Es solo pop

De todos los libros sobre m¨²sica pop que he le¨ªdo, Yeah! Yeah! Yeah! es el m¨¢s importante. Pocos ensayos, aparte del reciente M¨²sica de mierda, de Carl Wilson (Blackie Books), ser¨ªan capaces de lograr que un viejo partisano como quien les habla, herido (pero triunfante) en innumerables batallas pop y con m¨¢s prejuicios que un junker alem¨¢n del XIX, se replantease ¡ªsin sufrir tortura medieval en sus gl¨²teos¡ª tantos conceptos est¨¦ticos y musicales. Lo crucial, creo, es que Bob Stanley nos ha retado a cambiar de idea en mil aspectos, a la vez que permanece de nuestro lado (el del pop universal) en muchos otros.

Hace un tiempo Stanley rese?¨® los documentales de Tony Palmer para The Guardian, y dijo: ¡°Los escritores y documentalistas deber¨ªan recordar siempre que la vieja y boba m¨²sica pop no merece ser tomada demasiado en serio, y a la vez que nada es m¨¢s importante. Nik Cohn sab¨ªa esto; Tony Palmer no, ni tampoco Nick Kent (¡­). Cohn estaba enganchado a la imagen, al hero¨ªsmo, y siempre prefer¨ªa ruido tosco a arte elevado¡±. Esta frase resume la visi¨®n de Stanley. Su libro lo afirma desde el pr¨®logo: ¡°?Qu¨¦ hace falta para crear pop de gran calidad? Tensi¨®n, antagonismo, progreso y miedo al progreso. Me encanta el tira y afloja entre la industria y el underground, entre el artificio y la autenticidad, entre los osados y los conservadores, entre el rock y el pop, entre lo bobo y lo inteligente, entre los chicos y las chicas¡±.

Pero Stanley no es un sant¨®n melindre con ¨ªnfulas de ecuanimidad: ¡°Buena parte de la gracia [del pop] est¨¢ en tomar partido¡±, advierte. Stanley es un cr¨ªtico-fan serio pero subjetivo, y ah¨ª reside parte de su punch. Asimismo, su autor ostenta la suficiente edad y generosidad ¡ªadem¨¢s de curiosidad¡ª como para buscarle el lado bueno a estilos o bandas que no ser¨ªan en principio de su persuasi¨®n (como el heavy metal).

Con Yeah! Yeah! Yeah! aprender¨¢n que el contexto lo es todo (¡°es mucho m¨¢s dif¨ªcil hacerse una idea del impacto amenazador que represent¨® [I Can¡¯t Get no] Satisfaction o de la conmoci¨®n futurista de I Feel Love si no se comparan con sus coet¨¢neos¡±). Que la autenticidad es irrelevante en el pop (¡°el uso de [t¨¦rminos como] ¡®sincero¡¯, ¡®aut¨¦ntico¡¯ o ¡®natural¡¯ en el pop resulta problem¨¢tico, pues tanta verdad encierra el I¡¯m a Believer, de The Monkees (¡­), como la desgarrada Wish Someone Would Care, de Irma Thomas¡±).

Que los Beatles no eran tan mansos como se cree; que el deep soul es una de las cimas del arte contempor¨¢neo; que el rock and roll de los cincuenta era ¡°anti?aburrimiento¡±; que el pop es urbano por definici¨®n; que Abba o The Bee Gees son tan maravillosos y remarcables como los Rolling Stones o Dylan; que g¨¦neros denostados por los puristas-clasistas como el glam rock o el country soul son la monda; que el enemigo es el ¡°rock cl¨¢sico¡±; que la verdad est¨¢ muy bien, pero en el pop la leyenda suele ser incluso mejor; que cuando alguien dice que un estilo no est¨¢ muerto, est¨¢ criando malvas y viceversa; que los fans del pop reluciente siempre escogeremos a The Turtles antes que a pelmas como Grateful Dead; que la perspectiva oficial suele estar falseada (el #1 en 1969 era Desmond Dekker, no Eric Clapton). Y un largu¨ªsimo, did¨¢ctico y ameno etc¨¦tera.

Stanley escribe sobre los perdedores y los triunfadores, los ¡°profundos¡± y los ¡°banales¡±, tiene tanto espacio para el Jive Bunny como para Stockholm Monsters, y sabe que Firework, de Katy Perry, es tan colosal como My Generation, de The Who; que no existe una diferencia cualitativa entre ambos. Que el pop tiene que ser emocionante, ¨¦pico, tonto, salvaje, bailable, m¨¢gico, enga?osamente sencillo, para t¨ªos raros y marginados y tambi¨¦n para todo el mundo, y que es el invento m¨¢s maravilloso de la era moderna. No hallar¨¢n un libro tan completo y excitante sobre el tema como este.

Yeah! Yeah! Yeah! La historia del pop moderno. Bob Stanley.Traducci¨®n de V¨ªctor Vicente ?beda Fern¨¢ndez. Turner Noema. Madrid, 2015. 745 p¨¢ginas. 34,90 euros.