Muere Glenn Frey, guitarrista de los Eagles
El miembro fundador de la exitosa banda de country-rock fallece a los 67 a?os en Nueva York
Hubo una ¨¦poca, all¨¢ por los setenta, con la contracultura hecha cenizas tras el festival de Woodstock y el violento festival gratuito de Altamont, ¡°el Woodstock de la costa oeste¡±, ambos celebrados en 1969, que parec¨ªa que en Estados Unidos solo estaban los Eagles y, luego, el resto. Pero, sobre todo, estaban los Eagles. En esa ¨¦poca, comprendida especialmente entre 1972 y 1979, la guitarra de Glenn Frey, miembro fundador de la banda, era la m¨¢s escuchada del pa¨ªs, definiendo con sus cuerdas el country-rock m¨¢s exitoso de la historia.
Frey fue mucho m¨¢s que el guitarrista principal del grupo de country m¨¢s famoso del planeta. Compartiendo liderazgo con el baterista Don Henley, el m¨²sico de Michigan fue parte esencial de los Eagles, esos chavales con pintas de cowboys salidos de la comunidad rockera de Los ?ngeles, que se conocieron cuando fueron reclutados por separado para acompa?ar como banda a Linda Ronstand, cantante country de corte cl¨¢sico, durante la promoci¨®n del disco Silk Purse. La experiencia llev¨® a Frey, Henley, el bajista Randy Meisner y el guitarrista Bernie Leadon -m¨¢s tarde reemplazado por Joe Walsh y a los que luego se sumar¨ªa Don Felder, con un papel important¨ªsimo como guitarrista- a crear su propio grupo. Con esos nombres cortos y caracter¨ªsticos tan propios de las bandas brit¨¢nicas que cambiaron el mapa del pop anglosaj¨®n durante la conocida British Invasion liderada por Beatles, Rolling Stones, Kinks o Animals, se llamaron los Eagles, en homenaje a los Byrds, que abrieron en los sesenta el camino art¨ªstico que ellos tomar¨ªan en los setenta hasta convertirlo en una autopista interestatal perfectamente asfaltada y con rumbo a la gloria.
Como guitarrista, Glenn Frey hab¨ªa tocado en varias formaciones de Detroit, entre ellas la de Bob Seger, y hab¨ªa liderado una banda llamada Longbranch Pennywhistle junto a JD Souther. Cuando decidi¨® junto a Don Henley formar los Eagles, lo hizo con una idea en la cabeza: intentar llevar el country-rock precedente de los Byrds y los Flying Burrito Brothers, cuya influencia de honky-tonk era m¨¢s que notable entre los j¨®venes de la costa oeste con gusto por el sonido vaquero, a las audiencias de rock. Es decir, a un mundo mucho m¨¢s definido por el espect¨¢culo y los decibelios que por las ra¨ªces. La f¨®rmula result¨® de inmediato. Primero, en 1972, en el ¨¢lbum de debut, Eagles, que contaba con Take it easy de Jackson Browne (que Frey le ayud¨® a terminar y acab¨® firmando tambi¨¦n), ni?o prodigio de Lauren Canyon, que no tuvo m¨¢s remedio que asumir que casi todo el planeta aplaudir¨ªa su magn¨ªfica canci¨®n creyendo que era obra de los Eagles. Y, despu¨¦s, un a?o despu¨¦s, en Desperado, en el que Frey despunt¨® como compositor, haciendo una sociedad perfecta con Henley, a la que los m¨¢s fan¨¢ticos llegaron a comparar con Lennon y McCartney.
A decir verdad, el brillo de fen¨®meno perfecto, como el que representaron los fabulosos de Liverpool apenas unos a?os atr¨¢s, estaba ah¨ª. En menos de un lustro, los Eagles se convirtieron en la banda m¨¢s grande de Estados Unidos. Su primer recopilatorio, Their Greatest Hits (1971-1975), fue el disco m¨¢s vendido de la historia del pa¨ªs y, a d¨ªa de hoy, se halla en la parte alta de los m¨¢s facturados mundialmente junto con el Thriller de Michael Jackson. De hecho, Billy Joel los lleg¨® a calificar ¡°los Beatles norteamericanos¡±. Pero, m¨¢s all¨¢ de esa necesidad estadounidense de hallar siempre una alternativa al s¨ªmbolo eterno de los Beatles, como antes se hizo con los Beach Boys, Byrds o Creedence Clearwater Revival, los Eagles realmente se erigieron en la d¨¦cada en la que el rock ya ten¨ªa su propio mercado adulto y canales comerciales masivos en la respuesta americana a sus coet¨¢neos Led Zeppelin.
