Jorge Oteiza: ordenando el caos
Ve por fin la luz, tras siete a?os de trabajo y controversias, el cat¨¢logo razonado del artista El creador vasco es uno de los grandes de la escultura mundial
?C¨®mo ordenar el caos? ?D¨®nde se esconde la piedra filosofal que permite sistematizar un desorden, una contradicci¨®n, el marem¨¢gnum de la anarqu¨ªa? Estas e infinidad m¨¢s de preguntas debi¨® de hacerse el escultor Txomin Badiola (Bilbao, 1957) cuando se le plante¨® -cuando se le rog¨®, ser¨ªa m¨¢s exacto decir- poner en marcha el cat¨¢logo razonado de la obra de Jorge Oteiza (1908-2003).
Corr¨ªa el a?o 2005 y la propuesta del entonces director de la Fundaci¨®n Museo Jorge Oteiza de Alzuza (Navarra) equival¨ªa a eso, a ordenar el caos si se tiene en cuenta la ilimitada complejidad en los procesos de creaci¨®n y producci¨®n art¨ªstica que marcaron siempre la obra de Oteiza. Badiola dijo no. Pasaron dos a?os. Dos a?os durante los cuales los mayores expertos escurrieron el bulto. L¨®gico. Tener que ordenar el caos no parece una misi¨®n apetecible con vistas a engordar curr¨ªculas universitarias o muse¨ªsticas. Todos los profesores y acad¨¦micos consultados propon¨ªan a¡ Badiola. Ya no le qued¨® margen para oponer otro ¡°no¡±.
Al fin y al cabo¡ ¨¦l era y es quiz¨¢ la persona que m¨¢s sabe no solo de la escultura del artista universal de Orio (Premio de Escultura en la Bienal de Sao Paulo en 1957), sino tambi¨¦n del propio personaje, de Oteiza, de sus luces, de sus sombras y de sus neuras. Badiola dio el ¡°s¨ª¡± en 2007. Ayer dijo que haber culminado el trabajo ¨Ccasi mil p¨¢ginas para m¨¢s de 2.700 obras documentadas- le hab¨ªa supuesto ¡°una liberaci¨®n¡±.
¡°Sin duda alguna, la idea de un cat¨¢logo razonado a Oteiza no le habr¨ªa gustado, ¨¦l como otros muchos artistas se sienten m¨¢s c¨®modos en la idea de un caos productivo, y cualquier idea de domesticaci¨®n no les gusta¡ pero era imprescindible esta puesta en orden para poder comprender bien su obra¡±, explica Txomin Badiola. ?l fue quien, ya en 1988, comisari¨® la primera gran exposici¨®n dedicada a Oteiza: Prop¨®sito experimental, que bajo los auspicios de La Caixa tuvo lugar en Madrid, Barcelona y Bilbao, y de la antol¨®gica Oteiza. Mito y modernidad, que en 2004 y 2005 desembarc¨® en los museos Guggenheim de Bilbao y Nueva York y en el Reina Sof¨ªa de Madrid. Pero fue la primera de ellas, Prop¨®sito experimental, la que supuso el verdadero pistoletazo de salida para el ¨¦xito comercial de Oteiza, un escultor hasta entonces casi invisible en el gran circuito de las cotizaciones y los titulares. Mal asunto.
Oteiza era un electr¨®n libre y sus relaciones con galeristas, coleccionistas y museos fue sulf¨²rica. Para alguien como ¨¦l que en 1959 hab¨ªa decidido que su proceso experimental hab¨ªa concluido y que ¡°se hab¨ªa quedado sin escultura¡±, eran mucho m¨¢s importantes los porqu¨¦s del proceso intelectual y creativo que la mera ejecuci¨®n y posterior reproducci¨®n de obras (¡°para m¨ª las esculturas son como las latas de conservas¡ me alimento de ellas y luego las tiro¡±, le gustaba decir). ¡°Gestionar el ¨¦xito fue para ¨¦l un problema, ¨¦l viv¨ªa mejor instalado en un fracaso confortable¡±, explica Badiola, quien pas¨® m¨¢s de cinco a?os trabajando. Primero cre¨® una ingente base de datos y despu¨¦s fue incorporando a ese arsenal de t¨ªtulos, nombres y fechas varios ensayos que sirven de contexto a lo que podr¨ªamos llamar el hecho diferencial de Oteiza: entre ellos, uno, sobre la metodolog¨ªa creativa del m¨¢s destacado autor de la Escuela Vasca de Escultura (junto a Chillida, Basterretxea y otros); y otro sobre el tortuoso proceso de ejecuci¨®n de la que quiz¨¢ fue su obra maestra: sus Ap¨®stoles para la Bas¨ªlica de Ar¨¢nzazu (Gipuzkoa), proyecto iniciado en 1950 y finalizado en 1969 despu¨¦s de a?os de par¨®n por prohibici¨®n eclesi¨¢stica (los santones desfigurados de Oteiza eran demasiado para la jerarqu¨ªa religiosa de la ¨¦poca, as¨ª que se quedaron tirados en el monte cogiendo musgo durante a?os).
