La Edad de la persuasi¨®n
En el Festival de Magia, el n¨²mero de hipnosis de Jorge Astyaro demuestra cu¨¢n sencillo es convencer hoy a cualquiera de no importa qu¨¦ cosa
Preguntado por Jorge Blass sobre qu¨¦ le sugiere la palabra magia, un espectador responde, titubeante: ¡°Ilusi¨®n¡ Incre¨ªble¡±. Mejor hubiera dicho: ¡°Geoestrategia, comercio y finanzas¡±, terrenos estos donde tienen su aplicaci¨®n m¨¢s rentable algunos de los ejercicios de mentalismo, prestidigitaci¨®n y grandes ilusiones que se presentan en este VI Festival Internacional de Magia de Madrid, organizado por Jorge Blass, que se autocalifica certeramente como gran manipulador de la percepci¨®n: ¡°Nuestro trabajo es hacerte creer lo que nunca has visto y hacerte olvidar aquello que est¨¢ delante de tus narices¡±, explica.
VI FESTIVAL INTERNACIONAL DE MAGIA
Director: Jorge Blass. Invitados: Jorge Astyaro, Voronin, Chapeaux Blancs. Madrid. Circo Price, hasta el 13 de marzo.
El Festival, que se celebra en el Circo Price, re¨²ne doce n¨²meros de siete magos de disciplinas diferentes. ?Uno redondo? El de teatro negro, de Chapeaux Blancs: limpio, conciso, sorprendente, desaf¨ªa la ley de la gravedad y crea, con cuatro elementos, un microcosmos dom¨¦stico en el que se entrecruzan L¨¦ger y Magritte. No tiene desperdicio. Muy sugestivas tambi¨¦n, las intervenciones silentes de Evgeny Voronin, ilusionista exc¨¦ntrico, cuyo personaje, elegante y socarr¨®n, va encadenando con estudiada estupefacci¨®n trucos fallidos, intencionadamente. El n¨²mero de levitaci¨®n que lleva puliendo y cambiando desde 1992, se ofrece aqu¨ª amplificado en pantalla grande (por miedo a que tanta sutileza pase inadvertida en sala tan cicl¨®pea), de manera que pierde alg¨²n grado de misterio y de poes¨ªa.
J¨ºrome Helfenstein, uno de los Chapeaux Blancs, ofrece un hermoso n¨²mero de sombras chinescas combinadas con proyecciones. El surcoreano Kim Young Min, saca p¨¦talos del aire y convierte cuanto toca en arena. Menos efectista pero mucho m¨¢s interesante que las grandes ilusiones (magia con aparatos, luego aparatosa), g¨¦nero del que en el Festival ofrecen ejemplos el estadounidense Michael Grasso y el propio Blass, resulta, al cabo, el n¨²mero de hipnosis del mexicano Jorge Astyaro, cuyas sugestiones son materializadas cada noche por varias decenas de espectadores, ante el regocijo general y la sorpresa renovada del personal del Price. Lo que sucede durante la actuaci¨®n de este y otros hipnotizadores, muy similares siempre, es interpretado de manera opuesta por quienes creen el relato que el artista hace de lo que est¨¢ sucediendo (la pr¨¢ctica totalidad del p¨²blico) y quienes hemos vivido la experiencia desde dentro o quienes la est¨¢n viviendo en ese instante.
Del Experimento Milgram (repetido varias veces con poblaciones diferentes y resultados similares), se infiere que en Occidente la mayor¨ªa aceptar¨ªa torturar hasta la muerte a un semejante, si se lo pide alguien con autoridad (los nazis no fueron excepci¨®n sino regla), pero tambi¨¦n puede inferirse que persuadir a cualquiera de no importa qu¨¦ cosa, es sencillo cuando se cuenta con una estrategia adecuada. Lo saben las agencias de inteligencia y propaganda, los aparatos de los partidos, los accionistas mayoritarios de los grandes grupos de comunicaci¨®n¡ y los hipnotizadores, aunque el juego de estos sea inocente del todo. Como qui¨¦n se presta a ¨¦l voluntario obtiene un refuerzo positivo, un incremento en su autoestima y un punto de vista privilegiado sobre el fen¨®meno, acaba guard¨¢ndole el secreto al hipnotizador.
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