El legado de Chirbes perdura con su fundaci¨®n
La entidad da sus primeros pasos con familiares y amigos, seg¨²n los deseos del autor
¡°Casi todos los fines de semana visitaba a su hermana. Aprovech¨¢bamos para convertir esa visita en un reto de puntos de arroces o gazpachos, junto a discusiones pol¨ªticas o encargos de ropa y zapatos¡±. Manolo es sobrino de Rafael Chirbes (Tavernes de la Valldigna, 1949¡ªBeniarbeig, 2015), el autor valenciano del que la editorial Anagrama acaba de publicar su novela p¨®stuma: Par¨ªs-Austerlitz.
Novelas, ensayos y ahora biblioteca
El escritor valenciano Rafael Chirbes (Tavernes de la Valldigna, 1949-Berniabeig, 2015) quiso mantener y dar a conocer su nutrida biblioteca con la creaci¨®n de una fundaci¨®n, que se encargar¨¢ tambi¨¦n por velar por sus derechos de autor y mantener vivo su legado.
NOVELAS:
Mimoun. Finalista del Premio Herralde.
En la lucha final (1991).
La buena letra (1992).
Los disparos del cazador (1994).
La larga marcha (1996).
La ca¨ªda de Madrid (2000).
Los viejos amigos (2003).
Crematorio (2007). Premio de la Cr¨ªtica de narrativa castellana.
En la orilla (2013). Premio de la Cr¨ªtica de narrativa y Premio Nacional de Narrativa.
Par¨ªs-Austerlitz (2016).
ENSAYOS
Mediterr¨¢neos (1997).
El novelista perplejo (2002).
El viajero sedentario (2004).
Por cuenta propia (2010).
Todos estos libros han sido publicados por la editorial Anagrama.
Manolo es tambi¨¦n, junto a su hermana Mar¨ªa Jos¨¦, el encargado de que la Fundaci¨®n Chirbes sea reflejo de lo que su t¨ªo imagin¨®. La familia del escritor prefiere no pronunciarse acerca de si su ¨²ltima obra corona una brillante trayectoria literaria ¡ª¡°No es el fin de nada: no somos la familia los que podemos encasillarla, los lectores decidir¨¢n¡±¡ª y centra sus esfuerzos en dar a conocer un Chirbes ¨ªntimo y familiar, apartado del foco medi¨¢tico y del poder, y lejos del hura?o y solitario como a veces era tildado. ¡°Al anochecer, pod¨ªa telefonearte y sorprenderte con una noticia, hablar de una novela, de Ucrania o de la ¨²ltima gracia de Rita [Barber¨¢] o [Francisco] Camps¡±.
¡°No me dijo nada del tema de la fundaci¨®n hasta finales de julio de 2015. Fui a verlo y ya en su casa me habl¨® de su idea: quer¨ªa que toda su biblioteca estuviera en la fundaci¨®n; que la sede fuera su casa y qu¨¦ personas quer¨ªa que estuvieran en la misma¡±. Alejandro Nogales era uno de los m¨¢s ¨ªntimos amigos de Chirbes. Se conocieron en Valverde de Burguillos, un pueblo extreme?o de 300 habitantes donde el escritor se traslad¨® en 1988 y vivi¨® 12 a?os.
All¨ª escribi¨® algunas de sus primeras obras ¡ªque calificaba como ¡°¨¦picas¡±, como La larga marcha o La ca¨ªda de Madrid¡ª. Nogales, exdirigente de IU, qued¨® fascinado ante la veracidad del Marruecos que Chirbes retrataba en Mimoun. Pronto supo que el valenciano se alojaba cerca de Zafra y le visit¨®: ¡°Hablamos desde las siete de la tarde hasta las seis de la madrugada¡±.
