?Qui¨¦n dijo miedo?
Hay personas que oyen la expresi¨®n ¡°¨®pera contempor¨¢nea¡± y semejante conjunci¨®n de sustantivo y adjetivo les inspira pavor
Hay personas que oyen la expresi¨®n ¡°¨®pera contempor¨¢nea¡± y semejante conjunci¨®n de sustantivo y adjetivo les inspira pavor. El tristemente desangelado aspecto que presentaban amplias zonas del Teatro Real en el que ser¨¢ sin duda uno de los m¨¢s grandes espect¨¢culos musicales de este a?o en todo el pa¨ªs parec¨ªa abundar en unas prevenciones infundadas que dejaron a muchos aficionados en casa, cuando lo que all¨ª se vio y escuch¨® no s¨®lo habr¨ªa hecho las delicias de los habituales, sino tambi¨¦n de los menos familiarizados con la ¨®pera en general o con la m¨²sica de nuestro tiempo en particular.
WRITTEN ON SKIN
M¨²sica de George Benjamin.
Con Barbara Hannigan, Christopher Purves y Tim Mead, entre otros.
Orquesta de C¨¢mara Mahler.
Direcci¨®n musical: George Benjamin.
Teatro Real, 17 de marzo.
Written on Skin (Escrito sobre piel) se estren¨® en el Festival de Aix-en-Provence de 2012 y es la segunda colaboraci¨®n entre el compositor George Benjamin y el dramaturgo Martin Crimp. Si en Into the Little Hill hab¨ªan reactualizado el cuento de El flautista de Hamel¨ªn, luego hicieron lo propio con la leyenda seg¨²n la cual la amada del trovador Guillem de Cabestany se vio obligada a comer, sin saberlo, su coraz¨®n, arrancado por su despechado marido despu¨¦s de darle muerte. Incapaz de probar otro bocado, y roto ya el yugo al que hab¨ªa estado sometida, se suicida arroj¨¢ndose por un balc¨®n. Aqu¨ª el trovador se muda en un iluminador de manuscritos, lo que permite a Benjamin, precoz disc¨ªpulo de Olivier Messiaen, desplegar su inagotable paleta de colores y sacar un partido asombroso de una orquesta de tama?o medio en la que se dan cita mandolinas, viola da gamba, arm¨®nica de cristal, cencerros, un steel drum y hasta una m¨¢quina de escribir. De hecho, son ritmos y timbres, m¨¢s que melod¨ªas, los que nos aclaran y nos van llevando de la mano por la trama.
Sin una palabra de m¨¢s en el texto y sin una sola nota innecesaria en las partes vocal e instrumental, Written on Skin es la ¨®pera m¨¢s interpretada de lo que llevamos de siglo: no pod¨ªa ser de otra manera, porque su factura es, dramat¨²rgica y musicalmente, perfecta. La sexta escena, por ejemplo, con su creciente tensi¨®n dram¨¢tica y er¨®tica, deber¨ªa ense?arse en todos los manuales de composici¨®n de ¨®pera. A Madrid ha llegado en una versi¨®n con buena parte de los int¨¦rpretes que la estrenaron, incluidos el propio Benjamin como director musical al frente de la soberbia Orquesta de C¨¢mara Mahler, y los dos cantantes protagonistas: Barbara Hannigan (Agn¨¨s) y Christopher Purves (eufem¨ªsticamente llamado El Protector). Un lujo absoluto del que han podido disfrutar muy pocas ciudades europeas en el marco de una gira que concluye el s¨¢bado en Londres.
Desde el estreno, Purves ha afinado mucho la caracterizaci¨®n de su personaje, un hombre altivo, brutal y casi un maltratador avant la lettre. No es de extra?ar que muchos compositores actuales (Pascal Dusapin, Gerald Barry, Hans Abrahamsen, Luca Mosca, Louis Andriessen o el propio Benjamin) se rifen a Barbara Hannigan, lo m¨¢s parecido a una musa que, como Purves, pero en sentido contrario, sabe dibujar la trayectoria psicol¨®gica de Agn¨¨s con profusi¨®n de peque?os detalles, del sometimiento inicial a la inmolaci¨®n final. Tim Mead, la principal novedad del reparto, es ya uno de los grandes contratenores de siempre y cuesta imaginar un Muchacho mejor cantado que el suyo. Con las m¨ªnimas pero util¨ªsimas ideas y movimientos esc¨¦nicos de Benjamin David, que sugieren m¨¢s que muestran, nadie debi¨® de echar en falta escenograf¨ªa o vestuario. ¡°El jefe de todo esto¡±, George Benjamin, tan genial como modesto, dirigi¨® con la misma ausencia de alambicamiento y ret¨®rica con que compone, y viceversa.
Lo que nos plantean Benjamin y Crimp no deja de ser una historia m¨¢s de pasi¨®n, celos y muerte, como tantas otras de la historia de la ¨®pera, pero aqu¨ª con la diferencia crucial de que todo resulta cre¨ªble y es expuesto con un lenguaje claro y conciso, que la m¨²sica y la admirable dicci¨®n de los cinco cantantes tornan a¨²n m¨¢s di¨¢fano y certero. El todo se refuerza con una doble perspectiva cronol¨®gica ¨Cmedieval y contempor¨¢nea¨C y con el recurso de la autonarraci¨®n, que reduplica la potencia dram¨¢tica de lo que se cuenta y se canta en Written on Skin. Sobre su piel, y muy por debajo de ella, los afortunados asistentes al Teatro Real que prefirieron dejar los miedos at¨¢vicos en casa se llevaron impreso el privilegio de compartir una experiencia est¨¦tica ¨²nica, un hito casi irrepetible con todos los int¨¦rpretes implicados hasta las cejas y que, cual indeleble tatuaje, les acompa?ar¨¢ a buen seguro durante much¨ªsimo tiempo.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.