William Morris ten¨ªa raz¨®n
Los textos del dise?ador y ensayista conservan hoy la vigencia de su tiempo incipientemente industrial
¡°La gente ha olvidado c¨®mo es un prado o un r¨ªo y su idea de la belleza es un pub de lujo¡±. El dise?ador y ensayista ingl¨¦s William Morris (1834-1896) ha pasado a la historia como un artesano que se resisti¨® a la revoluci¨®n industrial. Transcurrido m¨¢s de un siglo, la cruzada del fundador del movimiento Arts&Crafts en defensa de la artesan¨ªa puede leerse tambi¨¦n como una certera advertencia contra el consumismo: ¡°Remplazar un producto de calidad por un suced¨¢neo no es una consecuencia de la penuria y la guerra, sino de la abundancia y la paz¡±.
De las 200 conferencias que pronunci¨® tratando de explicar la relaci¨®n entre el arte y el trabajo ¡ªy las condiciones de vida de los trabajadores¡ª, siete ¡ªy una serie de cartas a peri¨®dicos¡ª componen esta recopilaci¨®n editada por Olivier Barancy. ¡°La obligaci¨®n de trabajar en algo que a uno no le gusta es la maldici¨®n recurrente de la civilizaci¨®n. Esforzaos y convertid vuestro esfuerzo en placer: esa es la clave para la buena vida¡±, escribe.
El libro ¡ªque lleva por t¨ªtulo uno de sus m¨¢s conocidos textos: La Era del Suced¨¢neo (1894)¡ª conserva en plena era posindustrial gran parte de la vigencia del tiempo incipientemente industrial en el que fue escrito. La raz¨®n es que por encima de la irreversible mecanizaci¨®n del trabajo, la cr¨ªtica de Morris vaticina la inagotable perversi¨®n del mercado. Hoy, cuando los suced¨¢neos constituyen la esencia de nuestra civilizaci¨®n, asusta recordar su convencimiento de que reduciendo la producci¨®n a una cuarta parte ser¨ªamos m¨¢s ricos. Sus escritos destilan el optimismo de quien cree que las ideas tienen capacidad para transformar la vida, pero tambi¨¦n el idealismo de quien se atreve a vaticinar que la buena vida del futuro no tendr¨¢ nada que ver con la de los ricos de su tiempo.
Morris tuvo la perspicacia de poner en palabras que ¡°la esencia de la producci¨®n industrial no es la producci¨®n de bienes sino la de beneficios para los privilegiados que viven del trabajo de los dem¨¢s¡±. Por eso su legado es clarividente en todo lo que hace referencia a la inclemencia del mercado y a la salvaci¨®n por la educaci¨®n. ¡°No se educa a nadie para ser persona. A unos pocos para detentar la propiedad y a los dem¨¢s para servirla¡±, denunci¨®. ¡°Dejemos de ser tontos y dejar¨¢n de ser nuestros amos¡±.
Es f¨¢cil catalogar a Morris de radical. Tambi¨¦n de reaccionario (por ir contra el progreso), de ut¨®pico (por la fe ciega que ten¨ªa en el socialismo) e incluso de esnob. Ese retrato poli¨¦drico y parad¨®jico deber¨ªa bastar para describir la amplitud del visionario. Es importante recordar que distribu¨ªa parte de sus beneficios entre sus obreros. Estaba convencido de que la felicidad depend¨ªa no de tener un trabajo sino de disfrutar con ¨¦l.
La Era del Suced¨¢neo y otros textos contra la civilizaci¨®n moderna. William Morris. Traducci¨®n de Javier Rodr¨ªguez Hidalgo. Pepitas de Calabaza. Logro?o, 2016. 134 p¨¢ginas. 15.50 euros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.