Chirbes, animado por el pol¨ªtico, se apunt¨® a la pe?a gastron¨®mica de Zafra. El destino quiso que fuera Nogales quien le acompa?ara en su ¨²ltima comida. ¡°Antes de que lo dejara de comer por la enfermedad, comimos tellinas, gambas de D¨¦nia y un gran arroz a banda. Todo regado con botellas de buen vino. Estuvimos arreglando el mundo, como siempre¡±. El 15 de agosto de 2015 a las dos de la tarde, Alejandro era una de las personas, con familiares y amigos, que estaban a los pies de su cama en Beniarbeig.
?Conservar la obra
La Fundaci¨®n Chirbes tendr¨¢ su sede en esta casa donde el escritor falleci¨®. Una casa-laboratorio donde se gestaron las novelas que ¨¦l bautiz¨® como ¡°testamentarias¡± y que le lanzaron a una fama literaria que le provocaba cierta alergia: Crematorio y En la orilla. ¡°La fundaci¨®n se va a encargar de catalogar y valorar los textos que Rafael decidi¨® no destruir, administrar sus derechos, conservar su obra y esp¨ªritu, mantener el contacto entre sus amigos, disc¨ªpulos, admiradores y cr¨ªticos. Y tambi¨¦n conservar su nutrida biblioteca¡±, relata su sobrino.
El escritor de la descarnada Par¨ªs-Austerlitz viv¨ªa rodeado de gallinas, patos, perros, gatos... Tambi¨¦n con Israel, el trabajador que arreglaba el jard¨ªn, la huerta y le hac¨ªa compa?¨ªa. En el bar, sus amigos le recuerdan en las tardes de gin tonic, hablando apasionadamente de Valencia o recordando sus viajes por el mundo. ¡°Era una persona de una cultura tan vasta que se me hac¨ªa imposible que hubiera tenido tiempo para saber tanto. ?l siempre respond¨ªa: ¡®No s¨¦ nada Alejandro¡±, confiesa Nogales. Quienes le conocieron bien ensalzan su sentido del humor. ¡°Quiz¨¢s un humor oscuro¡±, conceden. Le recuerdan como un celebrador de la vida demasiado l¨²cido y cuya ausencia es todav¨ªa muy dolorosa. ¡°Su muerte nos ha dejado un hueco imposible de cubrir¡±, admiten en el pueblo. ¡°Nos ha dejado vac¨ªos¡±, concluye su sobrino Manolo.
Beniarbeig, ¨²ltimo refugio
Tras dejar Extremadura, Rafael Chirbes buscaba una vivienda que guardara su intimidad, que le proporcionara aislamiento para escribir pero que, al mismo tiempo, le permitiera alojar su biblioteca, socializar, estar cerca de su familia y hacer "turismo sociol¨®gico" en Valencia. Le compr¨® a un camionero jubilado una casa en las afueras de Beniarbeig, una localidad de la Marina Alta, de tradici¨®n agr¨ªcola, ubicada a los pies del monte Seg¨¤ria y cuyo centro urbano es atravesado por el meridiano de Greenwich. Apenas nueve kil¨®metros separaban a Chirbes de su admirado mar, al que sol¨ªa ir a pescar con amigos en un bote. El escritor, como buen gastr¨®nomo, disfrutaba de dos de los platos t¨ªpicos de la regi¨®n: el arr¨®s en fessols i naps (habichuelas y nabo) y los mulladors (una sanfaina de pimientos, at¨²n, tomate y berenjena).
Chirbes fue un gran viajero que siempre volvi¨® a la D¨¦nia de sus abuelos. Ten¨ªa unas profundas ra¨ªces familiares y ¡°nunca dej¨® de llevarse temporadas a su corta familia all¨¢ donde resid¨ªa: Madrid, Marruecos, Extremadura...¡±, explica su sobrino Manolo. Fue precisamente una desgracia familiar ¡ªel alzh¨¦imer de su madre¡ª la que hizo que Chirbes volviera a su Mediterr¨¢neo y se quedara para siempre en ¨¦l.
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