Cad¨¢ver y sombra de un mito

"Esa yegua, esa hembra, nos humill¨® durante 25 a?os. Pero se le acab¨® la puta fiesta. Ahora es m¨ªa". El poderoso plano inicial de Eva no duerme, pel¨ªcula de Pablo Ag¨¹ero sobre el cad¨¢ver embalsamado de Evita Per¨®n, aunque en realidad sobre su mito, es una extraordinaria provocaci¨®n. La imagen, que pasa de las sombras a las luces, del aparente blanco y negro hasta el color, de los fantasmas a los rostros, perturba en su composici¨®n y se te clava con su texto en off, susurrado con poder¨ªo, amenaza y belleza. Te hunde en el asiento. Argentina, enfrentada a la que durante tanto tiempo fue (?fue?) la jefa espiritual de la naci¨®n. L¨¢stima que el desarrollo de la pel¨ªcula no est¨¦ a la altura del primer eslab¨®n.

Aun as¨ª, Ag¨¹ero ha articulado una obra conceptual de evidente inter¨¦s. El tempo de los primeros minutos de Eva no duerme es espectacular, porque a la secuencia de arranque siguen la energ¨ªa hist¨®rica de las im¨¢genes documentales y el valor del texto: "Esa hembra supo morir a los 33 a?os, como nuestro Se?or Jesucristo...". Sin embargo, con pinta de cortometraje alargado, cuando el relato abandona el impacto del concepto para adentrarse en la narrativa, se desquebraja, porque las escenas interpretadas est¨¢n por debajo de las reflexivas, de 1952 a 1976. El alma de Argentina, bajo la sombra de una mujer, del cad¨¢ver de un mito, entre bombas, pistolas y muerte, entre la memoria popular y la desmemoria militar, se vislumbra entre las im¨¢genes de la pel¨ªcula. Pero s¨®lo a ratos.