Dani Rovira y otros efectos colaterales de los Goya
La verdad sobre el actor es que, vistas las cosas con perspectiva, que es como conviene verlas, fue de lo poco que se salv¨® en la corrida goyesca
La verdad sobre Dani Rovira es que se merece todo lo que le est¨¢ pasando.
Lo que le est¨¢ pasando es que su lamento de siete palabras (¡°No me ha compensado presentar los Goya¡±), siete palabras como las del famoso serm¨®n sobre el tormento del Cristo en la cruz, deja en evidencia algunas cosas pero sobre todo dos: la capacidad b¨ªlica y v¨ªrica de las redes sociales ¡ªyo insulto, t¨² te jodes, ¨¦l insulta¡ª y la necesidad irremediable de buscar un nuevo conductor de la gala.
Lo primero no tiene soluci¨®n. Lo segundo, s¨ª, aunque dif¨ªcil: convencer a este brillante c¨®mico de que vuelva a ejercer de Bernadette Soubirous, s¨ª, hombre, aquella ni?ita que ve¨ªa milagros en Lourdes. Porque tratar de salvar la gala de los Goya reviste la condici¨®n de milagro. Y eso solo est¨¢ al alcance de algunos elegidos. Rosa Maria Sard¨¤. Wyoming. Eva Hache. Dani Rovira. ?Coronas? ?Mota? ?Faemino y Cansado? (esta s¨ª que ser¨ªa buena, pero no hay narices).
El tono del serm¨®n de las siete palabras de Rovira apunta a una espant¨¢ anunciada con un a?o de margen. Y es una pena. No parece que el chico tenga vocaci¨®n de m¨¢rtir. Normal. Nadie la tiene. A lo sumo el ministro M¨¦ndez de Vigo, que se present¨® en la noche estrellada del hotel Audit¨®rium dispuesto a inmolarse en la pira, no como su antecesor Wert, que en 2014 interpret¨® a la perfecci¨®n el papel del ausencias profesional. Pero oye: Wert, por no ir, disfruta de un puestazo en el french can can de la OCDE y en cambio a M¨¦ndez de Vigo, por ir, le quedan dos telediarios, perd¨®n, dos Cines de barrio. Al C¨¦sar lo que es del C¨¦sar. Lo que pasa es que los chicos del cine espa?ol est¨¢n en baja forma y nada, M¨¦ndez de Vigo dijo ¡°no creo que me monten ning¨²n numerito, son muy educados¡±, y no se lo montaron. Esto ya no es lo que era.
La verdad sobre Dani Rovira es que, vistas las cosas con una semana de perspectiva, que es como conviene verlas, fue de lo poco que se salv¨® en la corrida goyesca, con perd¨®n del onanismo. Su celtib¨¦rica propuesta de llevarse a tomar el sol y comer alm¨®ndigas a Juliette Binoche y a Tim Robbins, su numerito de deseo y celos con Pen¨¦lope Cruz y Bardem, sus chistes sobre los pelirrojos y los huevos, sus caras, sus mon¨®logos y soportar sobre sus espaldas el grueso de 200 minutos de prescindible producto televisivo ¡ªporque si nos atenemos a lo visto y o¨ªdo la gala de los Goya ha empezado a hacerse prescindible, y este comentario merecer¨¢ la hoguera, porque cuatro millones de moscas no pueden equivocarse y la gala tuvo un share del 25,8%¡ª le hacen acreedor de un homenaje popular. Y no de la cacer¨ªa que los trolls habituales le han dedicado.
Pero se lo merece Dani Rovira: se merece ser el tipo que ha dejado en evidencia, una vez m¨¢s, a tanto tonto profesional de las redes sociales.
Es normal que Dani Rovira haya dicho que no le compens¨® estar all¨ª.
Estar all¨ª para qu¨¦. Para ver de cerca a gente sobre el escenario haciendo comentarios de verg¨¹enza ajena y expresando a las claras su ilimitado abanico de complejos. Para confundir el tocino con la velocidad y el cine con el papel couch¨¦. Para que a los guionistas no les dejaran pisar la alfombra roja y los trataran como si fueran Gracita Morales entrando por la puerta de servicio. Para asistir a un numerito musical que hab¨ªan prometido nouveaut¨¦ total pero que muchos colegios superan en sus festivales de Navidad. El discurso del presidente de la Academia no se rese?ar¨¢ aqu¨ª porque no fue un discurso, y s¨ª una gran oportunidad perdida en forma de gracieta. Una oportunidad para haber hablado de las muchas cosas buenas ¡ªnuestras pel¨ªculas, nuestros actores, nuestros directores, nuestros guionistas, nuestros t¨¦cnicos...¡ª y de algunas menos buenas ¡ªla ceguera de nuestros pol¨ªticos ante la cultura como motor de creaci¨®n pero tambi¨¦n de econom¨ªa, la chapuza de algunos productores y exhibidores invent¨¢ndose sesiones inexistentes y comprando taquilla para alcanzar la subvenci¨®n: el tema est¨¢ en los juzgados y la investigaci¨®n sigue su curso, a pesar del ensimismado furor gremial de algunos...¡ª.
Sugerencia para salvar los Goya: unos largos en la piscina. De Lourdes.
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