El Prado desvela los misterios de Georges de La Tour
El museo inaugura una antol¨®gica con 31 obras maestras de las 40 que se conservan del c¨¦lebre pintor franc¨¦s
Todo en Georges de la Tour (Vic-sur-Seille, Francia, 1593 - Lun¨¦ville , 1652) parece envuelto en misterio. No se sabe nada su preparaci¨®n como artista, ni quienes fueron sus clientes. Tampoco est¨¢ claro el funcionamiento de su taller ni de quienes fueron sus seguidores. Por desconocer, tampoco los expertos se aventuran a asegurar si su obra es religiosa o profana y durante mucho tiempo sus cuadros fueron atribuidos a las escuelas espa?ola y holandesa. Ca¨ªdo en el olvido despu¨¦s de conocer el ¨¦xito en vida, fue recuperado hace un siglo a partir de un art¨ªculo publicado por el historiador Hermann Voss en una revista alemana Archiv f¨¹r Kunstgeschichte .A partir de ah¨ª, el reconocimiento de su pintura no ha parado hasta convertirlo en uno de los grandes de la historia.
Amado y admirado por los franceses, sigue manteniendo el r¨¦cord de visitantes: 530.000 en el Grand Palais de Par¨ªs, en 1997. El museo del Prado, propietario de dos espl¨¦ndidos ¨®leos del artista abre el martes al p¨²blico una exposici¨®n en la que que se muestran nada menos que 31 obras de las 40 que se conservan en todo el mundo. Todas salidas directamente de su mano y todas consideradas como absolutas obras maestras. La exposici¨®n permanecer¨¢ abierta hasta el 12 de junio.
Comisariada conjuntamente por Andr¨¦s ?beda, jefe de Conservaci¨®n de Pintura Italiana y Francesa del Prado y por Dimitri Salmon, conservador del Museo del Louvre la exposici¨®n, patrocinada por Axa, repasa en orden cronol¨®gico sus grandes temas y t¨¦cnica. Con personajes pobres de solemnidad (m¨²sicos ciegos, campesinos miserables y ap¨®stoles de aspecto plebeyo) junto a escenas nocturnas de pocos personajes iluminados con la luz de las velas, impregnados de lirismo y soledad.
Miguel Zugaza, director del Prado, define a De La Tour, como un cabo suelto en la historia, el m¨¢s espa?ol entre los pintores franceses. Y cuenta que en el museo se empez¨® a so?ar con esta exposici¨®n en 2005, a partir de el hallazgo de San Jer¨®nimo leyendo una carta encontrado de manera casual en el Instituto Cervantes y al que el catedr¨¢tico y patrono del Prado Jos¨¦ Milicua atribuy¨® la autor¨ªa de De La Tour al primer vistazo. El Prado ya contaba desde 1991 con Ciego tocando la zanfon¨ªa, procedente del legado de Manuel Villaescusa. La Tour es para Zugaza un descubrimiento del siglo de las vanguardias, el siglo en el que Picasso no desde?¨® la corriente realista como se ve en algunos de sus rostros precubistas.
Dimitri Salmon afirm¨® que Georges de La Tour es el pintor m¨¢s popular para los franceses. ¡°No digo el mejor. Pero s¨ª que afirmo que es el m¨¢s querido porque emociona y desconcierta. Todo en ¨¦l es un misterio que no se agota, un problema que tratamos de resolver desde hace nada menos que un siglo¡±. Dicho lo cual, Salmon pas¨® a hablar de las certezas. Se sabe que naci¨® en 1593 en el ducado de Lorena, hijo de un panadero y que en 1616 hizo lo que llama una buena boda con la hija de un platero.
En las actas de la ceremonia se habla de ¨¦l como pintor, algo sobre lo que hasta entonces no consta en ning¨²n registro. Hacia 1620 se instal¨® con su familia en Lun¨¦ville, donde desarroll¨® gran parte de su trabajo. ¡°La zona fue devastada por las guerras y ¨¦l se posicion¨® junto a los franceses¡±, explica Salmon y se han podido perder muchas obras. Recuerda que el artista vivi¨® un momento cr¨ªtico para la historia de la Lorena, ya que acab¨® con la independencia pol¨ªtica del ducado. ¡°Pudo pintar 10 veces m¨¢s de lo que tenemos localizado, pero no hay nada seguro. Adem¨¢s de las 40 que tenemos constatadas, tenemos registradas otras 30 que pueden ser copias o versiones hechas por otros pintores de su escuela. En Madrid hemos querido reunir lo que es aut¨¦nticamente suyo, salido de su mano; una tardes complicada porque hay cuadros de 17 pa¨ªses¡±.
El experto franc¨¦s a?ade otra certeza: el mal car¨¢cter del artista. Asegura que seg¨²n consta en los registros, acog¨ªa con poco agrado a los recaudadores de impuestos y que en una ocasi¨®n les recibi¨® empu?ando un arma de fuego.
Andr¨¦s ?beda se ocup¨® de explicar la exposici¨®n. Organizada en orden cronol¨®gico, consta de tres ¨¢mbitos. En primer lugar, est¨¢n sus obras m¨¢s antiguas, retratos de tipos populares que encarnan la miseria, la violencia y el hambre m¨¢s extremo. La obra que preside este apartado es Comedores de guisantes, un cuadro en el que se recrea la pobreza m¨¢s descarnada.
En el segundo grupo de obras son sus pinturas m¨¢s luminosas, muchas de ellas atribuidas en origen a la escuela espa?ola. Los personajes son menos duros que en los primeros a?os y sus acciones m¨¢s relajadas. Hace series con un mismo tema, nunca copias. Aqu¨ª est¨¢n sus versiones de San Jer¨®nimo penitente, las magdalenas, los ta?edores de zanfon¨ªa y los tramposos. La obra m¨¢s conocida de este grupo es La Buenaventura, prestada por el Metropolitan de Nueva York
Por ¨²ltimo, se exponen sus escenas nocturnas, tambi¨¦n con temas seriados que nunca repite con exactitud, y sus cuadros religiosos de aspecto laico como su interpretaci¨®n de la maternidad en la que suprime a San Jos¨¦ o San Juan Bautista en el desierto, una pintura monocroma cargada de misterio y silencio.
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