Lecturas para reflexionar ante el laberinto espa?ol
Seis fil¨®sofos y escritores recomiendan autores y libros que ofrecen salidas a la realidad. Desde Marco Aurelio hasta Sloterdijk, pasando por Zambrano o P¨¦rez Gald¨®s
¡°Examina de d¨®nde ha salido cada cosa, de qu¨¦ elementos se compone, en qu¨¦ cosa se transmudar¨¢, cu¨¢l ser¨¢ despu¨¦s de mudada, sin sucederle por ello mal alguno¡±. A reflexiones como esta de Marco Aurelio, reunidas en Meditaciones,se refiere Chantal Maillard para acercarse a la Espa?a surgida tras las elecciones generales del pasado 20 de diciembre. Junto a esta poeta y ensayista, un fil¨®sofo, un novelista, un polit¨®logo, un cr¨ªtico literario y una acad¨¦mica de la lengua y escritora han creado, a iniciativa de EL PA?S, una cartograf¨ªa literaria al hilo del a?o pol¨ªtico que termina en un rompecabezas y en otro que entrar¨¢ en un laberinto.
Responsabilidad, recordatorio de qu¨¦ es la pol¨ªtica, c¨®mo debe ser un pol¨ªtico y despojarse de prejuicios partidistas son algunos de los aspectos en que coinciden los autores consultados. Invocan grandes voces del pasado, como S¨¦neca, Voltaire, Hannah Arendt, Max Weber, Mar¨ªa Zambrano, Karl Marx y Benito P¨¦rez Gald¨®s; y del presente, como Claudio Magris y Peter Sloterdijk.
Arendt, Faulkner, Weber
Hannah Arendt y sus textos de ?Qu¨¦ es la pol¨ªtica? (Paid¨®s) es en lo primero que piensa Jos¨¦ Luis Pardo. En ellos, asegura el fil¨®sofo, ¡°una y otra vez su autora se esfuerza por distinguir entre ¡®los prejuicios contra la pol¨ªtica y la evidencia del gran escalofr¨ªo (del cual los totalitarismos nos dieron un bot¨®n de muestra) que recorrer¨ªa el mundo si, para conjurar los males que a veces se derivan de ella, se procediera a la anulaci¨®n de la pol¨ªtica¡±. El momento espa?ol sugiere otras lecturas en Pardo: ¡°El Discurso pronunciado por William Faulkner ante el Consejo del Delta el 15 de Mayo de 1952 (en Ensayos y discursos, Capit¨¢n Swing), en donde intenta reivindicar la herencia de los padres de la Constituci¨®n de EE UU frente al desprestigio de la pol¨ªtica de baratillo; pero todo esto me ha llevado a un lugar obvio: la conferencia de Max Weber sobre Pol¨ªtica como vocaci¨®n (Biblioteca Nueva), en donde, tras definir la actividad pol¨ªtica como una mezcla de convicci¨®n y responsabilidad, desconf¨ªa del pol¨ªtico convencido que se niega a aceptar responsabilidades por sus decisiones en un mundo abyecto al que se opone, y sospecha que casi siempre se trata de ¡®odres llenos de viento que se inflaman con sensaciones rom¨¢nticas¡¯. Por el contrario, manifiesta su respeto por la madurez del pol¨ªtico responsable que mide las consecuencias de sus acciones y, llegado el caso, se atreve a decir, como Lutero: ¡®No puedo hacer otra cosa, aqu¨ª me detengo¡¯. Solo quien no se quiebra ante un mundo que considera est¨²pido o mezquino, ¡®solo quien frente a todo esto es capaz de responder con un ¡®sin embargo¡¡¯, solo un hombre constituido de esta manera tiene vocaci¨®n para la pol¨ªtica¡±.
Voltaire, Magris, B¨¦gout
A este ¨²ltimo se refiere Josep Ramoneda cuando empieza por decir que ¨¦l parte ¡°del prejuicio favorable (aunque probablemente infundado) de que los dirigentes que han de encontrar la manera de formar gobierno en las pr¨®ximas semanas ya tienen hechas las lecturas pol¨ªticas b¨¢sicas¡±. Mencionadas estas premisas, el polit¨®logo sugiere textos literarios breves ¡°para dar aliento al esp¨ªritu en momentos de mudanza. Por supuesto, todos los caminos conducen al C¨¢ndido, de Voltaire, gu¨ªa para no perder nunca de vista el desagradable principio de realidad y afrontarlo con sano escepticismo sin dejarse arrastrar por los eufemismos, las falsas ilusiones o el pesimismo irreductible¡±, dice. Claudio Magris, en ¡°Las fronteras del di¨¢logo, nos recuerda el sentido de la palabra di¨¢logo en unos tiempos en que se utiliza para encubrir algo m¨¢s prosaico como es la negociaci¨®n pura y dura. Bruce B¨¦gout en Sobre la decencia com¨²n, un ensayo a prop¨®sito de Orwell, apela a la virtud de la decencia como fundamento de la pr¨¢ctica pol¨ªtica. En el breve ensayo Fortalecer el miedo, Mia Cuoto advierte de que ¡®hay quien tiene miedo de que el miedo acabe¡¯. En su Diccionario para ociosos, Joan Fuster evoca tres pasiones del alma, el escepticismo, el cinismo y el ego¨ªsmo, que nos ayudan a liberarnos de las trampas de los t¨®picos y del sentido com¨²n. En fin, para no olvidar nunca de d¨®nde venimos, un texto cl¨¢sico de Pier Paolo Pasolini: El art¨ªculo de las luci¨¦rnagas¡±.
