Mick Jagger: ¡°Sean Penn vino a entrevistarme, pero me escap¨¦¡±

Cuando uno pisa el recinto de uno de los conciertos de The Rolling Stones tiene la sensaci¨®n de estar ante un momento hist¨®rico. Los asistentes comentan reiteradamente que son "afortunados" de ver quiz¨¢ por ¨²ltima vez a la banda brit¨¢nica con m¨¢s de 50 a?os de historia. El veterano cronista musical mexicano Ismael Fausto matiza: "Llevo escuchando eso desde el 96 y aqu¨ª siguen". El grupo ha pisado este lunes despu¨¦s de 10 a?os la Ciudad de M¨¦xico y durante casi dos horas de adrenalina y saltos ha constatado que su destino lo decidir¨¢n las tablas de un escenario.

Puntuales y al grano. As¨ª han comenzado los brit¨¢nicos. Start me up daba inicio a uno de los eventos m¨¢s esperados de la agenda musical mexicana. Sin parar un segundo para hacer el esperado saludo, han disparado con los cl¨¢sicos It's only rock 'n' roll y Wild Horses ante una multitud de 60.000 personas con unas gargantas a punto de estallar. Una adrenalina que los rockeros saben como pocos contagiar hacia las gradas, aunque el precio del asiento para los que no pudieron comprarlo a tiempo superaba los 800 d¨®lares.

Mick Jagger se desplazaba de un extremo al otro como un ind¨ªgena tarahumara. Punta, tal¨®n. Sobrevolando la contingencia ambiental que unas horas antes decretaba el gobierno de la capital mexicana por el exceso de ozono. Con unas reservas de ox¨ªgeno infinitas, no ha dejado de mover las caderas y de saltar, como si debajo de sus pies hiperactivos le estuvieran proporcionando peque?as descargas el¨¦ctricas. A Keith Richards le bastaba plantarse en medio del escenario con un peque?o solo para que los fans enloquecieran. Ron Wood fumaba un cigarro. ?S¨®lo al mirar a?Charlie Watts?uno recordaba que realmente tienen m¨¢s de 70 a?os.?

Por el circuito que rodea la entrada al escenario desfilaban en procesi¨®n chupas (chamarras) de cuero y camisetas con la lengua fuera. Domenic Ruscio quiso ser m¨¢s original, una Mona Lisa con la cara de Keith Richards. Tiene 69 a?os y los ha visto ya unas 40 veces en directo. El primero lo tiene grabado: Massachusetts, 1965. Este estadounidense ha venido con su esposa desde Washington para no perderse ni un solo concierto en el continente, "y para huir de Donald Trump", apunta ir¨®nico.

Sobre las tablas, Mick Jagger se ha dirigido casi todo el tiempo en espa?ol. "Antes tom¨¢bamos tequila... Ahora tomamos mezcal", ha se?alado el vocalista antes de presentar el tema Out of control. En Colombia hizo un gesto similar al revelar entre risas que llevaban muchos a?os contribuyendo a la econom¨ªa del pa¨ªs. La actitud irreverente de sus Sat¨¢nicas Majestades la ha dejado clara Jagger en M¨¦xico al poner el dedo en la rocambolesca historia de la detenci¨®n de El Chapo: "Sean Penn vino a entrevistarme al hotel, pero me escap¨¦". Una conexi¨®n infalible con un p¨²blico ya entregado a una de las pocas leyendas vivas del rock.

"?Est¨¢n listos?", apuntaba el vocalista despu¨¦s de una hora y media sin tregua. Despu¨¦s de m¨¢s de 20 albumes y 250 millones de discos vendidos, el tiempo medio de un concierto no parece suficiente para agotar toda la artiller¨ªa de los Rolling. Faltaba Sympathy for the devil, Brown sugar. Llegaron en la parte final. Y para rematar, You can't always get what you want y la infatigable Satisfaction. "?Qu¨¦ noche tan brutal, M¨¦xico!", exclam¨® en perfecto espa?ol Richards.

La gira latinoamericana comenz¨® a inicios de febrero en Chile y ha pasado por Argentina, Uruguay, Brasil, Per¨², Colombia y terminar¨¢ haciendo historia. El pr¨®ximo 25 de marzo irrumpir¨¢n en La Habana con un concierto gratuito, donde ya se espera la asistencia de unas 200.000 personas bailando al ritmo de lo que hace no mucho eran "ritmos capitalistas". De M¨¦xico se despiden este jueves sembrando de nuevo la sensaci¨®n de que quiz¨¢ sea la ¨²ltima vez que visita el pa¨ªs la banda de rock m¨¢s importante del planeta.