Arco pinta sobre seguro
Qu¨¦ comprar en una feria que ofrece en su 35? aniversario un viaje intenso pero sin riesgos por el arte de nuestro tiempo
¡°El arte debe ser un espacio donde lo que se hace es perder dinero, no ganarlo¡±. La frase del cr¨ªtico y comisario peruano Gustavo Buntinx tendr¨ªa que ser, a partir de ahora, el lema de Arco. Algo as¨ª como: ¡°Se?ores, ustedes han venido aqu¨ª a perder plata¡±. Por eso la feria, que ayer abri¨® s¨®lo para profesionales y coleccionistas (a partir del viernes, para el p¨²blico en general), da algunos excelentes pretextos para hacerlo. Aunque sea una de las ediciones m¨¢s conservadoras. Poco v¨ªdeo, nada de excentricidades y rictus serio; hace falta vender.
En ese perder dinero a manos llenas, hay algunas recomendaciones que surgen como un barco entre la niebla. La suiza Silvia B?chli firma unos guaches sobre papel muy delicados en las galer¨ªas Barbara Gross y Raffaella Cortese. ?Precios? Desde 7.000 euros. Tambi¨¦n resulta conveniente detenerse (para entender por d¨®nde transita hoy el milenario oficio de pintar) en las telas (16.000 d¨®lares) de Maria Taniguchi as¨ª como en la reinterpretaci¨®n de la historia antigua que plantean las esculturas (25.000 euros) de Iman Issa. Ambas trabajan con la alemana Carlier i Gebauer.
Mientras llega el aire, o no, la galerista parisina Chantal Crousel sostiene que la feria ¡°tiene muy buena pinta¡±. Trae a Mona Hatoum y Danh Vo. De este ¨²ltimo exhibe una pieza de su serie m¨¢s conocida: We the People. Unos 39.000 euros. Pero ya ¡°est¨¢ casi vendida¡±, asegura. Buenas noticias para un Arco que arranca de ¡°manera espectacular¡±. Al menos eso relata Daniel Canogar. En un par de horas ha colocado en Max Estrella cuatro ediciones de un trampantojo digital que mezcla a Fernando Torres y YouTube. Una extra?a pareja que la actriz Rossy de Palma fotograf¨ªa con su m¨®vil, quiz¨¢ persiguiendo la imagen de la imagen. Otro enga?o.
Pero lo que no miente es la geopol¨ªtica del arte. Consecuencia de los nuevos aires en Cuba, cada vez m¨¢s galer¨ªas fichan a artistas de la isla. En la galer¨ªa toscana Continua, la pintura de luz y color del treinta?ero Jos¨¦ Yaqu¨¦ busca comprador por 28.000 euros. M¨¢s inquietante es June Crespo y su propuesta de vestir las esculturas (5.800 euros) en etHall. Y no muy lejos, en Maisterravalbuena, el estadounidense B. Wurtz lleva al l¨ªmite (5.000 euros) de lo l¨ªrico un alfiler y una sencilla bolsa de pl¨¢stico.
Fuerza de gravedad
Sin embargo, ajeno a la atracci¨®n de la fuerza de gravedad del mercado, algunas galer¨ªas reclaman su derecho a rehuir del dinero y recuperar la mirada del arte. El marchante turin¨¦s Giorgio Persano vuelve tras a?os de ausencia. Presenta un estand con una escultura-instalaci¨®n de Pedro Cabrita Reis con aspecto de museo. Le escoltan sus habituales Kounellis y Per Barclay. Casi en silencio, la galer¨ªa valenciana Espai Visor le replica con fotograf¨ªas hist¨®ricas de Lothar Baumgarten y la francesa Mor Charpentier apunta al presente con Rossella Biscotti y Edgardo Arag¨®n. Todo esto sucede en un tiempo actual en el que tambi¨¦n habita Carlos Garaicoa, quien traslada a la galer¨ªa Elba Ben¨ªtez una ¡°acera¡± que ya paviment¨® el Centro de Arte Dos de Mayo (CA2M). El artista cubano se siente ¡°c¨®modo¡± en las ferias, solo ¡ªapunta¡ª hay que ¡°tratar de hacerlo correctamente¡±. De momento, el tel¨¦fono tambi¨¦n suena para creadores de otras geograf¨ªas del sur. ¡°Nos ha llamado el MoMA. Quiere reservarnos obras de Matta y Jorge Riveros. Para m¨ª, es la mejor edici¨®n de Arco¡±, observa, sonriente, el galerista Leon Tovar, mientras revela un peque?o museo de mattas en la trastienda.
Pero si algo es una feria de arte, adem¨¢s de un lugar de comercio, es un viaje. Y a veces, no muchas, ofrece una parada con las mejores vistas a la creaci¨®n de su tiempo. Ese espacio suspendido se siente, por ejemplo, en las transcripciones de Irma Blank (Galer¨ªa P420), en la radicalidad de adobe de la pintura de N. Dash (Mehdi Chouakri), en el terco empe?o de rescatar la memoria colectiva de la Croacia actual de David Maljkovic (Annet Gelink) y en el talento de Cory Arcangel (Team Gallery) para utilizar el software como una caja de ¨®leos del nuevo milenio. Propuestas que dialogan con la potencia cinematogr¨¢fica de Rosa Barba (Parra & Romero) o la escultura, liviana, de Karla Black (Raffaella Cortese).
Reflejo del mercado con alguna salvedad
Quiz¨¢ porque la creaci¨®n es un juego de espejos con infinidad de destellos, Arco tambi¨¦n es un reflejo de lo que ahora brilla en el mercado del arte. Aquellas obras que las subastas consumen con voracidad. En la feria estas piezas representan, entre otros, a Julian Opie, Anish Kapoor, Jason Martin, Idrish Khan, Allan McCollum, Micha?l Borremans o Jacob Kassay. Nombres que contribuyen a esa saludable ludopat¨ªa que es coleccionar.
Tambi¨¦n hay espacio para apuestas m¨¢s arriesgadas, como la del mexicano Emilio Rojas (en la galer¨ªa Jos¨¦ de la Fuente), encerrado desnudo entre pal¨¦s coloreados y colocados a modo de prisi¨®n.
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