Mate a la mala suerte de Fahim
Huido de Banglad¨¦s y campe¨®n de ajedrez de Francia con 11a?os, relata su vida en ¡®El rey de Bengala¡¯
Instalado c¨®modamente en el Hotel de Las Letras de Madrid, el refugiado banglades¨ª Fahim Mohammad atiende a una legi¨®n de periodistas que acude a entrevistarle. Fahim se come un bocadillo en un descanso. Soy el cuarto. El rey de Bengala es el t¨ªtulo del libro que viene a presentar, ni m¨¢s ni menos que la azarosa historia de su vida desde el aciago d¨ªa en que sali¨® huyendo de su pa¨ªs con su padre, Nura, tras convertirse en una promesa del ajedrez. Fue el 2 de septiembre de 2008. ¡°El peor d¨ªa de mi vida. Tengo ocho a?os. Lo he perdido todo. Mi vida se ha acabado¡±, refleja en el libro de aquella fecha infausta en que dej¨® atr¨¢s a su madre y a sus dos hermanos. De entonces ac¨¢ muchas cosas le han pasado, y ¨¦l, confiesa, todav¨ªa no se lo cree. ¡°Hemos dormido en albergues y hasta en la calle. De ser un sin papeles, he pasado a ganar el campeonato de Francia y a que el primer ministro [Fran?ois Fillon] regularizara mi situaci¨®n y la de mi padre. He escrito un libro, estoy en Madrid para presentarlo y ma?ana [por hoy] voy a conocer a la plantilla del Real Madrid y me va a recibir mi ¨ªdolo, Zinedine Zidane¡ ?Es incre¨ªble o no?¡±.
Fahim ha hecho un perfecto resumen de su vida por cuarta vez en el d¨ªa, y lo har¨¢ otras 20 veces m¨¢s de aqu¨ª a ma?ana. ¡°No me molesta. Los periodistas sois un poder, igual que me hab¨¦is ayudado a m¨ª pod¨¦is ayudar a mucha gente¡±, dice, y bromea: ¡°Lo malo son las preguntas que se repiten; lo bueno, que yo tambi¨¦n repito lo mismo y no tengo que pensar tanto¡±. Fahim tiene 15 a?os y la inteligencia con que responde es proporcional a lo mal que lo ha pasado en la vida, de ah¨ª el inter¨¦s que su historia ha suscitado en todo el mundo.
Cuando ten¨ªa cinco a?os Fahim comenz¨® a jugar al ajedrez con su padre, que trabajaba de bombero en Dhaka. A los siete, Nura lo inscribi¨® en un campeonato en Calcuta y el chico gan¨®, convirti¨¦ndose en noticia en su pa¨ªs, algo que a la postre result¨® ser malo pues la familia comenz¨® a recibir amenazas. Ante la posibilidad de que el chico fuera secuestrado, el padre plane¨® marcharse a Madrid, pero la vida le hizo recalar en Francia, donde se instalaron en el suburbio parisino de Cr¨¦tiel. All¨ª empez¨® a ir a un peque?o club de ajedrez y conoci¨® a Xavier Parmentier, quien se convertir¨ªa en su entrenador, protector y c¨®mplice, y con quien ha escrito a cuatro manos El rey de Bengala (Grijalbo). Se r¨ªe cuando le preguntas por el peor momento de su calvario de refugiado: ?Cuando se les acabaron las ayudas p¨²blicas? ?Cuando recibieron la notificaci¨®n de que resid¨ªan ilegalmente en Francia? ¡°No, no hay un momento preciso¡±, bromea, ¡°los momentos perduraban demasiado¡±. Lo peor, dice, era ¡°la injusticia¡±, y por primera vez su tono de voz se vuelve ¨¢spero. ¡°Yo era un ni?o. Mis compa?eros al salir de clase se iban a su casa, o de vacaciones en verano. Me dec¨ªan: yo voy a jugar a tal cosa, ¡®?t¨² que vas a hacer hoy?¡¯. A m¨ª ni me sal¨ªan las palabras, me daban ganas de llorar¡±.
En el libro cuenta Fahim lo que supon¨ªa jugar al ajedrez con aquella presi¨®n. ¡°Era mucho peso¡±, recuerda. ¡°Si triunfaba, a lo mejor ganaba 1.000 euros que nos hac¨ªan falta para vivir¡±. Un d¨ªa su padre le llam¨® mientras jugaba un torneo: ¡°T¨² eres nuestra ¨²ltima esperanza. Si ganas, es posible que ellos nos presten atenci¨®n ?No vuelvas sin la copa!¡±. Sin embargo, asegura, siempre jug¨® por ¨¦l mismo, no por los dem¨¢s: ¡°Era la ¨²nica forma de ganar¡±. En cambio el libro s¨ª lo escribi¨® por los otros. ¡°Al principio no quer¨ªa hacerlo, pensaba que era dar demasiado de mi intimidad¡±. Pero le convencieron. ¡°Quiero que este libro sirva para que la gente entienda emocionalmente lo que es vivir en la calle cuando uno no tiene casa, lo que es tener fr¨ªo y hambre y no tener papeles...¡±. Fahim lo consigue de sobra; logra remover conciencias.
El ajedrez es como la vida, una batalla, y se gana o se pierde, dice. Cuando en 2012 gan¨® el campeonato de Francia, no sab¨ªa que el primer ministro resolver¨ªa su caso y que podr¨ªa reunificar a su familia. ¡°?Cu¨¢nta gente est¨¢ hoy en la misma situaci¨®n y necesita ayuda?¡±, se pregunta. Y llega otro periodista.
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