'Sherlock' en su mundo
Una de las mejores cosas del Sherlock de la BBC creado por Steven Moffat y Mark Gatiss es el perfecto encaje de los dos personajes con los tiempos modernos. Trasladar con ¨¦xito a Holmes y Watson al siglo XXI sin traicionar su esencia no era una tarea sencilla. Pero gracias a la pericia de sus guionistas, a ese especial cuidado que ponen las producciones de la BBC en su acabado visual y a la gran labor de unos actores en estado de gracia, en Sherlock todas las piezas encajan. El ¨²nico problema es que hay que esperar demasiado entre temporada y temporada (los compromisos laborales de todos sus implicados, desde creadores hasta actores, no pone las cosas demasiado f¨¢ciles) y que cada entrega tiene solo tres cap¨ªtulos.
Habr¨¢ que esperar todav¨ªa para una cuarta temporada que a¨²n no han empezado a preparar. Pero para hacer un poco m¨¢s llevadera la espera, y tras dos a?os sin cap¨ªtulos, Sherlock ha regalado por A?o Nuevo (en Espa?a lleg¨® al canal TNT el d¨ªa 7) un episodio especial que se ha atrevido a dar un nuevo giro al asunto imaginando c¨®mo ser¨ªan este Holmes y este Watson en 1895, la ¨¦poca en la que vivi¨® su creador, sir Arthur Conan Doyle.
El Sherlock victoriano mantiene la esencia de los cap¨ªtulos ya vistos en cuanto a su tono, con su caracter¨ªstico humor y esa divertida costumbre de incluir gui?os a sus entregados seguidores. La serie es consciente de la expectaci¨®n que genera y sabe c¨®mo explotarla. En los primeros compases del cap¨ªtulo el espectador asiste al primer encuentro entre Sherlock y Watson (ahora como podr¨ªa haber sido en la era victoriana) para poner el foco despu¨¦s en un caso que llega a ellos un tiempo m¨¢s tarde, cuando la relaci¨®n entre los dos ya est¨¢ consolidada. Por el cap¨ªtulo tambi¨¦n desfilan otros personajes recurrentes en la serie, todos con un atuendo y unas maneras algo distintas a las acostumbradas (incluso con significativos cambios f¨ªsicos) pero desempe?ando pr¨¢cticamente los mismos roles que en anteriores cap¨ªtulos.
Aunque se supone que se trata de un episodio independiente del resto de la serie, en realidad no lo es, de forma que el espectador que llegue a ¨¦l sin conocer los antecedentes de este Sherlock no entender¨¢ pr¨¢cticamente nada. La historia esta plagada de referencias internas, menciones a su propia mitolog¨ªa y a los antecedentes de la serie. El cap¨ªtulo mezcla pasado y presente, ficci¨®n y realidad para impulsar la historia hacia los pr¨®ximos episodios. Es posible que las idas y venidas y las vueltas que da la historia terminen por marear y que incluso pueda resultar a ratos retorcido en exceso. Pero Sherlock nunca ha sido f¨¢cil. O no deber¨ªa serlo.
En La novia abominable, el misterio en torno a una mujer que, despu¨¦s de suicidarse, vuelve a la vida para matar a su marido sirve como hilo conductor de una historia que incluye reflexiones relacionadas con el resto de mitolog¨ªa de la serie y del personaje. Y para incluir una interesante reivindicaci¨®n en la resoluci¨®n del misterio (que mantendremos en secreto para no estropear la sorpresa a nadie). Como suele ser habitual, todas las pistas previas terminan encajando. La novia abominable juega con los personajes y con los espectadores, contando con su complicidad. Sin ella, la serie no ser¨ªa lo que hoy es ni se esperar¨ªa cada cap¨ªtulo con la expectaci¨®n con la que se espera.
Siempre es un placer volver a ese universo lleno de inteligencia e imaginaci¨®n. Aunque solo sea para un cap¨ªtulo y no sea su mejor entrega. Aun as¨ª, siempre es un placer, "querido Watson".
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