Javier y Fernando Mar¨ªas, entre chapas y ¡®vespas¡¯
El acad¨¦mico y el catedr¨¢tico charlan en los ¡®Di¨¢logos con la cultura¡¯ de la Aut¨®noma
Fernando es catedr¨¢tico, historiador del Arte, especialista mundial en El Greco. Javier es novelista, acad¨¦mico, el autor de Coraz¨®n tan blanco y Negra espalda del tiempo, la novela en la que cuenta la historia de su hermano Julian¨ªn, su predecesor, que muri¨® a los tres a?os. De ni?os Fernando (1949) y Javier (1951) jugaban a las chapas que fabricaba Fernando. ?ste escog¨ªa las chapas con la vestimenta de Real Madrid. A Javier le daba rabia, pero ten¨ªa que conformarse con las vestidas de azulgrana. Los dos son del Real Madrid desde la cuna. Son dos de los cuatro hijos del fil¨®sofo Juli¨¢n Mar¨ªas y de Lolita Franco, que a la vez fueron sus maestros.
As¨ª que llevan jugando juntos desde la ni?ez; por ejemplo, compartieron de ni?os esa Vespa que aparece en la fotograf¨ªa con la que la Universidad Aut¨®noma de Madrid anuncia los Di¨¢logos con la cultura que ellos iniciaron ayer. Como Fernando es catedr¨¢tico all¨ª convenci¨® a su hermano Javier, que es reacio a estas salidas. De lo que no hablaron (lo hicieron de literatura, de historia, de filosof¨ªa, de c¨®mo jugaban a las chapas: ¡°Javier nunca me perdonar¨¢ que le pusiera a favor del Bar?a¡±) fue de lo que se dec¨ªan en la cuna, a pesar de que esta primera sesi¨®n de los Di¨¢logos se titulaba, precisamente, Di¨¢logos desde la cuna.
Fernando, directamente, no recordaba de lo que hablaron en esa remota edad, pero Javier s¨ª se acuerda: cuando viv¨ªa en Estados Unidos y era un ni?o de tres a?os ten¨ªa encima de la cuna unos avioncitos. Entonces le preguntaba a Fernando y a sus otros hermanos mayores: ¡°?Ad¨®nde ir¨¢n esos aviones?¡±.
Contaron qu¨¦ hab¨ªan aprendido de sus padres. Dos frases que se les quedaron como lemas de esas ense?anzas de Juli¨¢n y de Lolita: ¡°No se especialicen, aprendan de todo¡±; ¡°No hay mal trabajo mientras no haya otro mejor; ¡°No hay que dar importancia a lo que no la tiene¡±. Fernando cont¨® que como se llevaban ¡°un a?o y pico¡± vivieron en la infancia la fantas¨ªa de ser gemelos; ¨¦l hac¨ªa de hermano mayor, ¡°pero generoso¡±, de ah¨ª que en la Vespa que se exhibe en la convocatoria del acto (fotografiada ¡°quiz¨¢ en 1959, en Soria¡±) sea Fernando el que va de paquete. El novelista iba rectificando al historiador, as¨ª que ¨¦ste no tuvo m¨¢s remedio que llamarlo ¡°hermano peque?o respond¨®n¡±, lo que no arredr¨® al menor, que evoc¨® el anticipo de su primer libro (20.000 pesetas por Los dominios del lobo, ¡°cualquier dinero me parec¨ªa much¨ªsimo¡±). Pero Fernando ten¨ªa un argumento para oponerle: por un texto sobre El Bosco le dieron 25.000.
?Una familia extra?a
El mayor condujo a su ¡°hermano poli¨¦drico¡± por la geograf¨ªa humana de una ¡°familia excepcional y extra?a, e incluso un poco monstruosa¡±, en la que no era raro encontrarse, en sus pasillos, con Emilio Lled¨®, Eduardo Mart¨ªnez de Pis¨®n, Elio Carpintero, Jos¨¦ Luis Aranguren, Enrique Tierno o Jos¨¦ Mar¨ªa Maravall, y a la que pertenecen genios tan conocidos como el cineasta Jes¨²s Franco, el cr¨ªtico de m¨²sica (de este peri¨®dico) Enrique Franco o el cineasta Ricardo Franco...
