Las principales razones de los grandes arquitectos
La recopilaci¨®n de los discursos del Premio Pritzker brinda un retrato de una profesi¨®n poli¨¦drica
¡°A no ser que rompamos con nuestra dependencia de lo real y nos demos cuenta de que la arquitectura es un camino para reflexionar sobre cualquier tema, desde el m¨¢s pol¨ªtico al m¨¢s pr¨¢ctico; a no ser que nos liberemos de la eternidad para poder especular sobre problemas urgentes e inmediatos, como la miseria o la destrucci¨®n de la naturaleza, nos arriesgamos a que la arquitectura no llegue a 2015¡±. Rem Koolhaas dijo esto en el Parque Arqueol¨®gico de Jerusal¨¦n hace 16 a?os, cuando ¨¦l, con 56, recogi¨® el Premio Pritzker, el premio de arquitectura m¨¢s importante del mundo. Lo que el holand¨¦s haya hecho desde entonces no le resta capacidad adivinatoria: claro la arquitectura ha llegado hasta 2016, pero lo ha hecho tocada. Un repaso a los discursos de aceptaci¨®n de los arquitectos m¨¢s reconocidos del mundo permite intuir esa deriva. O esa evoluci¨®n.
Retrato de valores
El espacio virtual y el mundo real
A Koolhaas, autor de la sede de la televisi¨®n china en Pek¨ªn, le preocupa el espacio virtual y la defensa del mundo. Con esa misma ambici¨®n, el autor de la T4 de Barajas, Richard Rogers, afirm¨® que los arquitectos tienen no pueden ser apol¨ªticos y tienen que comprometerse . Y el portugu¨¦s Eduardo Souto de Moura a?adi¨® ¡°los arquitectos tenemos que cambiar¡±. ?C¨®mo? Souto sugiere atender a los caracteres chinos que componen la palabra crisis: el primero indica peligro, el segundo oportunidad.
As¨ª, el libro Premios Pritzker Discursos de aceptaci¨®n, 1979-2015 (Fundaci¨®n Arquia), editado por los profesores de la Escuela de Pamplona, Rub¨¦n A. Alcolea, H¨¦ctor Garc¨ªa-Diego, Juan M. Ochotorena y Jorge T¨¢rrago es un peque?o tratado en el que la disciplina da explicaciones al mundo. Y un retrato de la evoluci¨®n de los valores asociados a esa profesi¨®n. Por eso todos los premiados terminan retratados. Desde el primero, Philip Johnson ¡ªun arquitecto m¨¢s influyente por las exposiciones que organiz¨® en el MoMA que por lo que construy¨®¡ª cuando declar¨® que ¡°el premio no es para m¨ª, es para el arte de la arquitectura¡± hasta Renzo Piano, que declar¨® su oficio ¡°un arte socialmente peligroso¡± cuando recogi¨® su galard¨®n en 1998.
En el apartado biogr¨¢fico, la dificultad de los comienzos no hace referencia a la falta de medios sino al miedo a imitar. El autor de la Torre Agbar de Barcelona, Jean Nouvel, se esfuerza en explicar por qu¨¦ cada uno de sus edificios es diferente y recurre a Michel Foucault para recordar que ¡°el futuro de la arquitectura no es arquitect¨®nico¡±. Piano busca en la ciencia. ¡°Para ser un cient¨ªfico el arquitecto debe ser un explorador y no temer la aventura. Crear significa intentar agarrar algo de la oscuridad, abandonar las referencias¡±. Y el ¨²nico Pritzker espa?ol, Rafael Moneo, denuncia el peligro ¡°de creer que la arquitectura es simplemente el reflejo la cultura de un momento¡±. Cuando ¨¦l lo recibi¨®, en 1996, asegur¨® que muchos arquitectos buscaban ¡°expresar movimiento en lugar de estabilidad¡±. El suizo Peter Zumthor dijo algo parecido pero haciendo autocr¨ªtica: ¡°Era terrible. En mis edificios pod¨ªa o¨ªrse el debate arquitect¨®nico del momento. Era la ¨²ltima vez que no era yo mismo¡±.
Un caso especial es el de Luis Barrag¨¢n. El discurso de aceptaci¨®n del mexicano es un testamento. Tal vez por eso es uno de los m¨¢s esforzados. En ¨¦l reconoce una obra que resume en belleza, silencio, soledad, alegr¨ªa, jardines y muerte: ¡°la certeza de la muerte es fuente de vida¡±.
De ¡°la arquitectura es un arte¡± del austriaco Hans Hollein, al ¡°espacio para el ser humano, soporte de su dignidad¡± del alem¨¢n Gottfried B?hm, la elocuencia de Rem Koolhaas resume su personal historia de la arquitectura entre dos polos. El de los grupos y movimientos ¡ªla arquitectura ideol¨®gica de los a?os 50¡ª y el de las identidades singulares medio siglo despu¨¦s: ¡°Nos respetamos mutuamente, pero no formamos una comunidad¡±. ¡°El cliente ya no es el estado sino individuos privados que¡±, atenci¨®n, ¡°a menudo se aventuran en propuestas con una ambici¨®n desmedida y una ejecuci¨®n car¨ªsima¡± dijo el holand¨¦s en 2000. Es cierto que continu¨® reconociendo que los arquitectos acogen esas propuestas con los brazos abiertos, pero ?de verdad piensa que son los clientes los que proponen y los arquitectos los que disponen y no que funciona al rev¨¦s?
En un tono m¨¢s personal, el australiano Glenn Murcutt confiesa haber suspendido la asignatura ¡°soleamiento y protecci¨®n solar¡±, el tema en el que terminar¨ªa siendo un especialista. ¡°El fracaso es una magn¨ªfica forma de aprender¡± dijo antes de repetir un consejo de su padre: ¡°Recuerda que debes comenzar como te gustar¨ªa terminar¡±.
?Tirar muros
?En esa l¨ªnea autobiogr¨¢fica, el noruego Sverre Fehn se fue a Marruecos a estudiar la llamada arquitectura primitiva. ¡°No es un viaje de exploraci¨®n en el que descubras cosas nuevas, las reconoces¡±. Y el japon¨¦s Toyo Ito asegura que su trabajo ¡°siempre ha tratado de echar abajo el muro que separa la arquitectura moderna de la naturaleza¡±. Es, sin embargo, de nuevo Piano, el que hace ¡°una llamada a la dignidad de nuestra profesi¨®n. Sin esta dignidad corremos el riesgo de perdernos en un laberinto de modas y tendencias¡±, dijo el autor del Pompidou que, conviene recordarlo, se inici¨® como Shigeru Ban realizando para la Unesco arquitecturas de emergencia.
El brasile?o Paulo Mendes da Rocha fue el primero en reivindicar que la paz sea la piedra angular de la arquitectura. Pero fue el ¨²nico Pritzker chino, Wang Shu, quien en 2012 puso el dedo en la llaga explicando su obsesi¨®n: ¡°?Est¨¢n mis edificios arraigados en mi propia cultura? ?C¨®mo puede un simple arquitecto mantener una actitud y una forma de trabajar opuestas al poderoso y omnipresente sistema moderno?¡±. La respuesta es un cl¨¢sico: no puede. Le queda el esfuerzo de intentarlo alumbrado, o cegado, por el convencimiento. A eso se dedican Wang Shu y su socia, Lu Wenyu.
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