El d¨ªa en que Sempr¨²n cont¨® la pesadilla real de la tortura
El escritor desgarra su memoria en el libro p¨®stumo ¡®Ejercicios de supervivencia¡¯, donde evoca el horror a manos de los nazis
En 2010 pasaron algunas cosas graves en la vida de Jorge Sempr¨²n, por cuya memoria cruz¨® lo m¨¢s impresionante del siglo XX: la resistencia al nazismo, la segunda guerra mundial, los campos de concentraci¨®n. Escribi¨® de todo ello, pero nunca hab¨ªa hecho recuento minucioso de las torturas que sufri¨®. Antes de morir comenz¨® ese ejercicio. Ahora aparece en libro, editado por Tusquets, con el t¨ªtulo de Ejercicios de supervivencia,que se pondr¨¢ a la venta a principios de marzo.
La muerte, el 7 de junio de 2011, le impidi¨® a Sempr¨²n terminar esta nueva incursi¨®n dram¨¢tica por su vida apasionante de resistente comunista y luego de desencantado del partido. En Espa?a, donde vivi¨® clandestino en el franquismo, lleg¨® a ser ministro de Cultura de Felipe Gonz¨¢lez. En este libro evoca escenas de este pen¨²ltimo episodio de su vida, pero lo que resalta en Ejercicios de supervivencia es el dramatismo de ese episodio de tortura que da?¨® su memoria hasta el l¨ªmite del silencio.
Recuerdo inc¨®modo
En ese a?o previo a su muerte apareci¨® en Tusquets una biograf¨ªa de Sempr¨²n, Lealtad y traici¨®n, de Franziska Augstein, a la que el autor de La escritura o la vida cuenta fragmentariamente el episodio de torturas a que fue sometido por la Gestapo antes de ser enviado al campo de Buchenwald. ?l no lo quer¨ªa contar, pero lo fue contando. Cuando apareci¨® el libro, un Sempr¨²n inc¨®modo con ese relato (al que no se opuso) declar¨® su intenci¨®n de escribir ¨¦l mismo esos recuentos, incluido el episodio tan insistente (y tan silenciado por ¨¦l) de las torturas que sufri¨® cuando apenas ten¨ªa veinte a?os.
Ese mismo a?o 2010 un Sempr¨²n ya diezmado por el dolor que apenas le dejaba moverse regres¨® a Buchenwald, a encontrarse con sus viejos camaradas, que el 5 de abril de ese a?o celebraban un a?o m¨¢s la liberaci¨®n que supuso la derrota nazi. Aquel Jorge Sempr¨²n que hab¨ªamos visto doblado por la fatal dolencia de sus huesos re¨ªa como si ¨¦l mismo se hubiera liberado otra vez; fue un momento capital, quiz¨¢, de su decisi¨®n de abordar de nuevo las memorias de sus m¨¢s ¨ªntimos recuerdos.
Sempr¨²n se decidi¨® a contarlo ¨¦l mismo, por primera vez, en su estilo sincopado, roto por memorias que se le interpon¨ªan, como pasa en La escritura o la vida, que es el que lo antecede claramente. Este libro, que contiene la memoria de su encierro en Buchenwald, no solo le permiti¨® contar lo que le pas¨® all¨ª sino que es la fuente de esta nueva memoria inacabada. Fue en Buchenwald donde se encuentra con un antiguo camarada de la resistencia, encarcelado y a punto de ser pasado por las armas nazis. Este, que fue jefe suyo en la lucha antifascista, lo reconoce y lo saluda como un h¨¦roe capaz de enfrentarse a las torturas sin permitirse un desmayo: no tuvieron que cambiar los buzones, no tuvieron que revisar identidades, ning¨²n camarada sufri¨® por las consecuencias de las terribles torturas que sufri¨® Sempr¨²n.
Descripci¨®n de calamidades
Al joven comunista le impresion¨® aquel encuentro, le produjo un orgullo sencillo, que sella con una expresi¨®n: ¡°Me gust¨® que lo dijera as¨ª¡±. Las torturas le hab¨ªan sido anunciadas por uno de los camaradas junto a este al que ahora iban a fusilar, antes de que fuera apresado por la Gestapo. Con todo lujo de detalles, cada una de las calamidades que iba a sufrir si lo agarraban le fueron descritas al muchacho Jorge Sempr¨²n. Ocurri¨® al fin lo que le hab¨ªan augurado, y ¨¦l se mantuvo en silencio, ning¨²n resistente fue da?ado por su culpa.
En una entrevista con EL PA?S en 2010, ¨¦l evoc¨® ese episodio de las torturas. Estaba, muchos a?os despu¨¦s, en casa de Yves Montand y de Simone Signoret, junto a una piscina. Sempr¨²n expres¨® su horror: ¨¦l no pod¨ªa estar cerca de lo que pudiera parecer una ba?era. La ba?era formaba parte de sus peores sue?os, de su pesadilla real en manos de la Gestapo. Pues la de la ba?era era la peor tortura, como la pena capital de las torturas. ?l iba a contar alguna vez lo que eso supuso en su memoria. Fue quiz¨¢ cuando volvi¨® por ¨²ltima vez de Buchenwald cuando, con voluntad pero sin fuerzas, inici¨® su nuevo ciclo de su incontable memoria, que ¨¦l quiso titular Ejercicios de supervivencia. Este fragmento dolorido aparece en Espa?a, la patria que siempre estuvo en el pasaporte de Jorge Sempr¨²n.
¡°Uno de estos h¨¦roes discretos¡±
Cuando el libro Ejercicios de supervivencia (editado por Tusquets en Espa?a) apareci¨® en Francia, Mario Vargas Llosa lo celebr¨® en EL PA?S. Defin¨ªa a Jorge Sempr¨²n como "uno de estos h¨¦roes discretos gracias a los cuales el mundo en que vivimos no est¨¢ peor de lo que est¨¢". Esa discreci¨®n afect¨® tambi¨¦n a su vida privada as¨ª que hubo zonas que no quiso que se traslucieran. Entre ellas, el episodio de las torturas.
En este libro p¨®stumo e inconcluso narra ese episodio como una pesadilla. Se lo hab¨ªan augurado: ¡°(¡) los tipos de la Gestapo arrojaban en la ba?era de agua helada basuras caseras, tronchos de verduras podridas, excrementos, para mantener bajo esa agua repugnante la cabeza del detenido (¡). El suplicio m¨¢s dif¨ªcil de soportar. Y ese fue el caso; nada m¨¢s que a?adir¡±.
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