Garc¨ªa-Alix: ¡°La fotograf¨ªa me mantiene vivo¡±
El autor muestra su nuevo trabajo, ¡®Un horizonte falso¡¯, con m¨¢s de 80 fotos que confirman su camino hacia la abstracci¨®n
Frases como flases
En su largu¨ªsima trayectoria, Alberto Garc¨ªa-Alix ha dejado un rosario de frases que son como sus im¨¢genes, directas, sencillas:
"Para m¨ª, la fotograf¨ªa es poes¨ªa visual"; "Con la c¨¢mara no pagas psicoanalista, eso que te ahorras"; "La fotograf¨ªa me ha librado de estar en una oficina o de ir a la c¨¢rcel"; "?Un fondo blanco? Eso es una inmensa gama de grises"; "Sin la fotograf¨ªa podr¨ªa vivir. Sin mujeres, no"; "Fotografiar exige un paso al frente. Posicionarse frente a lo que se mira. Tambi¨¦n mirarse". Y una en referencia a sus comienzos: "Nadie entiende ahora que en aquellos a?os era m¨¢s subversiva una chica yendo a comprar el pan con una minifalda de cuero que toda la parafernalia de un discurso pol¨ªtico".
De una Harley blanca y reluciente se baja el fot¨®grafo Alberto Garc¨ªa-Alix. Gorro negro para protegerse del fr¨ªo, chaleco marr¨®n sobre chupa de cuero negra, y pantal¨®n y botas del mismo color; tatuajes, dos aros en la oreja izquierda y pelo gris. Garc¨ªa-Alix, que en marzo cumplir¨¢ 60 a?os (Le¨®n, 1956), viene a hablar de su nuevo trabajo, Un horizonte falso, que puede verse en las amplias salas de La Principal de Tabacalera, en Madrid, hasta el 10 de abril. A su conocida voz canalla se une la reciente extirpaci¨®n de un tumor de las cuerdas vocales, as¨ª que hablar le cuesta a esta leyenda de la fotograf¨ªa espa?ola.
Cada una de las m¨¢s de 80 im¨¢genes de esta muestra ¡ªque incluye un v¨ªdeo explicativo del trabajo con su propia voz¡ª "nacieron de una revelaci¨®n", de un momento especial en el que Garc¨ªa-Alix sinti¨® que ten¨ªa que disparar su Hasselblad, como con el retrato a su amiga Gemma semanas antes de morir esta de un c¨¢ncer. La fotografi¨® en el momento en que ella vuelve su cabeza sin pelo a un fondo gris. Producidas en su mayor¨ªa entre 2010-15, ¨¦l define estas im¨¢genes como "momentos de deslumbramiento, en los que hay un halo de emoci¨®n y me gusta lo que estoy mirando", explica, antes de soltar, lapidario: "La c¨¢mara me centra. La fotograf¨ªa me mantiene vivo".
Estamos pues ante un Garc¨ªa Alix m¨¢s oscuro, que ha construido "un ensayo fotogr¨¢fico que remite a lo que la fotograf¨ªa lleva en sus genes". Se trata de su obra m¨¢s conceptual, simb¨®lica, ?abstracta?, que distorsiona la realidad con deformaciones, sombras, planos aberrantes, im¨¢genes grotescas y on¨ªricas¡ como la que se titula Crucifixi¨®n, que muestra a un peque?o p¨¢jaro con la cabeza ca¨ªda al que una mano abre sus alas, como un Jesucristo en la cruz. Es la l¨ªnea que inici¨® a principios de siglo, cuando, durante una estancia en Par¨ªs para curarse una cirrosis, evolucion¨® en su conocido lenguaje naturalista de moteros, drogas y seres marginales.
Precisamente de la Maison Europ¨¦ene Photographie de la capital francesa llega, actualizada con m¨¢s obra, Un horizonte falso ¡ªorganizada por el Ministerio de Educaci¨®n, Cultura y Deporte¡ª, que se divide en varios bloques: autorretratos (como Esnifando arena, en el que se ve su sombra sobre una duna); retratos (como el del poeta Agust¨ªn Garc¨ªa Calvo y los de personajes t¨ªpicos de la mirada de Garc¨ªa-Alix: "supervivientes y ca¨ªdos"); motos (en met¨¢foras construidas con sombras y detalles); paisajes e im¨¢genes crudas, como Dieciocho pu?aladas, que impacta con el macabro rostro de una asesinada; animales¡ Alguien le pregunta el sentido de los perros que asoman en varias de sus fotos. Alberto se r¨ªe: "Ninguno, ser¨ªa buscarle tres pies al gato. Siempre me han atra¨ªdo los animales".
Lo que mantiene inalterable en este leon¨¦s que hizo sus primeras fotos en una carrera de motos es tirar en anal¨®gico y en blanco y negro. "Lo digital es un cuarto de juguetes, es lo que llamo el capitalismo de la imagen, porque falsifica las emociones, y me quita la fe, a m¨ª que soy un eterno? insatisfecho". Su amor por la fotograf¨ªa anal¨®gica es eterno: "Me permite so?ar con lo que he hecho a la espera de revelarlo y poder verlo". Sin embargo, a continuaci¨®n confiesa: "Hoy me van a dejar una peque?a c¨¢mara digital. Voy a probarla por primera vez, pero me da miedo, no vaya a ser que me guste".
Con casi cuatro d¨¦cadas de trayectoria, premio Nacional en 1999, al que el Museo Reina Sof¨ªa dedic¨® en 2009 una retrospectiva y distinguido por PHotoEspa?a en 2012 por el valor art¨ªstico de su obra, a Garc¨ªa-Alix no le va en su car¨¢cter lo de hacer balance. "Soy m¨¢s de mirar para adelante". Tras un rato atendiendo a la prensa de pie, paseando de arriba abajo, el fot¨®grafo admite que lo duro llegar¨¢ horas despu¨¦s, durante la presentaci¨®n oficial, "con un mont¨®n de conversaciones cruzadas y gente a la que saludar". Antes de volver a su Harley y con el fr¨ªo en el cuerpo de las salas de Tabacalera, Garc¨ªa-Alix invita: "Hace un fr¨ªo de pelotas. ?Nos vamos a tomar un caf¨¦?".
De las motos a las met¨¢foras visuales
Nacido en 1956, Alberto Garc¨ªa-Alix, de formaci¨®n autodidacta, se empez¨® a interesar por la fotograf¨ªa en 1976.
Gran aficionado a las motos, comenz¨® a exponer a comienzos de los ochenta, en galer¨ªas de Madrid.
Colabor¨® con dise?adores de moda y en prensa: Vanity Fair, Vogue y EL PA?S, entre otros.
Fund¨® el colectivo El canto de la tripulaci¨®n y una revista hom¨®nima en 1989.
Sus retratos, directos, se caracterizan por la sencillez. Siempre utiliza el blanco y negro y la fotograf¨ªa anal¨®gica.
Premio Nacional de Fotograf¨ªa en 1999. En 2007, protagoniz¨® una retrospectiva en el prestigioso Festival de Arl¨¦s. El Museo Reina Sof¨ªa le dedic¨® una gran exposici¨®n en 2009.
Su ¨²ltima exposici¨®n, en la sala Tabacalera, de Madrid, hasta el 10 de abril, ahonda su camino en la distorsi¨®n de la realidad con met¨¢foras visuales.
Babelia
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