Con sus camisetas viejas y vaqueros ra¨ªdos, los Eagles eran la insignia perfecta de la m¨²sica norteamericana al nuevo rumbo que hab¨ªa cogido el rock, que pronto escenificar¨ªa toda su grandilocuencia en estadios. De esta forma, le dieron a su country una apreciable pegada de hard-rock. Si los brit¨¢nicos ten¨ªan su propio avi¨®n, ellos tambi¨¦n. Si Led Zeppelin grababan Stairway to Heaven, ellos Hotel California, la canci¨®n que dio t¨ªtulo al disco m¨¢s importante de su carrera, una f¨¢bula sobre la ajetreada vida de las estrellas del rock, publicada en 1976, cuando ya hab¨ªan roto todos los r¨¦cords con su ¡°Grandes ?xitos¡±, y que les puso en la cima m¨¢s grande jam¨¢s alcanzada por una formaci¨®n con la etiqueta de ¡°country¡±.
Ese ¨¦xito, pero tambi¨¦n esa deriva consciente de estandarizar las esencias, les llev¨® a ser uno de los grupos m¨¢s odiados por la nueva contracultura de los setenta, por la generaci¨®n punk y, a¨²n m¨¢s doloroso para ellos, por los aut¨¦nticos guardianes del mejor country-rock. De estos ¨²ltimos recibieron las peores palabras. Chris Hillman, que pas¨® por Byrds y fund¨® Flying Burrito Brothers, dijo: ¡°Los Byrds inventaron el country-rock, Gram Parsons y yo lo definimos y los Eagles lo llevaron al banco¡±. Parsons, esp¨ªritu filosofal del g¨¦nero, fue m¨¢s contundente cuando poco antes de morir asegur¨® que los Eagles eran ¡°un mal polvo con sabor a pl¨¢stico¡±. Y, entre tanto, Tom Waits, al que le versionaron su balada noct¨¢mbula Ol¡¯55, aseguraba que lo mejor que se pod¨ªa hacer con los discos de los Eagles era usarlos de posavasos.
Afectados mucho m¨¢s por la presi¨®n de las giras y los enormes problemas internos como banda que por las cr¨ªticas, se separaron en 1980. Henley y Frey se lanzaron a carreras en solitario. En el caso del reciente fallecido, sus discos pasaron sin pena ni gloria mientras compon¨ªa alguna canci¨®n para el cine o se le pod¨ªa ver de actor en la serie Miami Vice. Los Eagles regresaron en 1994, a pesar de que Henley jur¨® que nunca habr¨ªa un reencuentro. ¡°Antes se congelar¨ªa el infierno¡±, asegur¨® en su d¨ªa. Pero el infierno se congel¨®, tal y como rezaba Hell Freezes Over, el disco que sacaron para su esperado regreso, y volvieron a ser una banda de grandes audiencias con mucha carretera a sus espaldas -llegando a visitar Espa?a- y una importante dosis de nostalgia, que intentaron combatir en ocasiones con ¨¢lbumes como Long Road Out Of Eden, aunque su manager Irving Azoff reconoci¨® que ¡°tocando una hora en Kansas" se llevaban "m¨¢s dinero que de iTunes en todo un a?o¡±. Y, como banda reunificada, tambi¨¦n ten¨ªan sus problemas: Henley y Frey se quitaron de en medio a Felder al cuestionarles su liderazgo. A fin de cuentas, los dos hab¨ªan creado los Eagles y los dos se sent¨ªan en pleno derecho de mandar sobre los dem¨¢s.
Ahora, sin Frey a la guitarra ser¨¢ muy dif¨ªcil imaginarse a los Eagles, que en este siglo XXI son una vieja gloria, como tantas, apurando los ¨²ltimos a?os de carretera, aferr¨¢ndose, como la mayor¨ªa de ellas, c¨®mo pueden, con dignidad o sin ella, a las resonancias de esa ¨¦poca que hubo y que no volver¨¢. Y, al igual que millones de personas de una generaci¨®n han llorado la reciente e irreparable p¨¦rdida de David Bowie, otros millones de personas de esa misma generaci¨®n lloran ahora la de Glenn Frey. Incluso, sin miedo a equivocarse, ser¨¢n m¨¢s en Estados Unidos los que lloren al guitarrista de Eagles, esa banda que durante aquella ¨¦poca cantaba a eso tan americano de los coches, las carreteras y las vidas en busca de rumbo, e inventando para muchas de ellas un lugar imaginario donde repostar llamado Hotel California.
Babelia
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