estatuas har¨ªan bien leyendo Malas palabras, la novela en la que Cristina Morales habla sin pelos en la lengua por boca de Santa Teresa. Dicen que esta suerte de cara B del Libro de la vida fue un encargo de la editorial Lumen. ?Y? ?No fue un encargo la Eneida?
Enfermedad. ¡°La industria del libro ser¨ªa mucho mejor sin los escritores¡±, le suelta un editor a un escritor en Patria o muerte (Tusquets), la novela en la que Alberto Barrera Tyszka narra la vida de media docena de venezolanos ¡ªancianos y ni?os, anal¨®gicos y digitales, favorables y contrarios al Gobierno¡ª durante los ¨²ltimos d¨ªas de Hugo Ch¨¢vez (marzo de 2013). Barrera combina lo mejor del periodismo y lo mejor de la literatura. Ficci¨®n casi en tiempo real pero sin fecha de caducidad.
Curiosidad. El cient¨ªfico Jorge Wagensberg saca chispas de todo lo que toca y en el caso de Algunos a?os despu¨¦s (Now Books) lo que toca es su infancia empezando por la llegada a Barcelona de sus padres, jud¨ªos polacos que en los a?os 30 cambiaron el gran mal (el Holocausto) por un mal menor (la Guerra Civil). ¡°Solo los ni?os saben lo poco que saben los adultos de los ni?os¡±, escribe all¨ª un adulto que no ha perdido la curiosidad y que cuenta su ni?ez como si la silbara.
Sobriedad. Dig¨¢moslo a lo grande: aunque en 2015 solo se hubiera publicado Otra vida (traducido por Martin Lexell y M¨®nica Corral para Destino), el a?o ser¨ªa uno de los mejores de los ¨²ltimos tiempos. Escritas en tercera persona, las memorias del novelista y dramaturgo sueco Per Olov Enquist son un retrato de la segunda mitad del siglo XX y a la vez el retrato de un hombre que sali¨® del alcohol como antes sali¨® del atletismo: por la tremenda. Tienen, adem¨¢s, la virtud de las obras maestras del g¨¦nero: no hace falta haber le¨ªdo una sola l¨ªnea de Enquist para quedar atrapado en su vida. Dicho esto, solo queda desear que 2016 sea un a?o tan malo como este.
Babelia
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