Don Juli¨¢n los sacaba de casa los domingos, por ejemplo para ir a ver a Azor¨ªn. Javier tiene un trauma con esa visita; lo iban a ver despu¨¦s de misa de once, y al joven Mar¨ªas le extra?aba observar que hombre tan principal tuviera a esas horas la cama sin hacer. ¡°Yo hago la cama en seguida, pero es cierto que, como quiz¨¢ hac¨ªa Azor¨ªn, me acuesto tarde y me levanto mucho despu¨¦s que ¨¦l lo hac¨ªa¡±.
A Fernando le gust¨® sacar de su hermano declaraciones sobre los egos de la literatura, y por esa v¨ªa llegaron a Francisco Rico, el profesor Rico de cuatro o cinco novelas de Javier. Ah¨ª revel¨® el novelista que el acad¨¦mico quiere continuar viviendo en sus novelas. ¡°Le he dicho que no va a salir m¨¢s, pero ¨¦l quiere seguir apareciendo porque de eso depende, seg¨²n me dijo, su probable posteridad¡±.
Hubo tambi¨¦n sesi¨®n de teor¨ªa literaria. El joven Mar¨ªas cree, y eso le dijo a su hermano historiador, que la ficci¨®n es lo ¨²nico irreversible: la historia, por ejemplo, se puede rectificar, como el periodismo, mientras que una novela no resiste revisi¨®n: Madame Bovary se muri¨® como dice Flaubert. ¡°La ficci¨®n es lo ¨²nico que cuenta la historia completa. Ni siquiera aquello que contamos que nos pas¨® estar¨¢ nunca definitivamente contado¡±. La ficci¨®n ¡°es uno de los reductos de la memoria; ahora que tanto se archiva resulta que no disponemos de nada..., y la antigua memoria personal se va debilitando¡±.
El historiador se sirvi¨® de im¨¢genes de la infancia com¨²n, de la juventud, de ahora, y de portadas de libros de Javier, entre las cuales se colaron im¨¢genes tomadas por el propio Fernando y utilizadas por el novelista para sus cubiertas. ¡°Voy a poner¡±, le dijo, ¡°el power point¡±. ¡°?Power point? ?Qu¨¦ es power point¡±. ¡°Esto, lo que constituye este aparato¡±. ¡°?Y ustedes tienen que dar clase con eso todo el rato? ?Pues cuando yo ense?aba iba siempre a la pizarra¡±.
Al final volvieron a las chapas. ¡°?A?os y a?os tratando de vencer al Madrid por culpa de tus chapas!¡± ¡°Es que t¨² estabas entonces d¨¢ndole la negra espalda a la realidad¡±.
¡°El mundo se ha vuelto loco en general¡±
Javier Mar¨ªas escribe columnas "porque el mundo se ha vuelto loco, en general" y gracias al periodismo ¨¦l lo puede argumentar. La ficci¨®n, sin embargo, le permite descansar del mundo. Cont¨® lo que pas¨® con el presidente Chaves, cuando fue a ver a Cristina Kirchner, cuando vio cerca de la Casa Rosada la estatua de Col¨®n: "?Qu¨¦ hace ah¨ª ese genocida!". O lo que contaba EL PA?S hace unos d¨ªas, sobre los cambios de nombres (pol¨ªticamente incorrectos) en los t¨ªtulos de cuadros del Rijksmuseum de Amsterdam... "?Nuestro padre se hubiera desesperado con estas cosas!", estuvieron de acuerdo los Mar¨ªas. Pero tambi¨¦n hubiera dicho algo que siempre les dec¨ªa: "No hay que darle importancia a las cosas que no la tienen". Di¨¢logos con la cultura es una iniciativa del rectorado de la Aut¨®noma. Ayer el protagonismo fue para Filosof¨ªa y letras. El rector, Jos¨¦ Mar¨ªa Sanz, prometi¨® nuevas sesiones igual de jugosas.
Babelia
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