Jero, de ¡®Pasapalabra¡¯: ¡°La gente pensaba que era invencible, pero no¡±

No pudo ser. Tras lograr el r¨¦cord de permanencia en Pasapalabra, con 121 programas consecutivos, y ganar 133.800 euros, el salmantino Jer¨®nimo Hern¨¢ndez, Jero, de 50 a?os, cay¨® derrotado. No era infalible. ¡°La gente, cuando llevas mucho tiempo en pantalla, piensa que eres invencible, que no tienes malos d¨ªas, que duermes siempre bien, que no te pones enfermo... Pero no. Los concursantes sabemos que cualquier d¨ªa te vas y cualquier d¨ªa ganas¡±, cuenta a EL PA?S. Con su habitual humildad, aprovecha para alabar a Laura, la concursante que le mand¨® a la silla azul el mi¨¦rcoles; el jueves qued¨® definitivamente eliminado tras no superar la prueba de clasificaci¨®n diaria.

Licenciado en Ciencias de la Educaci¨®n, ha debido compatibilizar su paso por el programa de Telecinco con su trabajo en la Universidad de Salamanca, donde forma parte del equipo de protocolo que organiza los actos institucionales. A pesar de la eliminaci¨®n, se muestra muy satisfecho con su recorrido en el programa. ¡°Ha sido una aventura para m¨ª¡±, dice sobre sus m¨¢s de seis meses en un concurso por el que ya pas¨® dos veces de forma ef¨ªmera en los a?os 2011 y 2013.

El mundo de la televisi¨®n no resultaba nuevo para Jero, cuyo rostro ya era conocido para los espectadores de Saber y ganar: es uno de los 12 concursantes que ha alcanzado los 100 programas en el espacio presentado por Jordi Hurtado. ¡°De ni?o siempre tuve la ilusi¨®n de ir al Un, dos, tres...¡±, empieza a relatar su inter¨¦s por los concursos televisivos. Pero no fue hasta 2008 cuando entr¨® en ese mundo a trav¨¦s de El gran quiz, espacio de Cuatro en el que coincidi¨® con ¡°la flor y nata de los concursos¡±: Manolo Romero, ?scar D¨ªaz, Javier D¨¢vila..., participantes en m¨²ltiples espacios de este tipo. ¡°All¨ª me animaron a esto y aqu¨ª me tienes ahora, hablando contigo¡±, termina entre risas.

Traslada sus experiencias en los programas a las charlas y conferencias que imparte ocasionalmente, en las que trata de animar a los ciudadanos a aprender y ampliar su cultura general. ¡°Por ejemplo, las palabras que aprendo las intento insertar en mi mapa de conocimientos. Y, cuantas m¨¢s cosas pones en ese mapa, m¨¢s f¨¢cil es establecer relaciones¡±, dice.

Su presencia en los plat¨®s y, sobre todo, su paso por Pasapalabra le han convertido en toda una celebridad capaz de atraer la atenci¨®n de los turistas que visitan un lugar tan emblem¨¢tico como la Universidad de Salamanca. ¡°Al principio, la fama se lleva con sorpresa. Ves que te empiezan a saludar, a reconocer, pero hay momentos en que eso se desborda. Est¨¢s en la cola del hospital para pedir cita y se disuelve la cola, te rodean y te empiezan a pedir fotos y aut¨®grafos. En la universidad, como trabajo al lado de la fachada plateresca, procuro ir escondido porque si te ve alg¨²n turista, se corre la voz y pasan del gu¨ªa para rodearte. Son cosas que te sorprenden la primera vez pero luego te acostumbras¡±.

Confiesa que tras su apariencia tranquila se esconde un hombre nervioso. ¡°No debo permitir que eso me domine en la tele; tienes que dominarte para rendir m¨¢s y disfrutar de la experiencia¡±, incide. Se resiste a confesar sus puntos d¨¦biles (¡°?no debo decirlos p¨²blicamente!¡±), pero ofrece uno que considera, al mismo tiempo, su principal fortaleza: ¡°Me puedo defender en muchos terrenos pero no soy un experto en ninguno¡±. En cambio, s¨ª confiesa el que cree que es el gran miedo de todos los concursantes: ¡°Fallar algo que se supone que deber¨ªas saber. Por ejemplo, que me salga una pregunta sobre Salamanca y la falle. Ser¨ªa tremendo¡±.