Venda o muerte
En el centenario del nacimiento de Buero Vallejo, una adaptaci¨®n de 'La fundaci¨®n' revive al autor
Ruth Rubio lleg¨® a Madrid en 2013 y escribi¨® a tres de sus directores de referencia para trabajar con ellos. Jos¨¦ Martret, actor, director y padre junto a Alberto Puraenvidia de La casa de la portera y La pensi¨®n de las pulgas, contest¨®. Es ¨¦l, en parte, quien dio la oportunidad a esta onubense de 27 a?os para que ahora haya podido debutar con un ¨®rdago como La Fundaci¨®n.
Alguien grit¨® ¡°?Gracias, Buero!¡± la noche del 16 de enero de 1974 en el Teatro F¨ªgaro de Madrid durante la ovaci¨®n tras el estreno de La Fundaci¨®n. Habr¨ªa que seguir agradeciendo a Antonio Buero Vallejo (Guadalajara, 1916¨CMadrid, 2000) aquel pedazo de universo que embuti¨® en algo m¨¢s de dos horas: justicia, amor, libertad, amistad, realidad, todo en un drama sin aderezos superfluos, tal y como el dramaturgo acostumbraba.
'La Fundaci¨®n'
Esta adaptaci¨®n del texto de Buero Vallejo puede verse todos los lunes de marzo en La pensi¨®n de las pulgas, en Madrid.
Adaptaci¨®n y direcci¨®n: Ruth Rubio.
Int¨¦rpretes: Francisco Boira, Juan Caballero, Javier Mej¨ªa, Noem¨ª Rodr¨ªguez, Julio V¨¦lez y Abel Zamora.
Vestuario: Pier Paolo ?lvaro.
Escenograf¨ªa: Roger Portal.
Un siglo despu¨¦s del nacimiento de Buero Vallejo, ha sido por casualidad que aquella obra se represente ahora en el peque?o espacio esc¨¦nico de La pensi¨®n de las pulgas tras una primera puesta de largo hace apenas cuatro meses en ese mismo lugar. Pero tambi¨¦n sirve como homenaje. Esta adaptaci¨®n de Ruth Rubio (Punta Umbr¨ªa, Huelva, 1989), a la que una compa?era de clase de teatro dej¨® el texto del dramaturgo, llega despu¨¦s de casi un a?o de trabajo, mientras la tambi¨¦n directora es t¨¦cnica en el espacio La Usina y en La pensi¨®n, acomodadora en el C.C. Paco Rabal y jefa de sala los domingos en el Teatro Bellas Artes. ¡°Es lo que tiene empezar en este mundo. Al menos estoy dentro de lo m¨ªo" (estudi¨® Comunicaci¨®n Audiovisual en Sevilla)¡±.
Dijo Buero que "cada ¨¦poca obliga a problemas nuevos y a formas nuevas, pero tambi¨¦n es cierto que algunas de las figuras se?eras del teatro llevan a su obra una condici¨®n de perdurabilidad que hace que la sigamos representando. Por eso una gran obra, si es una gran obra, es potencialmente representativa de casi cualquier tiempo...". En este caso, el ¡°casi¡± est¨¢ de m¨¢s y es tan representativa de aquellas ¨²ltimas bocanadas de la dictadura como de estas incertidumbres.
Rubio se?ala que si se eliminaran las leves marcas temporales que tiene ¡°podr¨ªa estar escrita ahora¡±. "Esa esperanza tr¨¢gica, esa ceguera voluntaria, ese sentimiento de estar desubicado y de estar loco como acto voluntario para sobrevivir a la propia vida podr¨ªa encajar en el presente". La Fundaci¨®n, un lugar aparentemente amable al principio, no es sino una prisi¨®n. El p¨²blico, sentado a menos de un metro de los personajes, solo ve lo que Tom¨¢s cree ver. Ser¨¢ el avance de los cuadros de la obra el que muestre al p¨²blico la realidad: cinco presos esperan ver cumplida su sentencia de muerte por culpa de la delaci¨®n del propio Tom¨¢s.
La gazza ladra suena cada ma?ana (en el original es la Pastoral de la Obertura de la ¨®pera Guillermo Tell, de Rossini), es el d¨ªa de la marmota en ese escape de la realidad que Tom¨¢s ha construido y que sus compa?eros de celda aceptan. ¡°Primero por una cuesti¨®n pr¨¢ctica como es tener una raci¨®n m¨¢s de comida diaria si consiguen seguir ocultando a un sexto ocupante de celda que ha muerto¡±.
?Y despu¨¦s? La verdad va apareciendo poco a poco. El p¨²blico deja de ver mesas, comida y l¨¢mparas con luz c¨¢lida. Hay mugre, suelos fr¨ªos, suciedad y hedor que la direcci¨®n de Rubio lleva casi de puntillas hasta las butacas que rodean la escena. En los mismos cuatro metros cuadrados. La verdad se revela, con todo su valor y su dolor, esquivando los laberintos mentales de quien no es capaz (o no quiere serlo) de enfrentarse a la verdad. Y eso que buscaba Buero Vallejo queda patente en esta adaptaci¨®n sutil y bien pulida con Vicente Navarro, Juan Caballero, Javier Mej¨ªa, Noem¨ª Rodr¨ªguez, Julio V¨¦lez y Abel Zamora frente a los que Rubio se ha sentido ¡°peque?ita¡±.
La directora, sinest¨¦sica violinista (La Fundaci¨®n es marr¨®n, gris y naranja) pide canela con el caf¨¦ con leche y habla de las 95 p¨¢ginas en los que ha quedado el inmenso texto de Buero y que ha conservado anotaciones como ¡°cruza el umbral con cara de vinagre¡±. Asegura que pensaba que no estar¨ªa a la altura de los actores, del espacio ni de la obra, pero el resultado es compacto y cre¨ªble, bien atado desde la iluminaci¨®n hasta el vestuario (obra de otro sinest¨¦sico, Pier Paolo ?lvaro). Con el texto de Buero ha cogido impulso para lo que llegar¨¢, una adaptaci¨®n de Canino, la pel¨ªcula de Yorgos Lanthimos. ¡°Otra familia disfuncional, como tambi¨¦n lo es un poco La Fundaci¨®n¡±. Dice que porque son universales y lo explican todo.
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