Jorge Oteiza, una de las m¨¢ximas figuras de la Escuela Vasca de Escultura, nace en Orio (Guip¨²zcoa) el 21 de octubre de 1908.
Entre 1934 y 1948 viaja por Latinoam¨¦rica (Colombia, Bolivia, Argentina, Chile), interes¨¢ndose por la escultura precolombina y megal¨ªtica.
En 1950 se le concede el proyecto escult¨®rico para la Bas¨ªlica de Ar¨¢nzazu, donde trabaja junto a S¨¢enz de Oiza, Basterretxea, Lucio Mu?oz y Eduardo Chillida, entre otros.
En 1957 gana el Premio de Escultura de la Bienal de Sao Paulo.
En 1959 abandona la escultura, aunque luego la retomar¨¢.
Es autor de obras te¨®ricas como 'Ley de los cambios', 'Ejercicios espirituales en un t¨²nel' o 'Quousque Tandem!'.
En 1988 se celebra en Madrid, Barcelona y Bilbao 'Prop¨®sito experimental', la primera gran exposici¨®n dedicada a Oteiza.
Muere en San Sebasti¨¢n en 2003. Poco despu¨¦s anre sus puertas el Museo Oteiza en Alzuza (Navarra).
A los cinco a?os de trabajo de Txomin Badiola se les sumaron otros cuatro de retrasos, desacuerdos y controversias entre la Fundaci¨®n Museo de Alzuza y Pilar Oteiza, sobrina y heredera del artista, por cuestiones de derechos de propiedad intelectual. Y el proceso se retras¨® a¨²n m¨¢s cuando se cay¨® en la cuenta de que no exist¨ªa una edici¨®n en euskara (la Fundaci¨®n Kutxa y la Diputaci¨®n de Gipuzkoa tambi¨¦n participan en el proyecto), as¨ª que hubo que ponerla en marcha. Cierto es que cualquier edici¨®n del Cat¨¢logo Razonado de la obra de Oteiza sin su versi¨®n en lengua vasca quedar¨ªa coja, habida cuenta de la profunda convicci¨®n nacionalista del personaje¡ aunque al final se divorciase del Gobierno Vasco por su desacuerdo con sus pol¨ªticas culturales y acabase donando su obra a Navarra, en lo que parece un definitivo ejercicio oteiziano de despecho sentimental.
Ayer, Pilar Oteiza acudi¨® al min¨²sculo pueblecito de Alzuza (a ocho kil¨®metros de Pamplona, donde vivieron cerca de 30 a?os Jorge Oteiza y su esposa, Itziar Carre?o, y donde est¨¢n enterrados ambos bajo una doble cruz de bronce). Tambi¨¦n estuvieron presentes en el precioso edificio que concebi¨® S¨¢enz de Oiza el presidente de la Fundaci¨®n Oteiza, Rafael Moneo; el director del museo, Gregorio D¨ªaz Ere?o, y la presidenta de Navarra, Uxue Barkos.
Txomin Badiola respira tranquilo. Ha culminado una de las tareas m¨¢s importantes de su vida. Una tarea que nunca dese¨® desempe?ar: a?os de relaci¨®n amor/odio por el genio/ogro de Orio. Ahora puede volver a su tarea genuina: la escultura. Le espera una antol¨®gica en septiembre en el palacio de Vel¨¢zquez de Madrid. Oteiza es, para ¨¦l, asunto resuelto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.