Una manera especial de mirar
En 'Rayos', Miqui Otero propone lo que se espera de un escritor: una manera especial de mirar las cosas. Todo lo que sucede se vuelve accidental, transitorio, anecd¨®tico
El narrador de Rayos, la tercera y m¨¢s reposada novela de Miqui Otero (Barcelona, 1980), se llama F¨¦lix Centella, y quiz¨¢ conozca a Juan Centella, invencible h¨¦roe de tebeo de los a?os cuarenta del pasado siglo, Dick Fulmine (Dick Rayo) en el original italiano, una criatura de la Italia fascista con la cara de Mussolini y del boxeador Primo Carnera. Pero F¨¦lix es un antih¨¦roe que s¨®lo por casualidad se atrever¨¢ a irse del piso de sus padres a los 24 a?os, un d¨ªa de 2007 en que se le cierra la puerta cuando no tiene llaves, y, en pijama y zapatillas, se ve ¡°encerrado fuera de su casa¡±, prisionero del peligroso mundo exterior. Centella, que confiesa su desorientaci¨®n insuperable, se ir¨¢ a vivir con su pandilla de toda la vida, los Rayos: ¡°No s¨¦ ad¨®nde voy si ellos no me acompa?an¡±.
En Rayos se superponen tres planos temporales, de 1974 a 2008: la historia de los padres del narrador en el momento en que emigran de Galicia a Barcelona; los recuerdos de la infancia, adolescencia y primeras juergas de cuatro amigos, y, lo fundamental, la historia del presente. Al precario trabajo de todos los d¨ªas se a?aden tres focos de tensi¨®n: la sombra del c¨¢ncer del padre, la cuesti¨®n amorosa y la actualidad period¨ªstica en torno al negocio pol¨ªtico-inmobiliario y la expulsi¨®n o limpieza de inquilinos que pagan rentas antiguas en barrios antiguos. Centella es periodista, como Miqui Otero, y su relato tiene mucho de cr¨®nica, de percepci¨®n y presentaci¨®n del presente como espect¨¢culo (lo que uno de los cuatro amigos llama el ¡°videoclip en tiempo real¡±), una Barcelona de zonas bajas y altas, del edificio donde viven los Rayos, con papel de aluminio y jeringuillas en el portal, al jard¨ªn con estatuas de la mansi¨®n de una de sus novias, una ni?a que parece sacada de la canci¨®n Common People, de los Pulp.
?Qu¨¦ hace Miqui Otero? Propone lo que se espera de un escritor: una manera especial de mirar las cosas. Ni siquiera se entretiene en resolver las tensiones dram¨¢ticas de su historia: deja que se disuelvan con el pasar de los d¨ªas. Cuenta en presente el presente y el pasado, y todo lo que sucede se vuelve accidental, transitorio, anecd¨®tico. Todo transcurre en el tiempo que usan los comentaristas radiotelevisivos para describir lo que est¨¢ ocurriendo en el momento de hablar, ahora mismo, aunque lo que sucede en Rayos no sea ¨¦pico como un partido de f¨²tbol: es lo habitual, lo que nunca variar¨¢ demasiado, pero tiene la excitaci¨®n del momento fresco, en vivo. En Rayos hay una intemporalizaci¨®n del presente, y ¨¦se es el acierto de la novela: las circunstancias temporales o generacionales de Centella y sus amigos se convierten en rasgo hist¨®rico y general, propio de una ¨¦poca en la que los adultos se ven condenados a ser j¨®venes eternos, jam¨¢s due?os de su propia vida, tal como Guy Debord adivinaba ya hace ahora casi cincuenta a?os.
Rayos. Miqui Otero. Blackie Books. Barcelona, 2016. 328 p¨¢ginas. 21 euros
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