'The Flash', vuelve el superh¨¦roe del optimismo
The Flash es una serie hecha para los amantes del c¨®mic de superh¨¦roes. A veces es repetitiva. A veces se enroca en tramas amorosas dignas de un culebr¨®n como Smallville. Pero hay pocas produccionestan divertidas y con menos complejos que la serie basada en el velocista de DC c¨®mics. Es fiel a su cometido original: escolorista, vitaly no se averg¨¹enza de ser un tanto ingenua. Al contrario que otras adaptaciones similares, no trata de esconderse en la oscuridad ni hacer sus temas "de contenido adulto". The Flash vuelve esta noche a TNT en Espa?a con la imaginaci¨®n en ebullici¨®n: hay paradojas temporales, realidades alternativas,referencias y gui?os constantes, gorilas malvados, flashbacks al antiguo Egipto e incluso un enorme tibur¨®n superhumano. No es El caballero oscuro ni tiene el presupuesto de Los vengadores. ?Y qu¨¦? Solo quiere pas¨¢rselo bien.
Flash es la historia de Barry Allen, un forense que tras la explosi¨®n de un experimento en suciudad recibe misteriosos poderes que lo convierten en el hombre m¨¢s veloz de la Tierra. El problema es que otros muchos vecinos con una idea menos clara del bien han sido contagiados por las mismas ondas radiactivas. El planteamiento no tiene muchas m¨¢s vueltas; nuestro h¨¦roe lleva mallas y no duda sobre su bondad. Es ese aguerridooptimista por el que se caracteriz¨® el universo DC audiovisual antes del Batman Begins de Chistopher Nolan. Es una manera a?eja de mirar la vida, que contagia al espectador y lo prepara para cientos de aventuras. Son vi?etas hechas televisi¨®n. Todopuede pasar. Nada es demasiado extra?o.
Las editoriales rivales del mundo del c¨®mic, Marvel y DC, llevan largotiempo tratando de dar con la clave para triunfar en televisi¨®n tanto como lo han hecho en el cine. La primera ha trasladado su universo cinematogr¨¢fico a la peque?a pantalla con resultados irregulares en Agent Carter y Agentes de SHIELD (m¨¢s sobre agentes secretos que sobre superh¨¦roes), pero acertaron cuando se alejaron de aquella premisa para dar rienda suelta asu universo callejero y oscuro, gracias a Netflix conDaredevil o Jessica Jones. Parad¨®jicamente, DC ha decidido equilibrarse enel otro extremo. Mientras que en cine, los modernos Batman y Superman se caracterizan por su tenebrosidad y realismo, en televisi¨®n sus supertipos habitan enun universo propio para toda la familia y que mezcla las ideas m¨¢s alocadas. Arrow se qued¨® a medio camino, pero Flash logr¨® encender de nuevo todas las bombillas (y sin necesidad de quitarse la camiseta cada dos secuencias).
Si hay un gran acierto enFlash ese es su protagonista. Grant Gustin desprende carisma como un personaje que, pese a su torpeza, estaba hecho para ser de lo m¨¢s ?o?o. Allen essiempre bueno, no duda sobre su condici¨®n y est¨¢ locamente enamorado de la ni?a que lo adopt¨® cuando un misterioso suceso mat¨® a su madre y por el que condenaron a su padre. Su poder velocista, adem¨¢s, queda muy vistoso en pantalla y le da la oportunidad de evolucionar con el avance de la serie. Cuesta poco dinero y es muy efectivo.
Pero, claro, un h¨¦roe no es nada sin buenos antagonistas, y Flash tiene una de las galer¨ªas de villanos m¨¢s originales del mundo de las vi?etas (equiparable solo a la de Spiderman o Batman). Desde ladrones con pistolas de hielo (Wentworth Miller reencontrado con su hermano de Prison Break) a gorilas gigantes que quieren conquistar el mundo, pasando por un loco asesino aficionado a las bromas(y con el rostro de Mark Hamill, que regresa al personaje que interpret¨® enla cancelada Flash de los noventa). Todo est¨¢ permitido. Al contrario que en las series Marvel, no hay l¨ªmites para utilizar personajes del ba¨²l de la editorial, as¨ª que las caras conocidas nunca paran de llegar. Esto no va de esp¨ªas a la sombra de los superh¨¦roes, ni de detectives de Gotham que protegen a un Batman infante. Aqu¨ª los poderes y los protagonistas famosos se imponenen el centro de todo. Sin trabas ni complejos.
El universo de Flash, de hecho, comienza a ser tan inabarcable -y su ¨¦xito tan provechosopara el canal CW- que la serie se ha convertido en la punta del iceberg de una continuidad que comienza a ser tancomplicada como la del c¨®mic. Los constantes cruces con Arrow y los numerosos secundarios han acabado viendo nacer un spin-off como Legends of Tomorrow, una aventura todav¨ªa m¨¢s ambiciosa sobre viajes temporales -al m¨¢s puro estilo Doctor Who-que se sumerge en las esquinas menos conocidas del universo DC. Timey-wimey wobley-wubley solo apto para aprendices a Doc Brown. De nuevo con muchos fallos (bajo presupuesto, actuaciones acartonadas, tramas rom¨¢nticas, moralina...), pero mucha diversi¨®n. Pronto Flash se cruzar¨¢ incluso con la Supergirl de CBS, heredera de su estilo optimista y juvenil, mientras que porArrow se paseanel protagonista de la cancelada Constantine y Vixen, que yatiene su propia serie animada ubicada en el mismo mundo.Parece que no hay l¨ªmite. No hay licra suficiente para tanto superh¨¦roe.
Flash es en el fondo una historia cl¨¢sica, un drama familiar con tintes de culebr¨®n lleno de traiciones y giros, que siempre acaba bien y tieneuna lecci¨®n final. Pero lobueno de Flash es queentre su drama para adolescentes logra intercalar las ideas y conceptos m¨¢s locos y jugar con la fantas¨ªa m¨¢s exagerada como solo un c¨®mic de superh¨¦roes puede. Hay episodios convillanos insulsos, relaciones forzadas y alguna interpretaci¨®n de colegio, pero, de repente, un simio pegaun golpe sobre la mesa y dice ser el rey del mundo. De repente, Barry Allen se pierdeen un conflicto espaciotemporal entre dimensiones con numerosasparadojas y alteregos malvados. Y vuelve a sumergirte en su loca diversi¨®n.
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