P¨¦rez Gald¨®s
La clave para entender la Espa?a actual est¨¢ en los Episodios nacionales, de Benito P¨¦rez Gald¨®s, asegura Jos¨¦-Carlos Mainer. El escritor, profesor y cr¨ªtico literario recomienda su lectura por los parecidos entre la ¨¦poca descrita y la actual: ¡°Gald¨®s empieza a escribir los Episodios en un momento de euforia, cuando el pa¨ªs parece que se reorganiza tras el reinado de Isabel II, y aqu¨ª sucede despu¨¦s del franquismo. Luego empieza a escribir de otra manera cuando el pa¨ªs se colapsa, y llegan los indignados, las ilusiones. En el fondo las cosas segu¨ªan siendo las mismas. Luego llega el 98. Gald¨®s distingu¨ªa tres aspectos patentes en su obra: La idea de la importancia de la educaci¨®n y que de no prestarle la suficiente atenci¨®n ser¨ªa un obst¨¢culo para el desarrollo del pa¨ªs; la angustia econ¨®mica como algo fundamental, lo primordial en la vida del pa¨ªs; y el problema de las falsas ilusiones y las fantas¨ªas como freno al desarrollo. Y eso se traslada hoy a temas como la corrupci¨®n¡±.
S¨¦neca, Zambrano, Marx
Ante ese panorama, Maillard recomendar¨ªa la lectura de El Capital de Marx, ¡°para ser le¨ªdo sin prejuicios partidistas y aplicado a la industria global¡±. En ese esp¨ªritu universal, Clara Jan¨¦s considera que ¡°uno de los libros que estar¨ªa bien leer es El pensamiento vivo de S¨¦neca, de Mar¨ªa Zambrano¡±. La poeta y acad¨¦mica recuerda que ¡°Zambrano destaca su valoraci¨®n de la dignidad y considera al cordob¨¦s un mediador entre la vida y el pensamiento, dos cosas que nos ata?en a todos los humanos. Desde que lo le¨ª me qued¨® como norma una frase citada: ¡®Vivir quiere decir servicio marcial¡±.
De Cicer¨®n a Sloterdijk
Frente al panorama de incertidumbre, ?lvaro Pombo no duda en afirmar que "se est¨¢ en la obligaci¨®n de detenerse un instante y reflexionar: hay que cambiar de vida y de piel como recomienda Peter Sloterdijk". Es lo que dice el novelista y acad¨¦mico quien recomienda el libro Has de cambiar de vida(Pre-Textos), el fil¨®sofo alem¨¢n. "Debe ser algo que no afecte solo al individuo, sino tambi¨¦n al colectivo. Sobre todo en d¨ªas de esta banalidad de la geometr¨ªa m¨®vil de n¨²meros en los pol¨ªticos. Se requiere una redenci¨®n pol¨ªtica fundamental", reclama Pombo. Y no olvida que el otro elemento clave es la educaci¨®n en la libertad: "Por eso es importante el proyecto pedag¨®gico de Jos¨¦ Antonio Marina. La educaci¨®n es la clave de todo, de un pa¨ªs y un estado que la valore en su verdadera grandeza y medida. Mientras esto no suceda seguiremos dando bandazos".
Escenarios ya vividos en los libros en diferentes ¨¦pocas de la humanidad y ahora aqu¨ª invocados. Entre los m¨¢s populares figuran desde C¨®mo gobernar un pa¨ªs, de Cicer¨®n o El pr¨ªncipe, de Maquiavelo, hasta Todos los hombres del rey, de Robert Penn Warren, pasando por El esp¨ªritu de las leyes, de Montesquieu, Fouch¨¦ o el genio tenebroso, de Zweig, o incluso Yo, Claudio, de Robert Graves.Y, claro, unos cuantos ensayos de Michel de Montaigne, como en el titulado De lo ¨²til y lo honroso que empieza diciendo "Nadie est¨¢ libre de decir bobadas. Lo malo est¨¢ en decirlas con muchas intenci¨®n". Luego da luz sobre buena parte de la condici¨®n humana, desde las semillas de la cualidades del individuo hasta su destierro que destruye vidas; o desde los deberes para con los padres o el pr¨®jimo hasta la conveniencia de "tener ciudadanos piadosos con sus padres", o alerta del despertar de ambiciones mientras afloran las traiciones.
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