La abuela de los Goya
Antonia Guzm¨¢n, a sus 93 a?os, es la actriz candidata de m¨¢s edad de la historia de los premios del cine espa?ol
¡°?Te lo ense?o?¡±. R¨¢pida, sin esperar respuesta, Antonia Guzm¨¢n toma la mano de la periodista y se dirige al dormitorio. Del armario, saca una percha de la que cuelga un vestido con una chaqueta de la misma tela. Lo extiende primorosa sobre la cama y espera callada el veredicto. Es sencillo y elegante, como esta mujer de 93 a?os que ma?ana recorrer¨¢ la alfombra roja de los Premios Goya para asistir a la ceremonia donde es candidata a mejor actriz revelaci¨®n por A cambio de nada, dirigida por su nieto Daniel Guzm¨¢n. El traje es de color gris, manga tres cuartas, y lleva prendido en la solapa de la chaqueta un peque?o broche. Antonia Guzm¨¢n, la actriz candidata de m¨¢s edad en la historia de los Goya, ha rechazado todas las ofertas de las grandes marcas de moda nacionales e internacionales para que luciera uno de sus modelos en la gala de la 30? edici¨®n. Ha preferido el modelo que le ha confeccionado su hija Mar¨ªa del Carmen, costurera como ella hasta que fue perdiendo la vista. Ya puestos, Antonia quiere mostrar tambi¨¦n el ¨²ltimo vestido que ella misma se confeccion¨®. Un modelo en tono azul casi oscuro, con chaqueta a juego. ¡°?Es bonito, verdad? Pero prefiero este nuevo que me ha hecho mi hija¡±.
En su casa, en el centro de Madrid, espera tranquila el d¨ªa de ma?ana. ¡°Yo lo que quiero es irme al pueblo, tengo unas ganas... Con lo bien que se est¨¢ all¨ª. Estoy harta de Madrid. Aqu¨ª vengo muy poco, al m¨¦dico, porque ya no puedo salir a la calle, estoy medio sorda y tengo mal la vista. Me tengo que quedar todo el d¨ªa encerrada en casa¡±. El pueblo es Candeleda (?vila), a las faldas de la sierra de Gredos, y all¨ª vive en lo que ella llama el cerro, rodeada de campo y arboledas. Se nota enseguida que es una mujer de car¨¢cter e independiente. De joven trabaj¨® en el campo de su padre y empez¨® a coser, pero no sab¨ªa cortar. Decidida, viaj¨® a Madrid, en los a?os cuarenta, y se apunt¨® a unos cursos de corte y confecci¨®n. Ten¨ªa tanta prisa por aprender que se hizo tres cursos en un solo mes, ma?ana y tarde. Fue entonces cuando volvi¨® a Candeleda y abri¨® un taller de costura del que ha vivido toda la vida. Ha trabajado duro, incluso por la noche, en momentos que, como ella explica, ¡°no corr¨ªa el dinero¡±, pero no se queja. ¡°Me ha gustado. He hecho siempre lo que me ha dado la gana, pero lo he hecho bien. Con lo que ganaba me compr¨¦ unos pisitos en Madrid y en mi pueblo y eso que mi marido, que era un cobarde, no quer¨ªa... pero era mi dinero¡±, explica Antonia, viuda desde hace 20 a?os.
La experiencia cinematogr¨¢fica la vive con distancia y una envidiable filosof¨ªa natural. ¡°He hecho la pel¨ªcula porque me lo pidi¨® mi nieto. No me cost¨® mucho, algo me cans¨¦ en el rodaje, pero me trataron muy bien. Me levantaba todos los d¨ªas a las siete de la ma?ana y me aprend¨ªa el papel. Me llevaban al rodaje y, en cuanto yo terminaba de trabajar, enseguida me devolv¨ªan a casa¡±, recuerda. Se ha desquitado con la pel¨ªcula la espinita que llevaba ella clavada por no saber conducir ¡ª¡°depend¨ªa siempre de todos¡±, se lamenta¡ª porque su nieto le ha puesto a conducir un motocarro. Ella se r¨ªe cuando lo recuerda.
No est¨¢ nerviosa, eso dice, porque est¨¢ convencida de que el premio va a ir a parar a cualquiera de las otras tres candidatas (Irene Escolar, por Un oto?o sin Berl¨ªn; Yordanka Ariosa, por El rey de La Habana; e Iraia El¨ªas, por Amama) que optan a mejor actriz revelaci¨®n. ¡°Es su oficio. Yo ya he hecho bastante. Ya no voy a hacer nada m¨¢s. Todo lo que tengo que hacer ya lo he hecho¡±... Calla pero enseguida salta: ¡°A m¨ª por lo ¨²nico que me gustar¨ªa es por mi nieto, porque creo que le vendr¨ªa muy bien en su carrera. ?l est¨¢ empezando y yo estoy acabando¡±. Un nieto, Daniel, que est¨¢ m¨¢s pendiente de ella que nunca. Le lleva comida al piso porque si est¨¢ sola no prueba bocado y le ri?e porque se est¨¢ quedando en los huesos. ¡°Es que no tengo hambre¡±, se defiende esta abuela apasionada de los toros y que ha votado a ¡°los podemos¡±. ¡°No soy de ning¨²n partido, nunca he dejado de votar. Lo que ahora quiero es que haya trabajo y que no nos roben¡±. Tras la conversaci¨®n, le espera un apetitoso pur¨¦ de verduras que le ha tra¨ªdo Daniel.
Babelia
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