El carnaval boliviano de Oruro brilla en Venecia

El s¨¦ptimo carnaval internacional de la Bienal de Venecia dedicado a la infancia y la juventud se muestra crecido tanto en sus manifestaciones como en su proyecci¨®n. Y una de las tradiciones que m¨¢s han llamado la atenci¨®n ha sido el carnaval tradicional boliviano, la parada de Oruro, reconocido mundialmente como patrimonio oral e inmaterial de la humanidad por la Unesco desde 2001.

En su momento, fueron los escritores Juan Goytisolo y Carlos Fuentes los promotores de este reconocimiento. El carnaval de Oruro se ha presentado en Venecia en su versi¨®n infantil, con un impresionante vestuario ancestral que recoge artesan¨ªas y manufacturas centenarias que se unen a una coreograf¨ªa compleja, llena de energ¨ªa y ornamentos gestuales que sin interrupci¨®n se hacen acompa?ar de una poderosa melod¨ªa de instrumentos tradicionales.

El baile historicista mejor conservado y presentado es el tinku, que es una creaci¨®n t¨ªpicamente de danza urbana. Los antrop¨®logos modernos han llegado a decir que el tinku se articula en realidad como una primera expresi¨®n organizada de lo que hoy llamamos Street dance, donde la fuerte pantomima no deja de remitir a gestos de fraternidad, cortejo y colectividad.

Otra de las manifestaciones que dejan con la boca abierta por su empaque y calidad es la formaci¨®n sinf¨®nica que emerge del conservatorio de Bolonia con el t¨ªtulo de Orquesta de los J¨®venes. Resulta conmovedor ver que el primer violonchelo de esta orquesta es una ni?a de nueve a?os cuya solvencia en la ejecuci¨®n ya est¨¢ fuera de toda duda y que su estatura es pr¨¢cticamente la misma que la de su instrumento; esta orquesta se desenvolvi¨® con soltura tanto en una adaptaci¨®n de Rossini para instrumentos de viento como en las Danzas eslavas de Dvorak.

Bolivia, Grecia, Portugal, Brasil, Corea del Sur y Turqu¨ªa han sido algunos de los pa¨ªses que han participado en este carnaval de arte, que tiene en el pabell¨®n Giardini su centro de operaciones, justo cuando Venecia est¨¢ abarrotada de m¨¢scaras y disfraces variopintos. Muchos de ellos evocan m¨¢s o menos rom¨¢nticamente el periodo rococ¨® con miri?aques, pelucas empolvadas y maquillajes fant¨¢sticos. La ciudad esperaba para este fin de semana m¨¢s de 130.000 visitantes y la aparici¨®n de la lluvia en la ma?ana del domingo no hizo desistir a los entusiasmados enmascarados.