La otra pel¨ªcula que siembra el p¨¢nico
¡®Salafistes¡¯, prohibido a menores en Francia, da la palabra a ide¨®logos del extremismo religioso
Made in France no es la ¨²nica pel¨ªcula que ha logrado sembrar el p¨¢nico en Francia a causa de la similitud entre lo que describe y la realidad que vive un pa¨ªs todav¨ªa traumatizado por la violencia yihadista. El documental Salafistes, firmado por el realizador franc¨¦s Fran?ois Margolin y el periodista mauritano Lemine Ould Salem, desembarc¨® el pasado mi¨¦rcoles en las salas francesas, tras haber protagonizado una agria pol¨¦mica con el Ministerio de Cultura, que sopes¨® censurarlo a causa de sus dur¨ªsimas im¨¢genes en el contexto, todav¨ªa vigente, del estado de excepci¨®n.
El documental recoge el testimonio de imanes fundamentalistas, responsables pol¨ªticos de Al Qaeda y otros te¨®ricos del terrorismo islamista, entrevistados en pa¨ªses como Irak, Mal¨ª, T¨²nez o Mauritania entre 2012 y 2015. Adem¨¢s, reproduce c¨®mo se aplica la ley isl¨¢mica en la vida diaria, sin obviar escenas de una extrema violencia, como amputaciones y ejecuciones en la plaza p¨²blica (uno de los hechos descritos inspir¨® la pel¨ªcula Timbuktu, de Abderrahmane Sissako, que en 2015 gan¨® siete Premios C¨¦sar y fue finalista al Oscar). Los directores tambi¨¦n han a?adido a su pel¨ªcula distintos videos propagand¨ªsticos del Estado Isl¨¢mico e im¨¢genes de aficionados que recogen los atentados del 11-S o el ataque contra el semanario Charlie Hebdo en 2015.
Para las autoridades francesas, el problema consiste en que el montaje de la pel¨ªcula no contextualiza suficientemente los hechos presentados y puede ser malinterpretado por algunos espectadores. Salafistes prescinde de una narraci¨®n en off, prefiriendo dar la palabra a los portavoces del extremismo religioso. Un primer visionado de la pel¨ªcula contrari¨® al Centro Nacional del Cine (CNC), que concede los permisos de exhibici¨®n de las pel¨ªculas de estreno. El organismo dictamin¨® en un informe que la pel¨ªcula supon¨ªa ¡°un ataque a la dignidad humana¡± y conten¨ªa discursos que la acercaban a ¡°la apolog¨ªa del terrorismo¡±. ¡°Escuchar a los salafistas y hacerles propaganda son cosas distintas. Nuestro principio ha sido considerar que el p¨²blico est¨¢ formado por personas inteligentes¡±, se ha defendido Margolin.
Esta semana, el Ministerio franc¨¦s de Cultura ha terminado permitiendo el estreno de Salafistes, pero prohibiendo el documental a los menores de 18 a?os. Adem¨¢s, exigi¨® a los cineastas que eliminaran una imagen que reproduc¨ªa la ejecuci¨®n del polic¨ªa Ahmed Merabet, v¨ªctima de los hermanos Kouachi, que perpetraron el ataque contra Charlie Hebdo. Los directores accedieron ¡°por respeto a la familia¡± de Merabet, que tambi¨¦n lo hab¨ªa solicitado.
El cineasta Claude Lanzmann, autor del documental Shoah y autoridad moral en la representaci¨®n de la violencia ligada a los genocidios, tuvo que salir en defensa de los cineastas, calificando su pel¨ªcula como ¡°una verdadera obra maestra, que esclarece la vida diaria bajo la sharia [ley isl¨¢mica] como ning¨²n libro y ning¨²n especialista del islam hayan logrado hacerlo¡±.
Otras pel¨ªculas han visto sus estrenos perturbados por los atentados del 13 de noviembre en Par¨ªs. Por ejemplo, Taj Mahal, del cineasta Nicolas Saada, que revisita el atentado de 2008 en un hotel de Bombay, lleg¨® a los cines franceses en diciembre. En un contexto de p¨¢nico, solo 30.000 personas pasaron por las salas. Tampoco cambi¨® su fecha de estreno Les Cowboys, saga familiar con el yihadismo como tel¨®n de fondo dirigida por Thomas Bidegain, guionista habitual de Jacques Audiard. Lleg¨® a las salas solo dos semanas despu¨¦s de los atentados, pero convenci¨® a m¨¢s de 200.000 espectadores. En cambio, el western Jane got a gun, protagonizado por Natalie Portman, aplaz¨® su fecha de estreno en el ¨²ltimo minuto, y ha llegado esta semana a las salas francesas.
Tambi¨¦n Dawa, una novela publicada en 2014, ha cobrado nueva vida a causa de los atentados. En ella, el escritor Julien Suaudeau pon¨ªa en escena una cadena de ataques terroristas en el centro de Par¨ªs, perpetrados durante un viernes 13 por un grupo de j¨®venes a la deriva reclutados en la banlieue parisina. Es decir, tal como sucedi¨® en la realidad. ¡°El papel de la ficci¨®n es aportar un punto de vista distinto, una cierta distancia respecto a la monstruosidad que nos ha ca¨ªdo encima¡±, explica Suaudeau. ¡°La misi¨®n del terrorismo es saturar la realidad de sentimientos como el shock, el miedo y la c¨®lera, que son emociones dif¨ªciles de controlar. La creaci¨®n art¨ªstica permite que nos concedamos una distancia desde la que poder reflexionar¡±, concluye el autor.
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