El l¨ªo de Puerto Rico y Estados Unidos
Una metedura de pata diplom¨¢tica en los discursos inaugurales ha marcado el congreso con la denuncia del escritor Eduardo Lalo
Cuando uno prepara cualquier discurso para ser pronunciado en Puerto Rico debe tener en cuenta que algunas alusiones hieren. Por ejemplo: considerarles suelo estadounidense. Lo hizo el rey Felipe en su intervenci¨®n. Hubo alusiones veladas en otros discursos y se arm¨® un peque?o pero significativo pat¨ªn que ha marcado la tranquila senda de este Congreso Internacional de la Lengua en San Juan.
Al d¨ªa siguiente, el escritor Eduardo Lalo, premio R¨®mulo Gallegos en 2013 con su novela Simone y una de las voces literarias m¨¢s prestigiosas de la isla, protestaba por escrito no solo en un art¨ªculo publicado en El nuevo d¨ªa. Tambi¨¦n en un comunicado que ley¨® antes de su participaci¨®n en el congreso: ¡°Ha sido un acto de barbarie¡±, soltaba, quiz¨¢s algo subido de tono pero no sin cierta raz¨®n. ¡°Existe una continuidad entre los reyes espa?oles que le negaron a este pa¨ªs una universidad por cuatro siglos y el hoy niega nuestra nacionalidad. Perdura una barbarie incesante entre sus antepasados y Felipe VI, esa superstici¨®n¡±.
No cree Lalo que los puertorrique?os se pongan en guardia cuando escuchan nombrar a dos pa¨ªses como Espa?a y Estados Unidos: ¡°Se trata de dos pueblos que han determinado nuestra historia. Pero, por decirlo de manera suave, esos discursos respond¨ªan a una torpeza diplom¨¢tica¡±, declaraba ayer a EL PA?S.
Para empezar, Lalo puntualiza al director del Cervantes, V¨ªctor Garc¨ªa de la Concha: ¡°Dijo que era el primer congreso internacional de la lengua que no se celebraba en Hispanoam¨¦rica. En el supuesto de que un d¨ªa, Puerto Rico llegue a formar parte de Estados Unidos en plenitud, seguir¨¢ siendo Hispanoam¨¦rica¡±.
En cuanto al rey: ¡°Expres¨® su alegr¨ªa por regresar a EE UU cuando lo correcto hubiese sido afirmar que volv¨ªa a Puerto Rico, sin m¨¢s. Podr¨ªa pensar que es un acto inocente. Pero de todos es conocida la pol¨ªtica de expansi¨®n del espa?ol por parte de su pa¨ªs y la estrategia de penetrar en Estados Unidos. Una vez m¨¢s han aprovechado las circunstancias utiliz¨¢ndonos para ello. Pero creo que ha sido un acto de violencia para volvernos de nuevo invisibles. Hoy no se pueden decir ese tipo de cosas sin impunidad. Resulta inmerecido e injustificado¡±.
El acto inaugural estuvo marcado por una fuerte voluntad identitaria. Un concepto, puertorrique?idad, emergi¨® con arraigo en las palabras del autor Luis Rafael S¨¢nchez, otro referente literario en la isla. Aun as¨ª, las alusiones a Estados Unidos no se obviaron. El Gobierno espa?ol, con el ministro de Asuntos Exteriores, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo, en la delegaci¨®n que acompa?¨® a los reyes, prefiri¨® no provocar quejas de Washington y encajar en cambio y sobre el terreno las de los puertorrique?os.
De hecho, fuentes del congreso llegaron a apuntar a estrategias diplom¨¢ticas espa?olas como inspiradoras de la menci¨®n en el discurso del Rey. Seg¨²n algunas de esas fuentes, representantes diplom¨¢ticos en EE UU se mostraron desde un principio en contra de la celebraci¨®n del congreso en Puerto Rico para no levantar suspicacias en el Gobierno de Obama.
La relaci¨®n de los puertorrique?os con el pa¨ªs del norte resulta compleja. En las calles se respira una aut¨¦ntica manera de ser latina y el espa?ol es una barricada que reivindican con orgullo. Conviven con ambas lenguas, pero no han renunciado a su predominio del espa?ol tanto en la ense?anza como en la vida cotidiana. No ven con buenos ojos un pa¨ªs que es pura potencia, donde no les dejan ejercer derechos b¨¢sicos, como el voto. ¡°Para nosotros Estados Unidos es una presencia lejana¡±, comenta Lalo.
Babelia
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