La conquista del Oeste
El concierto que U2 ofreci¨® en Colorado en 1983 marc¨® un punto de inflexi¨®n en su carrera. El DVD, este domingo con EL PA?S
La carrera de un gran grupo como U2 est¨¢ construida con una producci¨®n mantenida en el tiempo de grandes discos y canciones. Pero tambi¨¦n con momentos cruciales de esos considerados hist¨®ricos. Los que mueven a impostores a fingir haber estado all¨ª, haberlo visto, haber sido testigo, promotor o simple merodeador. En el caso del concierto de U2 en el anfiteatro Red Rocks de Colorado (EEUU) el 5 de junio de 1983, los testigos reales fueron poco m¨¢s de 4.000 personas.
U2 estaban en plena gira norteamericana de War, su tercer disco, que en Europa les hab¨ªa dejado entrever la puerta grande. El disco de Sunday Bloody Sunday y New Year¡¯s Day. Pero, aunque su repercusi¨®n comenzaba a crecer en Estados Unidos, no lo hac¨ªa al ritmo deseado. Otro grupo con menos ego se habr¨ªa conformado con haber concatenado giras americanas dignas pero inocuas por los restos, pero U2 ¨Cy esto siempre estuvo en la base de su ¨¦xito- ambicionaban algo m¨¢s grande y ¨¦pico. Quer¨ªan triunfar en Am¨¦rica. ?C¨®mo hacerlo? Forzando la situaci¨®n, yendo a la monta?a.
Red Rocks es un anfiteatro mitad natural (rocas), mitad construido (gradas a la manera romana) en uno de esos paisajes privilegiados que existen en Colorado. Perfecto para U2, su promotor americano (Barry Fey), su manager (Paul McGuinness) y la cadena brit¨¢nica Channel 4 (que pon¨ªa dinero a cambio de derechos) como ese lugar especial en el que grabar el directo de los irlandeses, lanzarlo al mundo v¨ªa televisi¨®n y convencer a los yanquis de la potencia del grupo sobre el escenario.
Un espect¨¢culo en directo para cerrar la serie
La banda irlandesa U2 y EL PA?S han compartido espacio en el quiosco todos los domingos de los ¨²ltimos cuatro meses. U2 The Kiosk Collection ha supuesto un repaso por la trayectoria de una de las mayores bandas de la historia. Desde el debut con Boy, hasta el ¨¦xtasis de How to dismantle an atomic bomb, pasando por el ¨¦xito de The Joshua Tree, que les encumbr¨®, y tambi¨¦n ¨¦pocas de experimentaci¨®n como la de Pop. Si alg¨²n lector se ha perdido alguna entrega, puede consultar en su punto de venta habitual o llamar al tel¨¦fono 902 11 91 11.
Igual que el recinto, el golpe de efecto de U2 fue tambi¨¦n mitad construido y mitad natural, y fue la segunda parte la que convirti¨® el suceso en memorable. Con todo el papel vendido, lluvias torrenciales inesperadas en pleno junio amenazaron con suspender el concierto. Los t¨¦cnicos no pod¨ªan trabajar, el p¨²blico no pod¨ªa llegar, el riesgo de riadas era alto, los teloneros (The Alarm y Divynils) se largaron del sitio, la advertencia de caos generalizado era seria. U2 pod¨ªan cancelar y perder un dineral, o seguir adelante y exponerse a las siete plagas.
Con el tiempo encima ¨Cliteralmente-, Bono confirm¨® en una radio local que optaban por lo ¨²ltimo. El clima se apiad¨® y convirti¨® una insensatez en acto crucial de valent¨ªa. El color que qued¨® entre los focos, la niebla, la llovizna y las rocas rojas dio t¨ªtulo al v¨ªdeo. La mirada de Bono al salir el grupo, todos proyectando vapor, dec¨ªa que sab¨ªa lo que hab¨ªa en juego; la de The Edge (esa dualidad tambi¨¦n explica mucho de U2), que ten¨ªa los dedos congelados y que quiz¨¢ no tocar¨ªa bien. Durante The Electric Co., ante el asustado reojo del guitarrista, el cantante se subi¨® a una torre de iluminaci¨®n enarbolando su consabida bandera blanca. Ya hab¨ªa portada. Y s¨ªmbolo.
Ante un p¨²blico diezmado (ni la mitad de las 9.000 personas que hab¨ªan agotado las entradas), U2 sacaron todo el jugo a su repertorio, el entorno y los elementos y consiguieron mucho m¨¢s de lo que se hab¨ªan propuesto. No s¨®lo ten¨ªan un v¨ªdeo en directo, ten¨ªan una historia. Y, gracias a que tambi¨¦n la MTV se enamor¨® de ella, Live at Red Rocks: Under a Blood Red Sky les sell¨® un nuevo visado de entrada a Estados Unidos: el de estrellas del rock.
Colecci¨®n U2: Ma?ana domingo, U2: Live at Red Rocks por 9,95
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.